Dependemos del plástico. O eso creemos, porque estamos tan repletos de este material tóxico que ya no podemos imaginarnos una vida sin él –aunque nuestros padres y abuelos vivían perfectamente sin plástico–.
Afortunadamente cada vez más iniciativas globales, gubernamentales, comunales e individuales promueven una vida sin plástico, y demuestran que no dependemos de las bolsas y empaques hechos de este material. El estilo de vida zero waste (cero desperdicio) va todavía más allá, proponiendo una cotidianidad en la cual nada se desperdicie, sino que todo se transforme.
Pero vayamos paso por paso…
¿Cómo podemos empezar a no usar plástico al comprar y guardar?
Algunas ideas del zero waste pueden ayudar, aunque quizá no quieras llevar a un punto tan radical tu iniciativa personal para combatir la contaminación. La clave para irradiar la conciencia contemporánea y ser un agente de cambio contra la crisis climática está en ir paso por paso.
Primero debemos dejar de ser dependientes del plástico. El secreto para ello está en utilizar tela, papel y materiales orgánicos al comprar y guardar tu comida.
A la hora de comprar…
Carga con bolsas reutilizables de todos tamaños
- Bolsas grandes de tela con asa
Estas pueden servir para transportar la compra total.
- Bolsas de tela más pequeñas con cordones, o de malla
Si vas a comprar frutas y verduras, procura no guardarlas en bolsa si no es necesario –si sólo llevas un par de cada fruta o verdura, o si tomas un manojo de espinaca, no es necesaria una bolsa–. Pero si vas a comprar una cantidad considerable y necesitas bolsa, usa bolsas reutilizables. Las puedes encontrar en tiendas en línea, y son elaboradas a partir de distintos materiales.
Aunque en ocasiones estas bolsas sean de materiales sintéticos –como las de malla–, por lo menos sabrás que puedes utilizarlas hasta que acabe su vida útil, la cual puede ser de años.
Además, estas bolsas también pueden servir para comprar a granel, lo cual es mejor porque se trata de alimentos más frescos, y porque te estarás ahorrando el envase en el que suelen venir las semillas, los cereales y otros productos semejantes.
- Como última opción, utiliza bolsas de papel
No son reutilizables, pero se degradan en 1 año, mientras que las bolsas de plástico tardan hasta más de 100 años. Aunque su producción y transporte es muy contaminante, por eso no te recomendamos usarlas.
¿Y las carnes?
Bolsas herméticas de silicón
Puedes utilizarlas tanto para transportar –pidiéndole al carnicero que empaque ahí tu pedido– como para almacenar porciones. Lo mejor es que son reutilizables y muy resistentes. Puedes usarlas también para jamón y queso a granel.
A la hora de guardar…
Papel de cera de abeja
Lo encuentras en línea, y es ideal para guardar todo tipo de alimentos: desde frutas y verduras hasta carnes, pan o comida preparada, como sándwiches. Está elaborada con algodón orgánico, cera de abeja, aceite de jojoba orgánico y resina de árbol. ¿Lo mejor? Es reutilizable y compostable –por si le quieres entrar a la fácil tarea de hacer composta casera–. Puedes conseguirla en línea buscándola como “bees wrap”.
Hojas de plátano
Si vives en Latinoamérica, seguro estás familiarizado con las hojas en las cuales se envuelven algunos platillos tradicionales, como en México los tamales. Esta hoja la puedes encontrar en los mercados, y es una gran opción para almacenar todo tipo de alimentos. La puedes utilizar también para transportar carne o como recipiente para comer. Y lo mejor es que, al ser 100% orgánica, es 100% biodegradable.
Celofán
No es tan buena opción como el papel de cera o las hojas de plátano, porque es difícil garantizar su procedencia. Pero es biodegradable, ya que es un polímero natural derivado de celulosa de fibras de madera y algodón. Además es a prueba de agua, permeable al vapor y está disponible en forma elástica.
Frascos de vidrio
Éstos sirven para productos a granel, como semillas, cereales, nueces, azúcar, sal, especias y otros productos en polvo. También puedes almacenar pasta, arroz o frijol.
Tela
También es una opción. Sobre todo si es de algodón y lo bastante delgada para que la verdura y la fruta puedan oxigenarse.
Guarda tus frutas y verduras con orden
Cuida de no apelmazar las frutas y verduras una con otras. Sepáralas según sean de hoja verde, coles, tubérculos o frutos. Algunas, como las de hoja verde, pueden guardarse envueltas en un poco de papel de cera. Esto también aplica para las frutas y verduras que puedan oxidarse, como el aguacate. También puedes ponerlas sobre una cama de papel de cera para que se absorba la humedad, sobre todo a las que sean más pequeñas, como los chícharos.
Otras verduras necesitan que perfores un poco su envoltura para poder respirar, como las coles y las judías.
Los ajos y las cebollas puedes conservarlos fuera del refrigerador, en una canasta de mimbre. Sólo envuélvelos con papel de cera si los cortaste y entonces sí, guárdalos en el refrigerador.
La clave…
Evita a toda costa comprar frutas, verduras, semillas, especias o carnes que ya vengan empacadas, porque no es necesario. Mejor apoya la economía local y asiste a mercados que vendan todo a granel.
ecoosfera.com