La urbanización es la fuerza dominante del siglo XXI. Actualmente más de 55% de la población mundial vive en las ciudades y para el año 2050 esta cifra llegará al 68%.

Para lograr la Agenda 2030 de Desarrollo Sostenible, el compromiso de los Gobiernos nacionales no es suficiente. A nivel local es donde las personas viven, comen, utilizan los recursos y generan desechos.

“Esto las convierte en actores centrales de la economía global y del desarrollo”, asegura la presidenta de la Asamblea General, Maria Fernanda Espinosa, quien recientemente convocó una reunión de alcaldes de varias partes del mundo, para compartir iniciativas y resaltar la importancia de las acciones locales en el futuro de los países y el mundo entero.

Para Espinosa, los Gobiernos locales tienen un papel protagónico para alcanzar los compromisos establecidos, por ejemplo, en el Acuerdo de París, ya que impactan significativamente en el cambio climático.

“Se estima que los centros urbanos representan aproximadamente dos tercios de la demanda de energía primaria y producen el 70% de las emisiones mundiales de dióxido de carbono”, explica.

Además, tener a más de la mitad de la población del planeta residiendo en estas áreas urbanas implica también mayor contaminación y degradación medioambiental.

La cantidad de residuos sólidos urbanos excede ampliamente la capacidad de la mayoría de las ciudades para gestionarlos. Esto genera un serio problema de sostenibilidad ambiental.

“La cantidad de residuos sólidos urbanos excede ampliamente la capacidad de la mayoría de las ciudades para gestionarlos. Esto genera un serio problema de sostenibilidad ambiental¨ recalca.

Para Espinosa, las ciudades enfrentan desafíos comunes que requieren de soluciones globales, y para superarlos pueden apoyarse unas a otras. Ideas innovadoras e iniciativas de planificación urbana están siendo compartidas a través de redes de ciudades apoyadas por la ONU.

Ya muchas ciudades han asumido la implementación de la Agenda 2030 y sus 17 Objetivos de Desarrollo Sosteniblecomo parte de sus planes de desarrollo. Por ejemplo, aunque Estados Unidos decidió abandonar el acuerdo de París, Nueva York ha continuado informando a los líderes sobre sus avances en la lucha contra el cambio climático y otras piezas clave del camino hacia el desarrollo sostenible.

La Nueva Agenda Urbana

En 2016, líderes mundiales adoptaron formalmente la Nueva Agenda Urbana, una guía para orientar los esfuerzos en materia de desarrollo en las ciudades para los próximos 20 años. Este plan busca promover ciudades más incluyentes,compactas y conectadas mediante la planificación y diseño urbano, gobernanza, legislación y economía, y busca crear un vínculo de refuerzo recíproco entre urbanización y desarrollo.

“La Nueva Agenda Urbana significó un cambio de paradigma, que presenta una hoja de ruta de largo aliento para el desarrollo urbano transformador, sostenible e inclusivo, bajo el principio central de que nadie se quede atrás. Este acuerdo constituye el vínculo principal entre nuestra Organización y los Gobiernos locales”, explicó Maria Fernanda Espinosa.

Se trató de la primera vez en que los Gobiernos locales participaron de la construcción de una declaración de la ONU en materia de desarrollo urbano sostenible.

La región de Asia-Pacífico sufre una crisis de desperdicios cada vez más grave. Foto: UNEP/Lawrence Hislop

La alimentación en las ciudades

Uno de los factores incluidos en el plan, tiene que ver con el Objetivo número 2 de la Agenda 2030: acabar con el hambre y garantizar la seguridad alimentaria, combatir la malnutrición y el desperdicio de alimentos.

“El gran reto que tiene América Latina no es que falten alimentos, producimos muchos, exportamos para todo el mundo. El tema es que la población de bajos ingresos no tiene acceso, especialmente a los alimentos frescos de calidad, y ahí es donde la ciudad puede hacer una gran diferencia, encontrar formas de hacerlos más accesibles a su población es el gran desafío”, aseguró el director de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) durante una entrevista con Noticias ONU.

José Graziano da Silva, quien estuvo presente en la reunión con los alcaldes, afirmó que se necesita transformar con urgencia los sistemas alimentarios y asegurarse de que estos ofrezcan alimentos saludables y nutritivos para todos, al tiempo que se preservan los recursos naturales y la biodiversidad.

El gran reto que tiene América Latina no es que falten alimentos, producimos muchos, exportamos para todo el mundo. El tema es que la población de bajos ingresos no tiene acceso.

“Para eso, tenemos que integrar acciones desde la producción hasta el consumo de alimentos. Las ciudades tienen un papel fundamental en esta transformación tan necesaria de nuestros sistemas alimentarios. Ya no podemos pensar en las áreas rurales y urbanas como una dicotomía, como cosas disociadas. El desarrollo sostenible requiere el fortalecimiento de los vínculos rurales-urbanos basados en un enfoque territorial. Necesitamos promover un continuo rural-urbano”, explicó.

La FAO ha desarrollado un marco específico ligado a la Nueva Agenda Urbana que se lanzará oficialmente en Roma este año e incluye estrategias para vencer varios desafíos.

“Presenta ideas sobre acciones de implementación para generar empleo; fortalecimiento de las cadenas de valor alimentarias locales; y reducir y gestionar los altos niveles de desperdicio de alimentos que se encuentran en muchas ciudades; también reconoce que el desarrollo de los sistemas alimentarios está impulsado, en gran medida, por el comportamiento del consumidor en las áreas urbanas”, asegura el director de la FAO, añadiendo que alrededor del 80% de todos los alimentos producidos globalmente ahora se consumen áreas urbanas.

“Por lo tanto, los consumidores urbanos pueden proporcionar un punto de entrada muy eficaz para promover la transformación hacia una producción agrícola más sostenible y el desarrollo de cadenas de valor”, dijo.