La Organización Meteorológica Mundial (OMM) exhorta a los gobiernos a que protejan las frecuencias radioeléctricas asignadas a servicios de observación de la Tierra, cuya importancia es vital para las predicciones meteorológicas y la vigilancia del cambio climático a largo plazo.
En la Conferencia Mundial de Radiocomunicaciones del 28 de octubre al 22 de noviembre se tomarán decisiones que tendrán repercusiones importantes para la exploración de la Tierra, la vigilancia del medioambiente y la explotación de los satélites meteorológicos.
En la Conferencia, que se celebra cada tres o cuatro años bajo los auspicios de la Unión Internacional de Telecomunicaciones (UIT), se examina el Reglamento de Radiocomunicaciones, que rige la utilización del espectro de frecuencias radioeléctricas y de las órbitas satelitales. En esta ocasión se examinará la gestión de estos limitados recursos orbitales y de frecuencias.
En la comunidad meteorológica suscita una inquietud cada vez mayor el hecho de que la creciente competencia por los anchos de banda, en particular procedente del sector de los teléfonos móviles de la próxima generación —5G—, pueda ir en detrimento de las aplicaciones establecidas para los satélites de observación de la Tierra, las radiosondas, las aeronaves y otros sistemas de observación.
“Obviamente la OMM no desea impedir el desarrollo de nuevas tecnologías de telecomunicación como la 5G. No obstante, nos preocupa que su uso invada el ámbito de las frecuencias utilizadas por aplicaciones que permiten salvar vidas, como las predicciones meteorológicas”, ha declarado Eric Allaix, presidente del Grupo director sobre la coordinación de las frecuencias radioeléctricas de la OMM.
“Debe haber un equilibrio entre los intereses comerciales y tecnológicos a corto plazo y el bienestar y la seguridad mundiales a largo plazo. No deberíamos correr el riesgo de perder gran parte de los logros conseguidos gracias a nuestros servicios de aviso de peligros naturales, lo que además podría suponer un aumento de las pérdidas de vidas y bienes”, dijo el señor Allaix.
Gracias a la oportuna emisión de avisos, en los últimos decenios el número de víctimas mortales se ha reducido de forma considerable. Tales avances son una consecuencia directa del uso de las frecuencias radioeléctricas en los equipos de teledetección. Los datos obtenidos por esos equipos se incorporan directamente a los sistemas de predicción numérica del tiempo, que proporcionan así predicciones más exactas para períodos más prolongados.
Sin embargo, la tecnología inalámbrica y otras aplicaciones, incluidos los servicios de Telecomunicaciones Móviles Internacionales (IMT), que comprenden tecnologías nuevas como la 5G, someten el espectro radioeléctrico a una presión cada vez más intensa.
Técnicas de detección pasiva
En las observaciones meteorológicas por satélite se emplean con frecuencia técnicas de detección pasiva, que utilizan las características de la absorción atmosférica para obtener información sobre el estado presente del sistema Tierra.
Tales mediciones pasivas las realizan instrumentos sensibles, los cuales miden las radiancias de microondas de una intensidad muy baja que emiten naturalmente la atmósfera y la superficie de la Tierra. Estas técnicas de detección pasiva son las más vulnerables a la interferencia de los nuevos usuarios de las frecuencias radioeléctricas, que generan emisiones electromagnéticas para sus propios fines.
El principal motivo de preocupación es la banda de frecuencia «pasiva» de 23,6 a 24 GHz asignada a las observaciones satelitales, adyacente a la banda de 24,25 a 27,5 GHz reservada para la 5G que está siendo debatida. Según los estudios actuales del Sector de Radiocomunicaciones de la UIT (UIT-R) realizados para todas las bandas de frecuencias, solo una importante reducción de las emisiones interferentes de las IMT-2020 puede garantizar la protección de los sensores (pasivos) del Servicio de Exploración de la Tierra por Satélite (SETS), en particular en el caso de la banda «pasiva» de 23,6 a 24 GHz.
La OMM y la UIT llevan muchos años colaborando estrechamente para proteger esas frecuencias radioeléctricas especiales por medio del Reglamento de Radiocomunicaciones de la UIT, pero corresponde a los Miembros de esas Organizaciones tomar conocimiento de los estudios científicos sobre la materia y velar por una protección adecuada y sostenible de esas frecuencias.
Las decisiones correspondientes se tomarán durante la Conferencia Mundial de Radiocomunicaciones (CMR), de cuatro semanas de duración, que se celebrará en
Sharm el-Sheikh (Egipto). Ese evento congregará a más de 3 500 participantes de los 193 Estados Miembros de la UIT y a 267 miembros del Sector de Radiocomunicaciones de la UIT (ITU-R) —en representación de las organizaciones internacionales, los fabricantes de equipos, los operadores de redes y los foros industriales—, que asistirán como observadores.
“La clave para el éxito de la CMR-19 reposa en que se alcance un consenso sobre la manera de encontrar un equilibrio entre las demandas de los diferentes servicios que utilizan el espectro de frecuencias radioeléctricas, como el aeronáutico, el marítimo, los ferrocarriles, el satelital, la radiodifusión, la observación de la Tierra, la comunicación de banda ancha móvil y la radiodifusión para aficionados”, según la UIT.
A la OMM le preocupa que las repercusiones de las decisiones que se tomen en la Conferencia Mundial de Radiocomunicaciones solo se pongan de manifiesto cuando sea demasiado tarde para remediarlas. Centros operativos como el Centro Europeo de Predicción Meteorológica a Medio Plazo (CEPMMP) y organismos espaciales como la Organización Europea para la Explotación de Satélites Meteorológicos (EUMETSAT) o la Agencia Espacial Europea (AEE) comparten esa inquietud.
Congreso Meteorológico Mundial
En el presente año, el Congreso Meteorológico Mundial —órgano supremo de adopción de decisiones de la OMM— aprobó una resolución en virtud de la cual expresó “su profunda preocupación por la amenaza continua que plantea el desarrollo de otros servicios de radiocomunicaciones a varias bandas de frecuencias radioeléctricas asignadas a los servicios de ayudas a la meteorología, de satélites meteorológicos, de satélites de exploración de la Tierra y de radiolocalización (radares meteorológicos y perfiladores de viento)”.
En la Resolución se hace un llamamiento específico a la Unión Internacional de Telecomunicaciones (UIT) y a las administraciones de sus Estados Miembros “para que garanticen la disponibilidad y la absoluta protección de las bandas de frecuencias radioeléctricas que, debido a sus características físicas especiales, son un recurso natural único para la teledetección pasiva a bordo de vehículos espaciales de la atmósfera y la superficie de la Tierra, y de importancia fundamental para la investigación y las operaciones relativas al tiempo, el agua y el clima”.
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