Los impactos devastadores del cambio climático se están dando a conocer en todo el mundo. Los casquetes polares se derriten y los niveles del océano aumentan, hay eventos climáticos extremos como tormentas fuertes o huracanes y las sequías se intensifican, afectando así a millones de personas en cada continente.
El aumento de la resiliencia a los impactos adversos del cambio climático requerirá planeamiento a largo plazo y preparación para aprovechar las nuevas tendencias y tecnologías, y acelerar así la adaptación transformativa. Con este fin, por la primera vez, la COP 25 presentará un Resilience Lab (un taller para fomentar resiliencia), que servirá como un centro donde se celebran eventos relacionados a resiliencia y talleres informativos a lo largo de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático.
Las discusiones y los eventos celebrados en el Resilience Lab desafiarán a los participantes a revaluar sus suposiciones y trascender los límites del pensamiento tradicional sobre el fomento de adaptación y resiliencia. Se pedirá a los oradores y asistentes que miren más allá de 2030 y presenten ideas o soluciones que puedan ampliar y transformar los esfuerzos de adaptación, o desplegar tecnologías de vanguardia disruptivas al servicio de la maximización de la resiliencia a largo plazo.
Esta iniciativa se basa en el evento inaugural de Resilience Frontiers que tuvo lugar en abril de 2019 durante la Semana de la Adaptación Mundial en Corea, y que reunió a cientos de líderes de pensamiento durante cinco días de previsión y reflexión colectiva sobre cómo maximizar la resiliencia a largo plazo ante el cambio climático. El evento marcó el lanzamiento de la Iniciativa de Fronteras de la Resiliencia, que es un compromiso de acción conjunta del programa de trabajo de Nairobi en el marco de la CMNUCC, y un esfuerzo interinstitucional coordinado por la secretaría de la CMNUCC en colaboración con varios organismos de las Naciones Unidas y otros asociados.
De estos ejercicios surgieron ocho rutas distintas pero interrelacionadas hacia un futuro resiliente, que van desde asegurar el acceso universal y equitativo a las tecnologías de información de vanguardia, a la incorporación de producción regenerativa de alimentos, al desarrollo de instrumentos financieros transformadores, entre otras.
Los eventos dentro del Lab tratarán de trazar un mapa e identificar los puntos de entrada que servirían como bloques de construcción para la transición hacia un futuro resiliente, tal como se prevé en las rutas de ResilienceFrontiers.
Reconociendo el liderazgo visionario y el ingenio de los jóvenes, cada día el Resilience Lab incluirá un minilaboratorio, hecho para y dirigido por jóvenes. Estos minilaboratorios abrirán un espacio para que los jóvenes de diferentes regiones y orígenes compartan sus ideas y perspectivas sobre la adaptación transformadora y la resiliencia relacionadas con las ocho rutas. A su vez, estas ideas y puntos de vista ayudarán a informar sobre cómo se lleva adelante el trabajo de la iniciativa Resilience Frontiers.
El Lab también ofrecerá varias oportunidades para que las personas de pueblos indígenas compartan sus perspectivas e ideas relacionadas con el desarrollo de resiliencia. En particular, su participación mostrará cómo los valores, conocimientos y prácticas indígenas fomentan una relación recíproca con la naturaleza que cuida de las necesidades tanto de las personas como de los sistemas naturales de los que dependen.