Ginebra, 26 de febrero de 2019 (OMM) – La probabilidad de que se produzca un episodio de El Niño de aquí a mayo de 2019 oscila entre el 50 % y el 60 %, si bien no se prevé que se trate de un episodio de fuerte intensidad, según el último Boletín El Niño/La Niña hoy de la Organización Meteorológica Mundial (OMM). En enero y principios de febrero de 2019, la temperatura superficial del mar en el Pacífico tropical presentaba valores parejos a los umbrales característicos de El Niño, o ligeramente inferiores. Asimismo, a finales de enero, se dieron condiciones atmosféricas típicas de ese fenómeno.
Según los pronósticos de los modelos y las opiniones de los expertos, existe entre un 50 % y un 60 % de probabilidades de acoplamiento entre el océano y la atmósfera, y de que se instale un episodio débil de El Niño durante el período de marzo a mayo de 2019. Es poco probable que se produzca un episodio de fuerte intensidad (i.e. un aumento de la temperatura superficial del mar en las partes oriental y central del Pacífico tropical como mínimo de 1,5 grados Celsius por encima de la media). Es muy poco probable que durante los tres primeros trimestres de 2019 se produzca un episodio de La Niña, por lo que, prácticamente, puede descartarse.
“La OMM confirmó recientemente que 2015, 2016, 2017 y 2018 han sido los cuatro años más cálidos de los que se tienen datos. Sin embargo, si se forma un episodio de El Niño, incluso débil, es probable que 2019 sea más cálido que 2018”, explicó Maxx Dilley, director de la Oficina de Predicción del Clima y de Adaptación al Cambio Climático de la OMM.
El Niño/Oscilación del Sur (ENOS) es un fenómeno natural caracterizado por la fluctuación de las temperaturas de la superficie del océano en el Pacífico ecuatorial, asociada a cambios en la circulación de la atmósfera suprayacente. Se trata de un fenómeno que ejerce una gran influencia en las condiciones meteorológicas y climáticas de numerosas partes del mundo.
Los principales programas de observación han sido decisivos para lograr progresos científicos en cuanto a la comprensión y la modelización del fenómeno ENOS, y esos progresos han permitido perfeccionar las capacidades de vigilancia y predicción, ayudando a la sociedad a prepararse para los peligros asociados a ese fenómeno, como lluvias fuertes, crecidas y sequías. El ENOS incide, asimismo, en la temperatura a escala mundial.
El Boletín El Niño/La Niña hoy de la OMM se basa en modelos de predicción y en la interpretación de expertos de todo el mundo, y es uno de los recursos que utilizan los planificadores del sistema de las Naciones Unidas. Asimismo, complementa la información proporcionada por los Servicios Meteorológicos e Hidrológicos Nacionales y los Centros Regionales sobre el Clima de la OMM a la que recurren los organismos de gestión de desastres para fines de adopción de decisiones a nivel nacional, los encargados de cuestiones de planificación en sectores sensibles al clima y los gobiernos.
Notas para los editores
El Niño se suele asociar a condiciones cálidas y secas en las zonas meridional y oriental del interior de Australia, así como en Indonesia, Filipinas, Malasia y en islas del Pacífico central tales como Fiji, Tonga o Papua Nueva Guinea.
Durante el invierno del hemisferio norte suelen observarse condiciones más secas de lo normal en el sureste de África y el norte del Brasil, mientras que, a lo largo de la costa estadounidense del golfo de México, la costa occidental de la región tropical de América del Sur (Colombia, Ecuador y Perú), y desde el sur del Brasil hasta el centro de la Argentina, por lo general se observan condiciones más húmedas de lo habitual. En algunas zonas de África Oriental y en las partes más al sur de Asia Meridional también suelen registrarse precipitaciones por encima de lo normal.
El Niño se asocia con inviernos más suaves en el noroeste del Canadá y Alaska al irrumpir menos oleadas de aire frío procedentes del Ártico, lo cual obedece a la presencia de una extensa zona de bajas presiones centrada en el golfo de Alaska y el norte del océano Pacífico.
Es importante destacar que estamos hablando de efectos comunes, no de predicciones específicas, y que las condiciones reales varían según la intensidad del episodio de El Niño y el momento en el que se produce. Otros factores, como el dipolo del océano Índico o la Oscilación del Atlántico Norte/Oscilación del Ártico, también pueden tener una influencia importante en el clima estacional
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