Para muchas comunidades como Las Palmas, en Colombia, donde vive Luz Mary, el futuro ha estado comprometido desde hace años. Pero su fortaleza, los conocimientos que ahora tienen y la resiliencia que han construido para enfrentar los impactos del clima, ahora los usan para enfrentar la crisis del COVID19.

Luz Mary Ordoñez no sabía que esperar cuando se enteró por el noticiero de las medidas tomadas por el gobierno colombiano para afrontar la crisis del COVID19. La sensación de miedo que produce la incertidumbre de apoderó de ella. Ese miedo ya lo había vivido antes.

En 2010, su comunidad y los habitantes de la Mojana sufrieron los impactos de la crisis climática. Las lluvias inundaron más del 50% de la región, dejando sin hogar y sustento a más de 250 mil personas, y destruyendo 22 mil viviendas. La Mojana estuvo inundada por más de 2 años.

Cuando las comunidades empezaban a recuperarse, se presentó una de las sequías más fuertes en los últimos años. Pasaron de estar rodeados de agua a no tener ni una gota.

Para estas familias, la crisis sanitaria originada por el COVID19 se ve acentuada por el cambio climático.  Las sequías cada vez más duras y frecuentes disminuyen su acceso al agua, mientras las inundaciones afectan la producción agrícola, el transporte, la salud humana, la biodiversidad y la disponibilidad de agua segura de las familias.

Conoce toda la historia en este montaje multimedia de nuestros compañeros del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo.

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