RAFA RUIZ

Seguimos recorriendo el planeta buscando artistas del reciclaje. Hemos viajado a Estados Unidos, Reino Unido, Portugal e Italia, a Chile y Brasil, a Corea del Sur y por diversos puntos de España. Así que ya es hora de recalar en países del Sur, países del mundo en desarrollo, a los que los periodistas apenas prestamos atención si no es para hablar de calamidades, ataques terroristas o campañas humanitarias de cooperación.

El Cairo, una de las ciudades más contaminadas

Hoy nos detenemos, en Egipto, en El Cairo, considerada una de las capitales más contaminadas del mundo. Recalamos en el taller de Ibrahim A. Abougendy, joven emprendedor de 26 años. Estudió Arquitectura, se define como diseñador, artista y conservacionista, y se presenta como “Trash designer” (diseñador de la basura). Nos detenemos ahí por su sensibilidad para crear objetos de diseño a partir del reciclaje de bidones, tambores de lavadora y, sobre todo, neumáticos usados, algo que en estos países que aún no cuentan con sistemas tan desarrollados de recogida y reciclaje de residuos como nosotros, como en Europa, se agradece doblemente.

Ibrahim diseña coloristas estanterías, espejos, sofás, mesas, mesas auxiliares y mesas de jardín, sillas, butacas y camitas circulares en alegres tonos pop. Y elementos decorativos para suelos a partir de tiras de neumáticos. E incluso un lavabo, una de las piezas de las que más orgulloso se siente, tras un año de pruebas hasta dar con lo que él y su equipo buscaban.

“Tired of the ordinary”

El diseñador cairota encontró inspiración para sus muebles en los asientos improvisados que se montan en los barrios más pobres de El Cairo usando un neumático y un respaldo a partir de variados materiales de desecho. De hecho, con ese sentido de la oportunidad, la sencillez y la comodidad en la cabeza, su pieza de más éxito es una butaca que se mueve adaptándose a los movimientos de quien la usa, en perfecto equilibrio.

Ibrahim publicita a sus criaturas con eslóganes ecológicos como “Innovamos pensando en el planeta” o “Nunca es tarde para salvar el planeta”. En su página de Facebook hace esta declaración de principios: “Sueño con que algún día no tengamos que educar a nuestros hijos sobre lo verde, porque lo estarán usando, vivirán en lo verde”.

Ibrahim es ingenioso con los diseños y con las palabras. Por ejemplo, para una línea de butacas a partir de neumáticos ha tenido la ocurrente idea de nombrarla “Tired of the ordinary”, cansado de lo convencional, en inglés, jugando con tired (cansado) y tyre (neumático).

Re-crear la rueda

Otra prueba de ese original marketing son mensajes como este: “Todos pensaban que era imposible reinventar la rueda… hasta que nosotros lo hicimos”.

La evidencia más antigua del uso de la rueda (un pictograma de Sumeria, en lo que hoy es Irak; quién ha visto a este territorio y quién lo ve hoy, tan dramáticamente maltratado) data del año 3500 antes de Cristo. Ibrahim hace ahora campaña con el gancho de re-crear la rueda, uno de los inventos básicos de la civilización.

Curioso, porque si sigues su cuenta de Instagram aprecias una evidente evolución para dar proyección a su empresa, Mobikya, creada en 2016. Ha pasado de su extraordinaria afición por las ruedas y los coches, a subir en 2018 sus atractivos diseños de muebles a partir del reciclaje de las ruedas, profesionalizando de manera espectacular su perfil en esta red social. Nosotros, que le seguimos desde hace tiempo, hemos asistido a cómo el año pasado Mobikya era aupada en su país como una de las más interesantes start-ups de jóvenes emprendedores.

“Lo que se desecha es materia con excelente potencial para crear algo nuevo y diferente”

A pesar de esa soltura para manejarse en el territorio del marketing digital, sorprende cómo al ser contactado por SIGNUS, por este blog, Neumáticos en Verde, lo primero que le saltó a Ibrahim fue la alarma de la desconfianza, y preguntó que cuál era el presupuesto para escribir en España sobre él; vamos, que cuánto le iba a costar el artículo de promoción. Tal prevención puede darnos una idea aproximada de todo el camino que aún queda por recorrer en muchas partes del mundo para ser todos conscientes de que iniciativas como las de Ibrahim tienen valor informativo por sí mismas.

Aunque siga desconfiando en que se acerquen a él sin pedirle dinero para hablar de sus diseños, Ibrahim A. Abougendy sí parece tener asimilado el mensaje ambiental: “Vivimos en un sistema donde nos esforzamos constantemente para comprar cosas nuevas… Pero a la vista de las condiciones económicas por las que atraviesa mi país, podemos pensar en lo que se desecha como materia con excelente potencial para crear algo nuevo y diferente”. 

Sólo un pequeño grano de arena

Muchos de los materiales que Ibrahim usa en su compañía de reciclaje Mobikya le son entregados por los propios clientes para que los reutilice, los re-cree, les dé nueva vida, como esa rueda convertida en lavabo, paradigma para este entusiasta emprendedor del up-cycling. Además, también es consciente de que lo suyo es un pequeño grano de arena en un país con circunstancias tan problemáticas como Egipto, pero sin duda representa una vía abierta para empezar a frenar la a menudo insoportable contaminación que sufre su ciudad. Con 20 millones de habitantes en su área metropolitana, El Cairo es la megalópolis más poblada de África, con una agobiante densidad demográfica de 38.596 habitantes por kilómetro cuadrado, cuando ciudades como Madrid y Londres apenas superan los 5.000 por kilómetro cuadrado; o sea, una densidad siete veces mayor (cuesta imaginarlo). Un informe publicado por la revista Forbes el pasado otoño situaba a El Cairo como el punto más contaminado del planeta entre las grandes aglomeraciones humanas, seguida de Nueva Delhi, Pekín, Moscú, Estambul, Guangzhou, Shanghái, Buenos Aires y París.

Dejamos ya el meritorio taller de Ibrahim en el Viejo Cairo. En la próxima entrega de Artistas que miran en verde, en negro y verde, seguiremos en el Sur. Viajaremos a Marruecos.

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