‘La tóxica verdad: La exposición de los niños a la contaminación por plomo socava el potencial de una generación’, realizado por el Instituto de Evaluación de la Métrica de la Salud (IHME) y verificado por Environmental Health Perspectives, analiza la exposición infantil al plomo en todo el mundo, si bien incluye estudios monográficos sobre Kathgora (Bangladesh), Tiflis (Georgia), Agbogbloshie (Ghana), Pesarean (Indonesia) y el Estado de Morelos (México).

El estudio, el primero de este tipo, revela que alrededor uno de cada tres niños de todo el mundo, aunque casi la mitad de ellos viven en Asia Meridional, tienen niveles de plomo en la sangre iguales o superiores a 5 microgramos por decilitro (g/dL), «el nivel en el que es necesaria una intervención». La directora ejecutiva de UNICEF, Henrietta Fore, ha explicado que «el plomo, que apenas genera síntomas al principio, causa estragos silenciosos en la salud y en el desarrollo de los niños, con consecuencias potencialmente fatales».Intoxicación por plomo

«El plomo es una potente neurotoxina que causa daños irreparables en el cerebro de los niños, siendo «particularmente destructiva para los menores de 5 años, ya que daña sus cerebros antes de que hayan tenido la oportunidad de desarrollarse plenamente, causándoles un deterioro neurológico, cognitivo y físico para toda la vida», mientras que en niños mayores puede generar daños renales y enfermedades cardiovasculares, han indicado UNICEF y Pure Earth en un comunicado.

Además, «la exposición infantil al plomo también se ha vinculado a problemas de salud mental y de comportamiento», así como a «un aumento de la delincuencia y la violencia», han apostillado. Con todo ello, se calcula que «la exposición infantil al plomo cuesta a los países de ingresos bajos y medios casi 1 billón de dólares debido a la pérdida del potencial económico de estos niños a lo largo de su vida».

Las causas

El informe señala como una de las principales causas de la intoxicación por plomo en niños «el reciclaje informal y deficiente de las baterías de plomo», especialmente en países de ingresos bajos y medios donde el número de vehículos que las usan se ha triplicado desde el año 2000.

De acuerdo con el estudio, «hasta el 50 por ciento de las baterías de plomo ácido se reciclen de manera peligrosa en la economía sumergida». «Los trabajadores de pequeñas empresas de reciclado peligroso y a menudo ilegal rompen las cajas de las baterías, derraman ácido y polvo de plomo en el suelo y funden el plomo recuperado en hornos rudimentarios al aire libre que emiten humos tóxicos que envenenan a la comunidad circundante», han ilustrado UNICEF y Pure Earth.

No obstante, hay otras fuentes de exposición infantil a este material como el agua procedente de tuberías fabricadas con plomo, actividades industriales, pinturas y gasolina, aunque el uso de la gasolina con plomo ha disminuido considerablemente en los últimos decenios. El plomo, han alertado, está presente también en lastas de comida, ropa y juguetes.

«La buena noticia es que el plomo puede reciclarse de forma segura sin exponer a los trabajadores, sus hijos y los vecindarios circundantes. Los sitios contaminados con plomo se pueden reparar y restaurar», ha indicado el presidente de Pure Earth, Richard Fuller. Fuller ha destacado que «el retorno de la inversión es enorme: mejor salud, mayor productividad, mayor coeficiente intelectual, menos violencia y un futuro más brillante para millones de niños en todo el planeta».

«Medidas urgentes»

El informe recomienda a los gobiernos abordar la contaminación por plomo con «un enfoque coordinado» que abarque desde sistemas de gestión tratamiento, reparación y control, incluyendo pruebas del nivel de plomo en sangre, hasta medidas de prevención. En concreto, hace hincapié en la importancia de la «concienciación pública» para propiciar un «cambio de comportamiento» y en la elaboración de políticas y legislación que sobre la fabricación, el uso y el reciclaje de las baterías de plomo ácido y desechos electrónicos.

En un paso más, UNICEF y Pure Earth reclaman «medidas mundiales y regionales, incluida la creación de unidades de medida estandarizadas a nivel mundial para verificar los resultados de la contaminación en la salud pública, el medio ambiente y las economías locales». «Conocer el alcance de la contaminación por plomo y comprender la destrucción que causa en las vidas de las personas y las comunidades debe inspirar medidas urgentes para proteger a los niños de una vez por todas», ha sostenido la jefa de UNICEF.

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