Los servicios Copérnico para la observación de la Tierra analizan 40 millones de datos diarios de satélites europeos y otras agencias para elaborar informes sobre el estado de la atmósfera, los océanos y la superficie terrestre, ha explicado el nuevo director del Servicio de Cambio Climático, Jean-Noël Thépaut.
Thépaut asumió el pasado 1 de octubre la dirección del Servicio de Cambio Climático (C3S) y del Servicio de Vigilancia Atmosférica de Copernico (CAMS), creados por la Unión Europea y como parte del Programa Europeo de Observación de la Tierra, puesto en marcha en 2012, que hasta entonces los ha dirigido el español Juan Garcés Marcilla.
Servicios Copérnico para el cambio climático
Thépaut y Garcés han explicado a EFE la importancia de la información generada por los servicios Copérnico, no solo para la elaboración de los modelos meteorológicos que predicen la crisis climática, sino también para la salud de los ciudadanos europeos.
Copérnico es una iniciativa conjunta de la Comisión Europea y de la Agencia Espacial Europea (ESA) y está destinado a observar el estado de la tierra, el mar y la atmósfera, y dar respuesta en situaciones de emergencia como inundaciones, seguridad y crisis climática, basándose en tres segmentos.
La primera la “red de satélites Sentinel, la observación ‘in situ’ a través de redes de información con estaciones terrestres, en aviones, y en otros sitios”, según Thépaut, y “la generación de información”.
El C3S y el CAMS fueron puestos en marcha en 2014 y 2015, respectivamente, y son servicios que funcionan en el Centro Europeo de Previsiones Meteorológicas a Plazo Medio (CEPM/ECMWF, por sus siglas en inglés).
Los dos sistemas se han implementado hasta 2020 y han “crecido desde su lanzamiento en 2014 y 2015”, según Thépaut, quien “está confiado” en lograr la ampliación de los presupuestos para el siguiente periodo de funcionamiento de los dos sistemas entre 2021 y 2027.Actualmente las conversaciones con la Comisión Europea “van por buen camino” para la ampliación de los servicios, en los que se ha basado la política ambiental de la Unión Europea para la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI), sobre todo los de dióxiodo de carbono (CO2), ha afirmado el nuevo director.
Observación de la Tierra
El C3S ha pasado de ser un “sistema embrionario a un sistema totalmente operativo y de referencia a nivel mundial y europeo” sobre la observación de la Tierra, que junto al CAMS son dos servicios que se han convertido en “importantes generadores de información sobre las emsiones de dióxido de carbono (CO2) y otros gases de efecto invernadero (GEI)”.
El sistema Copérnico analizan a diario millones de datos de los seis satélites Sentinel que “observan la Tierra” que se combinan con la información de otras agencias como las estadounidenses NOAA o la NASA, la japonesa o la china, que a pesar de tener diferentes modelos facilitan la elaboración de los modelos meteorológicos.
Obtienen información sobre los océanos y el estado ictiológico de sus sistemas, el estado de la atmósfera y la calidad del aire, la cubierta terrestre, entre otras variables que facilitan “información fiable” para la elaboración de informes mensuales sobre la emergencia climática, según Thépaut.
Además, “trabajamos conjuntamente con la Organización Meteorológica Mundial (OMM), que recoge información mundial sobre el estado del clima”, y que puede ser consultada por cualquier persona en la página web.
Sin embargo, ha apuntado Jean-Noël Thépaut, “no advertimos a los gobiernos lo que deben hacer ni las medidas que deben adoptar para paliar la situación del calentamiento global. Mantenemos reuniones con políticos, científicos, u hombres de negocios, pero nuestra labor es informar”.
Análisis de 40 millones de datos diarios
Según Juan Garcés Marcilla, los informes que se realizan en los servicios Copérnico predicen una situación “bastante catastrófica, pero son realistas”, con el análisis de datos de “casi 100 satélites y 40 millones de observaciones al día que se incluyen en modelos meteorológicos y dan una imagen global del planeta”.
“Esas observaciones puntuales hay que transformarlas a una visión global, con los que predices el futuro y analizas el pasado“, ha explicado el investigador español, quien ha subrayado que los modelos sirven para hacer un análisis de cómo estaba el planeta hace 30 o cien años, porque aunque “no haya datos de todos los lugares, como los polos o los océanos, la información de los modelos se contrasta y corrobora”.
Hoy en día son modelos que te permiten ver cuáles son las variables para muchas zonas del planeta mejor de lo que las conocíamos entonces. Y eso es importante, según Juan Garcés Marcilla.
El experto ha manifestado que según los informes “el Mediterráneo es una de las zonas donde más se sufrirán los efectos del cambio climático, con una subida por encima de la media del resto de lugares”. En ello influyen el estado de las corrientes, del océano, de la atmósfera.
Asimismo se pueden prever las posibles zonas donde se vayan a producir precipitaciones intensas y pueda haber riesgo de inundaciones. Sin embargo, los sistemas “no son aún lo suficientemente exactas para predecir la ubicación precisa. El servicio envía alertas a las autoridades civiles, con el anuncio de alerta”.Garcés ha subrayado la importancia del sistema Copérnico, porque a pesar de que “mucha gente no lo sabe” la información que se consulta actualmente en las aplicaciones de teléfono sobre calidad del aire o niveles de polen, por ejemplo, “se hace con esos datos y modelos europeos”.
Pero también alertas sobre posible riesgo de inundaciones y desastres naturales, información que aún no es cien por cien exacta porque los sistemas no alcanzan tanta exactitud. EFEverde