“Aquí, en los tiempos de mi padre y mi abuelo, había un montón de animales silvestres: ciervos, tapires, capibaras y pecaríes”, explica Asaph, un cazador tradicional de la tribu indígena wapishana, en la región guyanesa de Rupununi. “Todavía quedan algunos animales en las montañas Kanuku, pero son más difíciles de encontrar”. La carne de animales silvestres y el pescado constituyen importantes fuentes de proteínas y nutrientes para Asaph y su familia.

Según Asaph, en el pasado los niveles de caza eran sostenibles. Existía un equilibrio entre la cantidad de animales que se cazaban para alimento y las tasas de reproducción natural de los animales silvestres. Sostiene que hoy en día ese equilibrio está en peligro debido a los incendios incontrolados, la expansión de la población en las aldeas, la construcción de nuevas carreteras y la caza comercial.

Para ayudar a incrementar las poblaciones de animales silvestres, Asaph es ahora vicepresidente de un grupo local de conservación y guardabosques. “Estamos tratando de preservar esta zona, para que vuelvan los animales silvestres”. Ello le permitirá seguir cazando y alimentando a sus hijos. “Estamos tratando de educar a los jóvenes acerca de la conservación”, destaca, “para que sepan lo que es beneficioso para el medio ambiente y la comunidad”.

La conservación es importante para la biodiversidad y la seguridad alimentaria en la región de Rupununi de Guyana. © FAO/David Mansell-Moullin

La alimentación y los ingresos de millones de indígenas y habitantes de las zonas rurales dependen de la carne de animales silvestres, especialmente en las regiones tropicales y subtropicales de América del Sur, África y Asia. La demanda de carne de caza también está aumentando en los pueblos y ciudades, donde se consume como un lujo o por tradición. En la actualidad se reconoce que la caza de animales silvestres con fines alimentarios es una de las principales causas de pérdida de la biodiversidad. Según estudios recientes, se estima que 285 especies de mamíferos están en peligro de extinción concretamente debido a este tipo de caza. Si la caza y la pesca de especies silvestres no se mantienen en niveles sostenibles, las poblaciones de animales silvestres disminuirán y las comunidades rurales se verán afectadas por un aumento de los niveles de inseguridad alimentaria.

Es urgentemente necesario encontrar soluciones que permitan tanto alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible como conservar la fauna silvestre. Un consorcio de asociados internacionales, dirigido por la FAO, puso en marcha el Programa de gestión sostenible de la flora y fauna silvestres en 2017. En el marco de este programa se trabaja conjuntamente con 13 países, entre ellos Guyana, para lograr que la caza de las especies más resilientes vuelva a niveles sostenibles, reducir la demanda de carne de caza en las ciudades y fomentar fuentes alternativas de alimentos gustosos y asequibles para las comunidades rurales. En muchos de estos países, es también necesario revisar y mejorar las leyes de caza y los sistemas de tenencia de la tierra, que tienden a ser ambiguos y estar mal aplicados.

Los pueblos indígenas han heredado la función de guardianes de la flora y fauna silvestres y son partes interesadas fundamentales en la elaboración de estrategias sostenibles de caza y pesca. © FAO/David Mansell-Moullin

En Guyana, en el marco del Programa de gestión sostenible de la flora y fauna silvestres, se trabaja estrechamente con Asaph y otros cazadores y conservacionistas indígenas. El objetivo es mantener poblaciones sanas de peces y mamíferos basándose en los proyectos existentes dirigidos por las comunidades. Gracias al programa, tras un año tan solo en la región guyanesa de Rupununi se ha revisado un plan regional de ordenación pesquera, se ha finalizado parte de un censo de fauna silvestre en curso utilizando cámaras trampa, se ha preparado un plan de trabajo de ecoturismo y se han respaldado actividades en colaboración con el organismo regional de turismo, y se ha evaluado el potencial de desarrollo de la ganadería. Todo ello con la esperanza de que estos ejemplos se reproduzcan en otros lugares de Guyana y en otros países.

“Me gustaría que los ciervos volvieran a poblar esta región de nuevo, como lo hacían hace muchos años”, dice Asaf. “La conservación es la clave”, subraya.

El Programa de gestión sostenible de la flora y fauna silvestres es una iniciativa del Grupo de Estados de África, el Caribe y el Pacífico financiada por la Unión Europea. Su ejecución está a cargo de un consorcio dinámico de asociados integrado, entre otros, por la FAO, el Centro de Investigación Forestal Internacional (CIFOR), la Sociedad para la Conservación de la Vida Silvestre y el Centro de Cooperación Internacional en Investigación Agrícola para el Desarrollo (CIRAD) de Francia. En Guyana, las actividades están siendo realizadas por la Comisión de Guyana para la Gestión y la Conservación de la Fauna y Flora Silvestres en coordinación con el CIFOR. En el marco del Programa de gestión sostenible de la flora y fauna silvestres, se está trabajando para restablecer el equilibrio entre la seguridad alimentaria y la conservación, lo cual es necesario para lograr un mundo sostenible con #HambreCero.

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