• Koeman ha dirigido la recuperación de la Oranje
  • Superaron a Francia y Alemania en la Liga de Naciones de la UEFA
  • El técnico habla de las razones de esta recuperación

Cuando Ronald Koeman se convirtió en seleccionador de los Países Bajos en febrero de 2018, se encontró con una nación de gran tradición futbolística totalmente deprimida. La negatividad era comprensible. Tras el tercer puesto logrado en Brasil 2014, los holandeses fracasaron en los clasificatorios a la EURO 2016 y la Copa Mundial de la FIFA Rusia 2018.

Los veteranos que habían impulsado a la Oranje hasta el podio de los dos últimos mundiales estaban preparando su marcha del equipo, y la búsqueda de sustitutos a la altura de los Arjen Robben, Wesley Sneijder o Robin Van Persie se antojaba muy difícil.

Además, a Koeman le tocó estrenarse en el cargo con un reto importante: salir airoso de un grupo de la Liga de Naciones de la UEFA en el que figuraban Alemania, por entonces campeona del mundo, y Francia, que pronto se convertiría en su sucesora. El reto era importante, y sin embargo se sacó con nota. Países Bajos ganó el grupo y lo hizo a lo grande, dejando buen juego y sensaciones muy positivas de la mano de un puñado de jóvenes que han dado aires nuevos al equipo.

La depresión ha dejado paso a la ilusión en una Oranje que afronta ahora con optimismo el inicio del clasificatorio a la EURO 2020. De este cambio hablamos con su gran artífice.

Ronald, en apenas un año desde su llegada al banquillo holandés, el equipo ha dado un vuelco. ¿Cómo valora los progresos efectuados?

Las expectativas son mucho más altas ahora que cuando yo llegué, y eso es bueno. Se esperan grandes cosas de nosotros en los clasificatorios para la EURO, lo que refleja los resultados que hemos conseguido y las actuaciones que hemos ofrecido. Es un cambio grande y para bien porque, cuando asumimos el cargo, los aficionados no parecían muy contentos con la selección. Por suerte, hemos logrado buenos resultados y el país vuelve a tener sensaciones realmente positivas.

Usted llegó tras dos campañas de clasificación fallidas y el paso de tres seleccionadores que no consiguieron encarrilar al equipo. ¿Dudó antes de aceptar el trabajo?

En absoluto. En cierta manera, era un buen momento para tomar las riendas, porque todo el mundo sabía que algo tenía que cambiar. Había mucha negatividad, quizá demasiada, pero siempre he creído que podía ayudar a mejorar las cosas. Ahora vuelven a agotarse las entradas para ver los partidos de la selección, algo que no pasaba en los últimos años.

¿Qué repercusión ha tenido en la selección el buen papel del Ajax en la Liga de Campeones?

Nos ha ayudado muchísimo. La Eredivisie era uno de los desafíos a los que nos enfrentábamos cuando aceptamos el cargo, porque no tiene la misma intensidad que la liga inglesa, la alemana o la española. Sin embargo, la forma en la que han jugado el Ajax y el PSV y la experiencia que han acumulado estos equipos en la Liga de Campeones han mostrado a sus jugadores la intensidad que se necesita en el fútbol de máximo nivel.

Se suele decir que los seleccionadores deben poseer una serie de capacidades y destrezas diferentes, puesto que pasan poco tiempo con sus jugadores. ¿Cómo se ha adaptado a esta labor?

Ser entrenador de tu selección hace que te sientas muy orgulloso. Es un trabajo estupendo, y en mi caso era el momento perfecto para aceptar este cargo tras mucho tiempo en el fútbol de clubes. Es muy diferente a entrenar en un club, con un partido cada pocos días. Veo mucho fútbol, viajo mucho para reunirme con los internacionales y, en ciertas épocas cargadas de partidos importantes, resulta fantástico. Pero de noviembre a marzo, con cuatro meses sin nada en absoluto, se ha hecho duro. Me gusta tener contacto con mis jugadores, por eso esos periodos me resultan difíciles.

¿Cómo ha afrontado la renovación de la Oranje tras la retirada del equipo de varios de sus jugadores más ilustres?

Es normal que un país atraviese periodos en los que no surgen talentos con tanta asiduidad. Se trata de una situación difícil también para un seleccionador, porque tú no formas a los jóvenes, sino que la formación se produce en los clubes. Pero aunque surjan jóvenes de talento, necesitas equilibrio en el equipo. Cuando pierdes jugadores de la talla de Van Persie, Van der Vaart, Sneijder o Robben, necesitas que otros líderes den un paso adelante. Por suerte, los hemos tenido. Virgil van Dijk, mi capitán, ha sido importantísimo para nosotros, y también contamos con gente como Gini Wijnaldum y Kevin Strootman.

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El grupo de la Liga de Naciones, en el que figuraban las dos últimas campeonas del mundo era un reto complicado a su llegada. ¿Qué supuso terminar ganando el grupo?

Fue fantástico, porque estaba claro que nadie esperaba que ganáramos un grupo en el que estaban Francia y Alemania. Creo que el partido decisivo para nosotros fue el primero (una derrota por 2-1 contra Francia en París), aunque perdiéramos. Jugamos realmente bien a pesar del resultado, y los jugadores se dieron cuenta de que podían competir contra campeones del mundo. Eso les dio muchísima confianza.

Países Bajos no pudo disputar el Mundial de Rusia, pero seguramente no perdió detalle del torneo…

Sin duda alguna. Observamos detenidamente el Mundial, lógicamente para valorar a los futuros rivales, como Francia, pero también para fijarnos en los sistemas y en las tácticas que empleaban equipos como Inglaterra y Bélgica. Aplicamos todas esas lecciones a la selección holandesa, y fue de hecho una de las razones por las que decidimos cambiar nuestro sistema inicial, con una defensa de cinco, y regresar a una defensa de cuatro.

El jueves se enfrentarán a Bielorrusia en un clasificatorio para la EURO, y después volverán a verse las caras con Alemania. ¿Qué tienen de especial los duelos con la Mannschaft?

Son fantásticos. Todo el mundo conoce la gran rivalidad entre ambos países, pero también el enorme respeto mutuo que existe entre los dos equipos. Ganarle a Alemania significa mucho para nosotros, y conseguir aquellos resultados contra los alemanes en la Liga de Naciones hizo maravillas en nuestros jugadores. Ahora, de nosotros depende ofrecer el mismo rendimiento contra ellos y asegurarnos de regresar a una máxima competición en 2020.

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