Llega el calor y para refrescarse cualquier persona piensa en el agua, un recurso cuya escasez sufren unos 2.000 millones de personas, según la ONU, y del que en el escenario actual de crisis climática para 2030 se prevé que la mitad de la población mundial viva en zonas afectadas por un alto grado de estrés hídrico.
En la lista de 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la ONU, el número 6 se refiere al agua y al saneamiento y busca garantizar el acceso a este recurso cada vez más escaso gracias, entre otros aspectos, a la pérdida de fuentes hídricas por el calentamiento global.
Última década muy cálida
Vista de la cola del embalse de Santomera, Murcia, en septiembre de 2017. EFE/Marcial Guillén/ARCHIVO
Precisamente, este jueves la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) ha señalado en el informe anual sobre el Estado del Clima en España 2019 que ocho de los diez años más cálidos se han registrado en este siglo y cinco de los seis con temperaturas más altas se han marcado en la última década.
En relación a la disponibilidad de agua, la Aemet señala que la precipitación ha experimentado “un moderado descenso en los últimos cincuenta años”, a lo que hay que sumar la evaporación por las cada vez temperaturas más altas.El territorio español sufre un déficit global y constante de agua, situación que se va extendiendo a más zonas de las habituales en un escenario claramente más cálido, según la Aemet.
Según la Aemet, cada década es más cálida que la anterior, una situación que agrava la erosión del suelo y la desertificación.
Hábitos de consumo a tomar en cuenta
Por ello, ante el inicio del verano, un período con más consumo de agua, varios expertos recomiendan: cerrar el grifo de agua mientras se cepilla los dientes, se enjabona las manos, se afeita y mientras se lava el cuerpo en la ducha.
Utilizar la ducha en vez de los baños, de media, en la ducha se utiliza un tercio del agua que si se llena la bañera.
Asimismo, mantener siempre un cubo al lado de la bañera para recoger el agua fría hasta que salga templada para ducharse. Ese agua se puede reutilizar en el inodoro o para fregar los suelos.
Un hombre refrescándose en una ducha de la playa de la Malagueta. EFE/Daniel Pérez/ARCHIVO
Igualmente, mantener durante los meses de más calor un envase con agua en la nevera para evitar dejar correr el agua del grifo hasta que salga fría.
Poner las lavadoras y lavavajillas únicamente cuando estén llenas para optimizar el consumo de agua.
No tirar al inodoro restos de comida o papeles con el objetivo de evitar tirar de la cadena cada vez que se quiera deshacerse de esos elementos.
Si se tiene jardín, regar por la noche o en horas de menos calor con el fin de evitar la evaporación del agua.
En los jardines y parques públicos, si se observan daños en los sistemas de riego, avisar a las autoridades para que lo reparen, se evitará la pérdida de miles de litros de agua.
En la piscina, evitar el desperdicio de agua y cerrar los grifos si no se van a utilizar el recurso.
Millones de personas carecen de agua
Mar Mediterrráneo en una playa de Cartagena. EFE/Marta Martínez/ARCHIVO
Según la ONU, en el planeta existe agua suficiente para abastecer a los cerca de 8.000 millones de personas, sin embargo, unos 2.000 millones de personas sufren escasez de agua en el mundo.
Con el escenario de calentamiento global y crisis climática, el organismo internacional prevé que la mitad de la población mundial viva en zonas afectadas por un alto grado de estrés hídrico.
Y para 2050, se estima que la escasez de agua será recurrente para una de cada cuatro personas en el mundo.
Cada vez hay más países con estrés hídrico, aumento de sequías y desertificación, cuyas consecuencias directas provocan además inseguridad alimentaria y, se prevé qu en los próximos 30 años entre 250 y 1.000 millones de personas migren por escasez hídrica.
Un informe de la Unión por el Mediterráneo (UpM) señala a la región como una de las más vulnerables al cambio climático y “se calienta un 20 por ciento más rápido que el resto del planeta”.
Esta situación afecta a los 21 países ribereños del Mediterráneo, que incluye el sur de Europa, norte de Africa y Oriente Medio, donde se ha registrado un ascenso de la temperatura de 1,5 grados en relación a la era preindustrial, según el estudio de UpM.
Cada vez hay más países con estrés hídrico, aumento de sequías y desertificación, cuyas consecuencias directas provocan además inseguridad alimentaria, datos que prevén ademá que en los próximos 30 años entre 250 y 1.000 millones de personas migren por escasez hídrica. EFEverde