Los bosques no solamente son vitales para la salud del medio ambiente; según una nueva investigación del Instituto Max Planck para el Desarrollo Humano en Berlín, la cercanía de los bosques con las ciudades tienen muchos beneficios, y no solamente para el medio ambiente.

Concretamente, la población que vive en áreas limítrofes entre la ciudad y el bosque parece tener mayor facilidad para lidiar con el estrés.

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Los investigadores llegaron a esta conclusión luego de analizar información de 341 participantes en un estudio sobre envejecimiento a largo plazo. Los voluntarios tenían entre 61 y 82 años. Una de las variables analizadas fue la cantidad de áreas boscosas en un radio de un kilómetro alrededor de la vivienda de los participantes.

Una de las conclusiones fue que “existe una asociación positiva entre la cercanía de los bosques y la integridad de la amígdala”, una zona del cerebro donde se procesan las emociones, y donde experimentamos el miedo y la ansiedad.

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Para desgracia de los pobladores de las ciudades, la asociación positiva no fue la misma cuando los participantes viven cerca de parques o zonas lacustres dentro de las ciudades.

Los investigadores no sugieren un nexo causal: es decir, mudarte cerca del bosque no mejorará automáticamente la salud de tu amígdala. Posteriores estudios confirmarán cuál es la relación entre el bosque y la salud neuronal. Queda por determinar si la gente con amígdalas más sanas eligen la cercanía del bosque, lo cual es difícil de determinar.

Sin embargo, un cuerpo creciente de investigaciones ya nos advierten de otros posibles beneficios de reducir el estrés al vivir cerca del bosque, como disminuir las condiciones en que aparecen ciertos tipos de cáncer, y caminar 90 minutos puede disminuir la actividad cerebral asociada a enfermedades mentales.

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