La mañana del domingo se formó una inmensa barrera de hielo (que los medios bautizaron como “tsunami”, pero que no es tal) en la línea divisoria entre el lago Eriey una carretera panorámica en Nueva York y Buffalo, en la frontera entre Canadá y Estados Unidos.
En un video subido a las redes sociales por el servicio local de guardabosques, pueden apreciarse los fragmentos de hielo de entre 7.5 y 9 metros de altura, en un movimiento similar al de una ola. Este movimiento es provocado por los fuertes vientos que han azotado la región del río Niagara durante los últimos días, y han provocado cierres de carreteras y afectaciones sin víctimas mortales hasta el momento.
Cabe decir que no es la primera vez que ocurre un fenómeno como este. Su primer reporte se remonta a 1822. A diferencia de los tsunami provocados por movimientos telúricos en el océano, las murallas de arrastre están conectadas a la época previa a la primavera, cuando la temperatura cambia y el hielo sobre los lagos se vuelve más frágil.
También conocidos como ivu y seiche, NatGeo afirma que:
además del viento, el hielo del lago también puede moverse en dirección a la costa cuando los cambios súbitos de temperatura obligan al hielo a expandirse y contraerse. Ambos factores combinados pueden provocar que el hielo del lago arrastre pedazos a través del fondo del lago, e incluso hasta la línea costera, formando crestas de roca y hielo llamadas murallas de hielo de arrastre.
Según los guardabosques del río Niágara, los vientos empujaron los hielos por encima de la barrera de contención de la carretera, lo que provocó el desborde del hielo. Los vientos de hasta 96km/h también provocaron apagones en la zona de Nueva York, así como retraso en las aerolíneas y suspensión de actividades.