El británico levanta uno de sus títulos más emotivos.

Apenas nueve meses después de la operación de cadera que pudo terminar con su carrera, Andy Murray coronó este domingo el European Open de Amberes. Desde una perseverancia absoluta, el británico remontó por 3-6, 6-4, 6-4 en dos horas y 27 minutos al suizo Stan Wawrinka en una final eléctrica. Una batalla entre dos hombres decididos a recuperar terreno. El jugador de Dunblane levantó así el 46º título ATP Tour individual de su carrera y el primero de la temporada 2019, dejando claro que su regreso a la élite marcha viento en popa. 

A sus 32 años, y demostrando una tenacidad sin límites, el antiguo No. 1 mundial se reencontró con una copa 31 meses después. Una eternidad en la manos de un competidor de primera línea. Lo hizo además aceptando como ley la dureza, superando partidos a tres mangas en cuartos de final, semifinales y final. Murray no probaba las mieles del triunfo desde que levantara la corona de Dubai en la temporada 2017. Y la victoria en Amberes, el séptimo torneo ATP Tour individual disputado tras su regreso deportivo, no pudo ser más reconfortante.

“Este triunfo significa mucho para mí”, reconoció Andy sin poder contener unas lágrimas de emoción. “Los últimos años han sido muy complicados. He tenido muchos problemas de lesiones en estos últimos tiempos. Remontar en una final así ha sido increíble”, explicó sobre el enésimo capítulo de un regreso memorable. 

Un camino donde Andy ha necesitado redoblar esfuerzos en la sombra. Con meses de preparación al margen del circuito, un inicio de actividad en la modalidad de dobles, llegando a levantar la corona de Queen’s junto a Feliciano López en su primer torneo, y una paulatina adquisición de velocidad con incursiones en el circuito Challenger.También Podría Interesarle: Murray : «Mi Cuerpo Se Está Acostumbrando Un Poco Más»

Ante la mirada de Daniel Vallverdú, el hombre que guía sus pasos desde el mes de junio, Wawrinka entró en la final repleto de convencimiento. Para detener la irrupción de Murray necesitaba buenas dosis de agresividad, y la receta estuvo presente en todo momento. Wawrinka se impulsó con un 3-0 inicial, una renta que protegió al límite en manga decidida por apenas una rotura.

Con el brazo caliente, Stan entró en un ritmo aparentemente imparable. El mismo que le ha permitido tomar hasta tres títulos del Grand Slam.

La inspiración de Wawrinka fue perfecta en el tercer juego del segundo set. Para arrebatar el servicio de Murray y auparse con ventaja (2-1), el suizo hizo brotar de su mano un tino absoluto. Enlazando un golpe ganador tras otro, un imposible ante la gran movilidad del británico, Stan asestó un zarpazo duro al encuentro. Una velocidad que terminó consolidando al servicio (3-1) para colocar a Andy contra las cuerdas.

Sin embargo, si algo ha demostrado Murray es una fe ciega en el sufrimiento. El de Dunblane consiguió equilibrar la manga con paciencia táctica, aceptando los cambios de alturas que Wawrinka propuso desde el revés. Si el suizo era un abanico de posibilidades, con una bola imposible de predecir, Andy demostró que a constancia pocos pueden igualarlo.

El escocés atravesó un vía crucis para empatar el partido, rozando en varias ocasiones el precipicio. Así, de entrada, pasó del 1-3 al 3-3 . Después, en una situación crítica, levantó un 15-40 con 4-4 que lo hubiera colocado a un juego de la derrota. Una capacidad de supervivencia que exprimió hasta llevar el partido al tercer set.

La manga definitiva fue un pulso de poder a poder. Wawrinka vio desaparecer en dos ocasiones una rotura de sus manos y el surgimiento de Murray en primera línea. El escocés demostró que s capacidad de sufrimiento sigue intacta y logró voltear un encuentro que tuvo varias veces casi perdido. 

“Stan estaba jugando a un tremendo nivel, conectando golpes ganadores desde cualquier punto de la pista”, reconoció el británico tras sobrevivir a un imposible. “He resistido de algún modo durante el segundo set, porque sido realmente muy igualado. He conseguido ganar y no esperaba encontrarme en esta situación”, indicó Andy. “He disfrutado la semana, el ambiente ha sido impresionante”.

Los esfuerzos de Murray siguen impulsando su figura en la clasificación individual. Tras dejar atrás un vía crucis físico, la solidez de juego alcanzada por el británico desde su regreso al circuito es más que evidente. Andy es protagonista de una escalada con mayúsculas, pasando de abrir octubre en el No. 503 a ocupar el No. 127 mundial desde este lunes.

¿Sabías Que?
Andy Murray es el segundo jugador en activo con más títulos ATP Tour individuales en pistas cubiertas. Con una colección que ya asciende hasta las 15 coronas, incluyendo las tres primeras conquistas de su carrera profesional, el tenista británico únicamente se encuentra por detrás del suizo Roger Federer (25).  

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