El 18 de julio se celebra el Día Internacional de la Vaquita para crear conciencia sobre este mamífero marino en peligro crítico de extinción, que forma parte de la campaña Feroz por la Vida del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA).

Si bien el optimismo puede ser escaso en lo que respecta a la conservación de la vida silvestre, la observación de tres crías de vaquita en octubre de 2019 en el Alto Golfo de California en México fue un momento particularmente emocionante.

Fue un rayo de esperanza en la lucha por salvar al mamífero marino más pequeño del mundo, que se precipita hacia la extinción. La supervivencia de las crías será el factor decisivo para la especie, cuya población no supera los 22 ejemplares, según el Comité Internacional para la Recuperación de la Vaquita (CIRVA).

La vaquita marina vive en las aguas poco profundas del Mar de Cortés, en la costa noroeste de México. De color grisáceo, con rasgos delicados y marcas oscuras alrededor de los ojos y la boca, son los más pequeños de la familia de los cetáceos que incluye ballenas, delfines y marsopas. Se alimentan de peces pequeños, camarones, calamares y pulpos.

Aunque la vaquita sólo es conocida por la ciencia desde 1958, sus números han disminuido en más de 90 por ciento en las últimas dos décadas, en gran parte debido a la pesca ilegal de otra especie en peligro de extinción que comparte su hábitat: la totoaba, muy apreciada en mercados como el chino por sus vejigas natatorias, a las que atribuyen propiedades afrodisíacas. Las vaquitas se ahogan cuando quedan atrapadas en redes de enmalle (grandes redes verticales) utilizadas para atrapar la totoaba y mueren por asfixia, sin poder salir a la superficie por aire.

El informe de 2020 del comité científico de la Comisión Ballenera Internacional indica que la conservación de la vaquita es posible si «existe un esfuerzo riguroso y concertado de aplicación de la ley para evitar la pesca ilegal y el uso de redes de enmalle en todo el rango de la vaquita».

«Hemos estado siguiendo el progreso de conservación de la vaquita, que depende de la aplicación de las prácticas de pesca ilegal en el área de México en la que habita», dijo la representante del PNUMA en México, Dolores Barrientos.

Se están realizando varios esfuerzos de conservación para rescatar a la vaquita. Estos incluyen: la adopción de las decisiones 18.292 a 18.295 sobre la totoaba de la Convención sobre Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres (CITES), que incluyen consideraciones sobre el comercio ilegal de totoaba y sus implicaciones para la vaquita.

El gobierno mexicano, además de crear el Comité Internacional para la Recuperación de la Vaquita (CIRVA), prohibió el uso de redes de enmalle en 2017, así como la pesca nocturna y exigió que los barcos que operan en la zona protegida pasen por puntos de entrada y salida monitoreados.

Para obtener más información sobre las vaquitas, consulte aquí.

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