El Año Internacional de las Lenguas Indígenas debe servir para revertir la alarmante tendencia a la extinción de esos idiomas, dijeron este viernes los representantes de Estados y comunidades autóctonas reunidos en el foro de la Asamblea General para el lanzamiento formal de las actividades de ese año.
El principal orador del evento fue Evo Morales, presidente de Bolivia, país que en conjunto con Ecuador impulsó en el máximo órgano de debate de la ONU el proyecto que culminó con la proclamación de 2019 como el Año Internacional de las Lenguas Indígenas.
El mandatario boliviano comenzó su intervención ante el pleno recordando que los indígenas de América sobrevivieron el intento de hacerlos desaparecer mediante la invasión, la colonización y las agresiones etnocidas. “Hoy seguimos resistiendo la ira postcolonial que trata de aplastar nuestras rebeliones contra la injusticia”, señaló.
En ese contexto, Morales convocó a promover políticas públicas diseñadas para preservar la vida de los pueblos indígenas, “sus lenguas, su identidad, sus valores y sus culturas mediante el diálogo entre todos”.
Señaló que los indígenas viven en regiones ricas y diversas, en armonía con la Madre Tierra a pesar del asedio capitalista, gozando de la diversidad biológica y cultural y cuidando como fieles guardianes los recursos naturales del planeta para las generaciones presentes y futuras.
Pobreza, desigualdad y racismo
Sin embargo, lamentó Morales, una mayoría aplastante de los indígenas vive en la pobreza y sufre la desigualdad y el racismo, componiendo el 15% de la población más pobre del mundo.
El dignatario denunció la expansión latifundista, la persecución étnica y la compra extorsiva de recursos que siguen padeciendo las comunidades indígenas sin contar con un amparo judicial.
¿Cómo puede existir la democracia cuando no se ejerce el derecho a hablar la lengua propia?
“A los pueblos indígenas se nos habla de democracia y de derechos humanos (…): ¿Cómo puede existir la democracia cuando no se ejerce el derecho a hablar la lengua propia?”, preguntó.
“Ejercer la lengua es uno de los derechos más importantes para los pueblos indígenas y, por lo tanto, para la humanidad. La lengua es cultura y proyecta una cosmovisión, una forma de ver el mundo, de vincularse con otros (…) Si desaparecen las lenguas, desaparecerán las memorias y cultura de los pueblos.”
PNUD PerúReserva comunal Amarakaeri, área natural de 402.335 hectáreas protegida por las comunidades harakbuts, yines y machiguengas en Madre de Dios, en la Amazonía de Perú.
Explicación histórica
Explicó que la colonización impuso una lengua ajena que excluyó a los indígenas y acabó con sus modelos de organización comunitaria y solidaria.
“La conquista intentó borrar lo que somos para imponernos lo que no somos (…) Nuestros complejos nacieron del silenciamiento y el aplastamiento de nuestras lenguas (…) Después de 500 años de colonización, de masacres, de etnocidios, de genocidios constantes, seguimos en pie de lucha”, declaró el presidente de Bolivia.
Después de 500 años de colonización y de masacres, seguimos en pie de lucha
Agregó que la modernidad no tiene respuestas a los problemas del siglo 21. “El capitalismo, que devora todo, conduce al desastre. Los pueblos indígenas somos parte significativa de la respuesta para el futuro. No hay futuro sin pueblos indígenas. No hay Madre Tierra si continúa el despilfarro capitalista y su lógica de guerra.”
Pidió volver al equilibrio y aseguró que todos somos responsables de humanizar el mundo, que es solo uno.
Patrimonio de la humanidad y solución a los problemas
Afirmó que las lenguas indígenas son patrimonio de la humanidad y advirtió con alarma que cada dos semanas desaparece una de ellas, un ritmo que, de no revertirse, podría llevar a la desaparición de la mitad de los idiomas originarios que aún se hablan.
Morales afirmó que gran parte de las soluciones a los problemas más graves del mundo, como el cambio climático y la desigualdad, pueden encontrarse en los pueblos indígenas, pero recalcó que, si estos pierden sus lenguas, perderán también su cultura y con ella su sabiduría.
Anunció que, en agosto de este año, su país será sede de dos eventos internacionales de alto nivel relacionados con las lenguas indígenas y el desarrollo sostenible.
El presidente de Bolivia cerró su intervención invocando a la paz y el diálogo en América Latina y el Caribe, llamando a aprender las lecciones de la historia y condenando toda forma de injerencia contra los Estados soberanos.
Una década para las lenguas indígenas
En su turno al podio, el viceministro de cultura y patrimonio de Ecuador se hizo eco en cuanto a la importancia de proteger las lenguas indígenas y propuso a la Asamblea General extender a una década el Año Internacional con el objetivo de garantizar la implementación de políticas que fortalezcan y preserven esas lenguas.
“¿Ustedes creen que un año es suficiente? Hoy Ecuador propone a esta Asamblea declarar una década de las lenguas indígenas”, dijo Gabriel Cisneros, quien recibió un nutrido aplauso como respuesta.
Descolonización del saber
La presidenta de la Asamblea General, por su parte, consideró que el derecho de los pueblos indígenas a hablar sus lenguas es fundamental para su libertad de pensamiento, opinión y expresión.
“A ese fin debemos seguir promoviendo la puesta en marcha de sistemas educativos que favorezcan el uso de la lengua materna, la descolonización del saber y la no discriminación por razones lingüísticas”, dijo.
Debemos promover sistemas educativos que favorezcan la descolonización del saber y la no discriminación por razones lingüísticas
María Fernanda Espinosa abogó también por aprovechar las nuevas tecnologías de la comunicación para promover las lenguas indígenas. Instó, asimismo, a promover las radios comunitarias.
La presidenta de la Asamblea exhortó a usar este año para entender las causas que provocan la extinción de las lenguas indígenas, como el racismo y la marginación, con el propósito de tomar las medidas más apropiadas para erradicar los lastres y así preservar y revitalizar las lenguas originarias.Finalmente, indicó que el 2019 debe ser “un punto de inflexión en nuestra determinación colectiva de salvar a las lenguas indígenas y a sus hablantes”, lo que necesariamente requiere la consulta y participación política de los pueblos autóctonos.