El leopardo de las nieves, felino cuya población ha caído un 20 % en los últimos veinte años, se encuentra en peligro de extinción según la organización WWF por el avance del urbanismo y el impacto del cambio climático, dos amenazas que se conocen coincidiendo con la celebración mañana de su Día Mundial.
“Los hábitats del leopardo de las nieves en el Himalaya están sufriendo la presión del progresivo crecimiento de la población humana y del cambio climático”, ha explicado a EFE el fotógrafo español Oriol Alamany, quien ha viajado junto a su esposa en varias ocasiones para fotografiar y avistar leopardos de las nieves.
Cambio climático y pérdida de espacios
Alamany ha manifestado que junto a su esposa, Eulàlia Vicens, les ha llamado mucho la atención en la frontera con el Tíbet, donde han viajado para el proyecto “Tras el rastro del leopardo de las nieves”, que “año tras año las edificaciones van trepando por las abruptas pendientes de la montaña”.“Parece que la población ya no tiene cabida en las llanuras y penetra en las montañas como una avalancha de nuevas carreteras y gente”, según Alamany, invadiendo los espacios naturales de los también conocidos como los fantasmas de las montañas.
Los trabajos de acceso para la apertura de nuevas vías de comunicación “se han multiplicado en la última década”, ha explicado el fotógrafo, y ha añadido que a ello se une el “lento pero inexorable aumento de las temperaturas, que en el altiplano tibetano ha sido de media unos tres grados en los últimos veinte años”.
Según los datos facilitados por Alamany, WWF estima que la población de leopardos de las nieves se encuentra en los 4.000 ejemplares. Sin embargo, la ong Snow Leopard Trust maneja cifras entre 3.920 y 6.390 animales en una extensión de dos millones de kilómetros cuadrados.
Pero la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), que recoge a la especie en su Lista Roja, señala que la población se encuentra entre los 2.710 y 3.386 ejemplares adultos, lo que quiere decir que no cuenta a las crías y más jóvenes.
Amenazas para el leopardo de las nieves
Señala Alamany que el turismo de observación no es aún un factor de riesgo, “excepto en la región india de Ladakh donde ya se ha disparado”, sin embargo, cree que “habrá que vigilar de cerca su evolución para valorar su impacto”.
Es una actividad que trae beneficios económicos a la población de alta montaña con recursos “realmente escasos”, dice el fotógrafo, porque “hemos visto cómo eso redunda en que ahora respetan mucho más a los felinos, evitando su caza furtiva, porque son ingresos directos para porteadores, guías y hospederías”.
El número de albergues locales o “homesteads” se ha duplicado desde 2017, sobre todo con turistas hindúes, según Alamany, quien matiza que la concentración de personas en la zona puede llegar a molestar su comportamiento natural, “como Eulàlia y yo pudimos observar este año en una ocasión”.
Y eso, “cuando estos depredadores sobreviven en unas condiciones límite de temperatura y poca disponibilidad de presas, no es bueno para ellos”.
El leopardo de las nieves “es un ser mítico, especial, y su observación no debería convertirse en un negocio”, ha aseverado este amante de la especie desde su más pronta infancia.
Planes de ayuda al desarrollo para la población local
Las observaciones deberían estar “limitadas y controladas o vigiladas de algún modo por personal de la administración, al estilo de lo que sucede con los gorilas de montaña”.
Alamany ha explicado que periódicamente se reúnen gobiernos y ongs implicadas para la decisión de estrategias y medidas de conservación, sin embargo hace falta su aplicación y disponer de presupuesto, “lo que no siempre sucede”.
El fotógrafo de los leopardos de las nieves piensa que una forma de evitar la desaparición de la especie es poniendo en marcha programas de ayuda al desarrollo a la población local, lo que “redunda de inmediato en una disminución o desaparición del furtivismo, que es uno de los principales peligros para la especie”. EFEverde