El Pantanal, un humedal de 340.000 kilómetros cuadrados compartido por Paraguay, Brasil y Bolivia, comienza a reverdecer con las primeras lluvias del otoño, después de los devastadores incendios sufridos en agosto y septiembre, que arrasaron con buena parte de la vegetación y la fauna del lugar.
La organización Guyra Paraguay, que trabaja en la protección de la diversidad biológica del país y administra la estación Tres Gigantes, ubicada en la zona paraguaya de Bahía Negra, también afectada por los incendios, publicó esta semana en sus redes fotografías en las que mostraba la recuperación del Pantanal.
El director ejecutivo de Guyra Paraguay, José Luis Cartes, informó a EFEverde que el Pantanal está en una situación de humedad relativamente alta por las lluvias de otoño y se observa ya “un progresivo crecimiento de la vegetación”.
Ahora, el ecosistema va retomando sus características habituales y deja atrás las imágenes de cenizas y calcinación en las que se convirtió el humedal desde finales de agosto, como consecuencia del fenómeno climático de “El Niño” y sus sequías.
El Pantanal, es un humedal de 340.000 km2 compartido por Paraguay, Brasil y Bolivia. EFE/Guyra Paraguay
Cartes recordó que los incendios en el Pantanal son “periódicos” y se suelen repetir en ciclos de diez años, pero los de 2019 fueron “masivos, de grandes extensiones”.
Junto con la vegetación, también comienzan a aparecer registros de animales, como el oso hormiguero o el puma, una de las más de 40 especies de mamíferos que habitan en la reserva del Pantanal paraguayo.
Desde Guyra Paraguay están ahora atentos a los pronósticos y los modelos climáticos previstos para este año, para evitar que se repitan situaciones como las del año pasado.
Si bien el Pantanal es un ecosistema adaptado al fuego, como apuntó Cartes, también requiere “atención y manejo”.
El objetivo de Guyra ahora es mejorar el equipamiento de su reserva de Tres Gigantes, con 15.000 hectáreas en el Pantanal paraguayo, y preparar a los municipios de la zona, que también se vieron afectados por el humo y las cenizas de los incendios. EFEverde