La construcción de túneles y ampliación de la vía existente correspondiente a la Unidad Funcional 2, conocida como tercer carril Bogotá-Girardot, deberá atender los impactos de afectación a la conectividad y movilidad de la población en tres veredas ubicadas en el área de influencia del proyecto entre Melgar y Fusagasugá.
Así lo determinó la Autoridad Nacional de Licencias Ambientales (ANLA) durante una reciente solicitud de información adicional dentro del trámite de licencia ambiental solicitada para por la sociedad “Vía 40 Express S.A.”.
El requerimiento -el número 22 de un total de 27 que se ordenaron-, busca que se garantice el paso de los peatones de un lado a otro de forma segura, y en el caso de implementarse nuevas construcciones, deberán incorporarse en la base de datos geográfica establecida por la ANLA y en el listado de permisos a que haya lugar.
Según el equipo interdisciplinario de infraestructura que participó en la elaboración de la reunión de solicitud de información adicional, durante las fases de socialización del Estudio de Impacto Ambiental (EIA), las comunidades plantearon las dificultades que tienen como peatones para movilizarse desde y hacia Fusagasugá y Melgar.
Estas dificultades fueron generadas inicialmente por la construcción de la doble calzada y que serán intensificadas con las obras de ampliación del tercer carril.
“Esta situación -señala el equipo técnico de la entidad-, es motivo de inconformidad por parte de las comunidades y de posibles conflictos durante la construcción del proyecto que se encuentra en proceso de licenciamiento, por lo que se requiere la implementación de medidas concretas que permitan el tránsito de peatones entre las calzadas para tomar el transporte público existente”.
Las comunidades de las veredas Tokio, San Bartolo y Malachí han solicitado que se contemple el diseño y construcción de un puente peatonal que garantice la seguridad de las personas, pues está vía pasará de ser de dos carriles en un solo sentido, a una de cuatro carriles en ambos sentidos. Los retornos -advierten-, están diseñados para los vehículos y no para las personas.
La sociedad deberá complementar el proceso de socialización del EIA, con la entrega de las actas de reunión a las autoridades locales y comunidades del área de influencia y presentar los respectivos soportes a la ANLA.
Igualmente, se solicitó la actualización del plan de contingencias, ajustar el plan de compensación por pérdida de biodiversidad, demostrar la coexistencia de proyectos con el fin de identificar el manejo y responsabilidad de los impactos ambientales y sustentar mediante modelación hidrológica que el trazado proyectado se encuentra por fuera de la mancha de inundación del caudal máximo de 15 años del río Sumapaz.