El cambio climático global es el proceso por el cual los patrones climáticos sufren de modo acelerado diversos cambios a causa del incremento de la temperatura del planeta. Estos cambios son causados directa e indirectamente por la actividad humana, siendo su principal causa la emisión a la atmosfera de los denominados gases de efecto invernadero (GEI), siendo el dióxido de carbono (CO2)el principal de éstos.
Ante la alerta mundial por los efectos del aceleramiento del cambio climático, los países buscan diferentes estrategias para disminuir las emisiones de GEI a la atmosfera. A nivel mundial, entre el 18 y 20% de los GEI emitidos se deben a la tala y quema de bosques; en el caso del Perú, esta cifra llega al 40%[1] aproximadamente, aunque el incremento en las emisiones de otros sectores tiende a disminuir su importancia relativa
La razón de que la quema de bosques sea un importante contribuyente a la generación de GEI es debido a que los árboles albergan gran cantidad de carbono (C) en sus tejidos, el mismo que es liberado al quemarse. Pero esta misma característica los convierte en parte de la solución al cambio climático, pues un bosque en crecimiento puede capturar grandes cantidades de dióxido de carbono (CO2) de la atmósfera, al retener los árboles carbono (C) para configurar su estructura, principalmente el tronco, y liberar oxígeno (O) a la atmosfera.
Es por ello que los bosques tienen una relación directa con el cambio climático. La conservación de los bosques y su uso sostenible es fundamental para mitigar el cambio climático y para adaptarnos a sus efectos. Los bosques sostienen la vida en el planeta. Además de proporcionarnos madera y diversos otros productos, contribuyen a la regulación de la temperatura y del ciclo hídrico, a la conservación de los suelos y son reservorios de diversidad de flora y fauna.
Los bosques son fuente de riqueza cultural, ya que son el hogar de cientos de comunidades nativas, ricas en saberes milenarios y cultura. Los bosques también representan fuente de alimento para las poblaciones que viven en y alrededor de los bosques, siendo fundamentales para la seguridad alimentaria. Se debe considerar que los bosques también benefician indirectamente a los habitantes de las ciudades, ya sea a través de sus productos o de los servicios ambientales que brindan, como la regulación del ciclo hídrico, por ejemplo.
Por todo esto, es fundamental para nuestro futuro tomar conciencia del valor del bosque en pie, como un ecosistema que brinda bienes y servicios, los cuales deben ser conservados.