Una acción internacional coordinada en materia de enfriamiento energéticamente eficiente y respetuoso con el clima podría evitar hasta 460.000 millones de toneladas de emisiones de gases de efecto invernadero -aproximadamente el equivalente a ocho años de emisiones mundiales a niveles del 2018- en las próximas cuatro décadas, según el Informe de Síntesis de Emisiones y Políticas de Enfriamiento del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) y la Agencia Internacional de Energía (AIE).
De acuerdo al reporte, se puede lograr una reducción de entre 210 y 460 mil millones de toneladas de emisiones equivalentes de dióxido de carbono (CO2) en las próximas cuatro décadas a través de acciones para mejorar la eficiencia energética de la industria de enfriamiento, junto con la transición a refrigerantes respetuosos con el clima.
El informe también indica que los países pueden institucionalizar muchas de estas acciones integrándolas en la aplicación de la Enmienda de Kigali al Protocolo de Montreal. Los signatarios de la Enmienda de Kigali han acordado reducir la producción y el uso de gases refrigerantes que calientan el clima, conocidos como hidrofluorocarbonos (HFC), que tienen el potencial de evitar hasta 0,4°C de calentamiento global para el 2100 sólo con este paso.
Las naciones deben reducir considerablemente sus emisiones de gases de efecto invernadero para estar en condiciones de limitar a 1,5°C el aumento de la temperatura mundial en este siglo. Esto es crítico para minimizar los desastrosos impactos del cambio climático. A medida que las naciones invierten en la recuperación del COVID-19, tienen la oportunidad de utilizar sus recursos de forma estratégica para reducir el cambio climático, proteger la naturaleza y reducir los riesgos de nuevas pandemias. Un enfriamiento eficiente y respetuoso con el clima puede ayudar a lograr todos estos objetivos», declaró Inger Andersen, directora ejecutiva del PNUMA.
El informe destaca la importancia del enfriamiento para conservar comunidades sanas; vacunas y alimentos frescos; un suministro de energía estable y economías productivas. La naturaleza esencial de los servicios de enfriamiento se ve subrayada por la pandemia de COVID-19, ya que las vacunas, sensibles a la temperatura, requerirán un rápido despliegue en todo el mundo; los confinamientos obligan a las personas a permanecer en sus casas durante largos períodos de tiempo son un problema de salud en muchos países cálidos.
Sin embargo, la creciente demanda de refrigeración está contribuyendo significativamente al cambio climático. Esto es el resultado de las emisiones de HFC, CO2y carbono negro provenientes de la energía, principalmente generada a base de combustibles fósiles que alimenta los aires acondicionados y otros equipos de refrigeración.
«A medida que los gobiernos despliegan paquetes de estímulo económico masivo para hacer frente a las repercusiones económicas y sociales de la crisis de COVID-19, tienen una oportunidad única de acelerar los progresos en materia de enfriamiento eficiente y respetuoso con el clima. Al mejorar la eficiencia del enfriamiento, pueden asimismo reducir la necesidad de nuevas centrales eléctricas, disminuir las emisiones y ahorrar dinero a los consumidores. Este nuevo informe ofrece a los responsables políticos información valiosa para apoyarlos a abordar el desafío del enfriamiento global», dijo el Dr. Fatih Birol, Director Ejecutivo de la AIE.
Se estima que hay 3.600 millones de equipos de refrigeración en uso en todo el mundo. El informe indica que, si se proporciona refrigeración a todos los que la necesitan, y no sólo a los que pueden permitírsela, se necesitarían hasta 14.000 millones de aparatos de refrigeración para el 2050.
La AIE estima que la duplicación de la eficiencia energética del aire acondicionado para 2050 reduciría la necesidad de disponer de 1.300 gigawatts de capacidad de generación eléctrica adicional para satisfacer la demanda máxima, esto es equivalente a toda la capacidad de generación de energía a partir de carbón en China e India en el 2018. Globalmente, esta duplicación de la eficiencia energética de los acondicionadores de aire podría ahorrar hasta 2,9 billones de dólares estadounidenses EE.UU. para el 2050, sólo considerando la reducción de los costos de generación, transmisión y distribución de electricidad.
Las medidas de eficiencia energética aportarían muchos otros beneficios, como un mayor acceso a la refrigeración vital, una mejor calidad del aire y una reducción de la pérdida y el desperdicio de alimentos, según el informe.
El reporte presenta las opciones de políticas disponibles que pueden hacer que el enfriamiento un elemento de las soluciones climáticas y de desarrollo sostenible, entre otras:
- Cooperación internacional mediante la ratificación y aplicación universal de la Enmienda de Kigali, e iniciativas como la Cool Coalition y la Promesa de Biarritz para una acción rápida en materia de enfriamiento eficiente
- Planes Nacionales de Acción en Enfriamiento que aceleren la transición hacia un enfriamiento respetuoso con el clima, e identifican oportunidades para integrar un enfriamiento eficiente en contribuciones determinadas (NDC por sus siglas en inglés) más ambiciosas en el marco del Acuerdo de París;
- Elaboración y aplicación de estándares mínimos de eficiencia energética y etiquetado de eficiencia energética para mejorar la eficiencia de los equipos.
- Promoción de códigos de construcción y otras consideraciones para reducir la demanda de refrigerantes y refrigeración mecánica, incluida la integración de la refrigeración de distritos y comunidades en la planificación urbana, la mejora del diseño de los edificios, los tejados verdes y el sombreado de los árboles;
- Campañas para poner fin al “dumping” de productos perjudiciales para el medio ambiente con el fin de transformar los mercados y evitar el impacto de las tecnologías de refrigeración obsoletas e ineficientes;
- Cadenas de frío sostenibles para reducir tanto la pérdida de alimentos -un importante contribuyente a las emisiones de gases de efecto invernadero- como las emisiones de las cadenas de frío.
El informe de 48 páginas ha sido redactado por una serie de expertos bajo la dirección de un comité directivo de 15 miembros copresidido por el Premio Nobel Mario Molina, Presidente del Centro Mario Molina, México, y Durwood Zaelke, Presidente del Instituto de Gobernanza y Desarrollo Sostenible, EE.UU. El informe cuenta con el apoyo del Programa de Enfriamiento Eficiente de Kigali (K-CEP).
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