Desde los tiburones ballena hasta las mariposas monarca, muchos animales están acostumbrados a migrar a lo largo de rutas transnacionales en busca de alimento o un área de reproducción. En algunos casos lo han estado haciendo durante decenas de millones de años. Por ejemplo, el charrán ártico, el animal que viaja la distancia más larga, vuela más de 25.000 km cada año.
En los últimos 150 años, la actividad humana, la contaminación asociada y el cambio climático inducido por el hombre han estado reduciendo y alterando hábitats de forma acelerada. Muchas especies migratorias dependen de ecosistemas vulnerables, como los humedales, en su camino hacia su destino final.
2020 ha sido denominado como un “súper año” para la naturaleza, en el cual se espera establecer la agenda de acción ambiental de la próxima década en una serie de reuniones cruciales.
Un hito importante en este año es la mayor reunión global sobre especies migratorias: la 13˚ Conferencia de las Partes de la Convención sobre la Conservación de las Especies Migratorias de Animales Silvestres (CMS COP13), que tendrá lugar del 15 al 22 de febrero de 2020 en Gandhinagar, India.
La conferencia reunirá a los Estados parte de la convención, expertos científicos y otros aliados para abordar la alarmante disminución en todo el mundo de los animales silvestres que cruzan las fronteras nacionales, incluidas las aves y las especies acuáticas y terrestres.
El tema de la reunión, “Las especies migratorias conectan el planeta y juntos las acogemos a su regreso», subraya la importancia de la acción colectiva para proteger dichas especies, así como la forma en que los animales migratorios conectan lugares, naciones y personas.
La reunión brinda la oportunidad de considerar cómo pueden apoyarse mutuamente el Plan Estratégico para las Especies Migratorias 2015 -2023 y el marco global para la biodiversidad post-2020, que se adoptará este año en la COP15 del Convenio sobre la Diversidad Biológica.
Con los hábitats siendo alterados o diezmados aceleradamente, la emergencia de biodiversidad ha llegado a un punto crítico. «La tasa de pérdida de especies es exponencialmente más alta que en cualquier otro momento en los últimos 10 millones de años», dijo el Secretario General de las Naciones Unidas, António Guterres.
«Hay mucho en juego. Las metas que nos fijemos y el nivel de voluntad política que movilicemos determinarán si alcanzamos o no los Objetivos de Desarrollo Sostenible, los ideales más altos que la humanidad ha establecido”, dijo Joyce Msuya, directora ejecutiva adjunta del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente.
“Este es el año en que debemos superar los silos, porque la agenda de biodiversidad es una agenda climática y la agenda climática es una agenda de biodiversidad. La pérdida de especies ejemplifica estas interconexiones. Si destruimos los ecosistemas y hábitats que las especies necesitan para prosperar, entonces destruimos nuestro propio sistema de apoyo, poniendo muchos de los Objetivos fuera de nuestro alcance”, añadió Msuya.
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