East vs. West — a tale as old as time.

This Lakers team did not fear the deer. For the final time this regular season No. 1 in the West faced No. 1 in the East, and the country witnessed an absolute showdown. 

This was no ordinary game. The level of seriousness both teams maintained was the greatest equalizer throughout the first half of the matchup. The lack of play-by-play celebrations was a clear indication that both competitors were locked in. And this laser focus was arguably the answer as to why this coast-to-coast contest ended in a draw at half. 

But then, halftime was over. 

When the Lakers returned to the hardwood for the third quarter, it was clear they weren’t leaving that court without a win. 

As the guys went 18-0 in the third, they answered their second-half tie with a 9-point lead. The separation led by their fearless leader — LeBron James (37 points, 8 rebounds, 8 assists). 

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The Bucks, known for their interior defense, were no match for LBJ. The King proved that he owns the hardwood as far as the eye can see… going 8-for-8 from inside the paint. 

And for the last act, holding the NBA’s best fourth-quarter defensive rating (99.9), it’s evident the Lakers are experts at the art of finishing the job. But the most compelling message that this team has conveyed time and time again to everyone watching is to trust in their togetherness. 

This win was paved by LeBron’s leadership, Anthony Davis’ tenacity (30 points, 9 rebounds), flashes of greatness from Kyle Kuzma and Alex Caruso, sacrifices from Avery Bradley, and surprises from one of L.A.’s newest members, Markieff Morris.

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LeBron nodded to the importance of the team’s ability to, “grow in losses and grow in wins.” And it’s obvious, this team’s chemistry and charisma has become stronger and stronger no matter the end result.

Los Angeles, your Lakers are back in the playoffs. 

nba.com

Oriente contra Occidente: una historia tan antigua como el tiempo.

Este equipo de los Lakers no temía a los venados. Por última vez en esta temporada regular, el No. 1 en el Oeste enfrentó al No. 1 en el Este, y el país fue testigo de un enfrentamiento absoluto.

Este no era un juego ordinario. El nivel de seriedad que mantuvieron ambos equipos fue el mayor ecualizador durante la primera mitad del enfrentamiento. La falta de celebraciones de juego por juego fue una clara indicación de que ambos competidores estaban atrapados. Y este enfoque láser fue posiblemente la respuesta de por qué este concurso de costa a costa terminó en un empate a la mitad.

Pero entonces, el medio tiempo había terminado.

Cuando los Lakers regresaron a la madera dura para el tercer cuarto, estaba claro que no iban a salir de esa cancha sin una victoria.

Cuando los muchachos tuvieron 18-0 en el tercero, respondieron a su empate en la segunda mitad con una ventaja de 9 puntos. La separación liderada por su intrépido líder: LeBron James (37 puntos, 8 rebotes, 8 asistencias).

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Los Bucks, conocidos por su defensa interior, no fueron rival para LBJ. El Rey demostró que posee la madera dura hasta donde alcanza la vista … yendo 8 por 8 desde el interior de la pintura.

Y para el último acto, con la mejor calificación defensiva del cuarto trimestre de la NBA (99.9), es evidente que los Lakers son expertos en el arte de terminar el trabajo. Pero el mensaje más convincente que este equipo ha transmitido una y otra vez a todos los que observan es confiar en su unidad.

Esta victoria fue pavimentada por el liderazgo de LeBron, la tenacidad de Anthony Davis (30 puntos, 9 rebotes), destellos de grandeza de Kyle Kuzma y Alex Caruso, sacrificios de Avery Bradley y sorpresas de uno de los miembros más nuevos de Los Ángeles, Markieff Morris.

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LeBron asintió a la importancia de la capacidad del equipo para «crecer en pérdidas y crecer en victorias». Y es obvio, la química y el carisma de este equipo se ha vuelto cada vez más fuerte sin importar el resultado final.

Los Ángeles, tus Lakers están de vuelta en los playoffs.