Ginebra/Addis Abeba, 26 de octubre de 2020 — El aumento de las temperaturas, la elevación del nivel del mar, los cambios en los patrones de precipitación y un incremento de la cantidad de fenómenos meteorológicos extremos amenazan la salud y la seguridad humanas, la seguridad alimentaria e hídrica y el desarrollo socioeconómico de África, según un nuevo informe dedicado exclusivamente al continente.
El Informe sobre el estado del clima en África de 2019, una publicación interinstitucional coordinada por la Organización Meteorológica Mundial (OMM), presenta una sinopsis de las tendencias climáticas actuales y futuras y de los efectos conexos en la economía y en sectores sensibles, como la agricultura. Pone de relieve la experiencia adquirida que puede aplicarse a la acción climática en África y propone soluciones para abordar las deficiencias y los problemas fundamentales.
El informe se presentará el 26 de octubre en una reunión de nivel ministerial para hacer hincapié en la urgencia de la acción climática en África y la situación actual en materia de capacidad. Los riesgos son cada vez mayores.
«El cambio climático está afectando cada vez con más intensidad el continente africano, está golpeando con más fuerza a los más vulnerables y contribuyendo a la inseguridad alimentaria y al desplazamiento de poblaciones, y está ejerciendo más presión sobre los recursos hídricos. En los últimos meses se han registrado inundaciones devastadoras, se ha producido una invasión de langostas del desierto y ahora nos enfrentamos al inminente espectro de la sequía debido a un episodio de La Niña. La pandemia de COVID-19 ha agravado el costo humano y económico», dijo el Secretario General de la OMM, Petteri Taalas.
«La información climática basada en conocimientos científicos es la base para fortalecer la resiliencia, es la piedra angular de la adaptación al cambio climático, así como un oasis para los medios de subsistencia y el desarrollo sostenibles. Por ello, el Informe sobre el estado del clima en África cumple una función decisiva a ese respecto, entre otras cosas para orientar las medidas que habremos de adoptar para alcanzar los objetivos de la Agenda 2063 de la Unión Africana», dijo la excelentísima señora Josefa Leonel Correia Sacko, Comisionada de Economía Rural y Agricultura de la Comisión de la Unión Africana.
«La limitada integración y uso de los servicios de información climática en la planificación y la práctica para el desarrollo en África se debe en parte a la escasez de información climática fiable y oportuna. Este informe, que se centra en África, contribuirá en gran medida a subsanar esa deficiencia. El aporte de la Comisión Económica para África a la elaboración de este informe, por conducto del Centro Africano de Política Climática, tiene por objeto poner de relieve el nexo entre cambio climático y desarrollo, y hacer hincapié en que para poder salir adelante después de la pandemia de COVID-19 se requiere un enfoque de desarrollo que sea ecológico, sostenible y resistente al clima y que se base en los mejores conocimientos científicos disponibles. La participación de múltiples instituciones y organismos en la elaboración del informe refuerza nuestros enfoques y principio de trabajar unidos», dijo la Excelentísima señora Vera Songwe, Secretaria Ejecutiva de la Comisión Económica para África de las Naciones Unidas.
Aumento de la temperatura
El año 2019 fue uno de los tres años más cálidos jamás registrados a escala continental. Y se espera que esta tendencia continúe. En las últimas décadas las temperaturas en África han aumentado a un ritmo comparable al de la mayoría de los otros continentes y, por lo tanto, algo más rápido que la temperatura media mundial en superficie.
Las predicciones decenales más recientes, que abarcan el quinquenio de 2020 a 2024, muestran un calentamiento continuo y una disminución de las precipitaciones, especialmente en África Septentrional y Meridional, y un aumento de las precipitaciones en el Sahel.Tendencias de la temperatura media del aire en superficie en cuatro subperíodos utilizando los conjuntos de datos HadCRUT4, NOAAGlobalTemp y GISTEMP.Las barras indican la tendencia de la media de los tres conjuntos de datos, y las líneas negras indican los rangos entre las tendencias superiores e inferiores de los tres conjuntos de datos individuales.
En las dos últimas décadas de este siglo, se registrará en extensas zonas de África un aumento de la temperatura superior a 2 °C respecto de los niveles preindustriales según las proyecciones de escenarios medios, como se informa en el Quinto Informe de Evaluación del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC). En gran parte de África el calentamiento es, desde 1901, superior a 1 °C, y aumenta con las olas de calor y los días calurosos. Según el IPCC, es probable que a finales de siglo se reduzcan las precipitaciones en África Septentrional y en la zona suroccidental de Sudáfrica.
Aumento del nivel del mar y erosión costera
Existe una importante variabilidad regional en las tendencias relativas al nivel del mar en África. El nivel del mar subió 5 mm por año en varias zonas oceánicas que rodean el continente y superó los 5 mm por año en el suroeste del océano Índico, desde Madagascar hacia el este y más allá de Mauricio. Esos valores sobrepasan el aumento medio del nivel del mar a escala mundial de 3 a 4 mm por año.
La degradación y la erosión de las costas son también un gran desafío, especialmente en África Occidental. Alrededor del 56 % de las costas de Benin, Côte d’Ivoire, el Senegal y el Togo se están erosionando y se calcula que esto empeorará en el futuro. Actualmente la elevación del nivel del mar no es el factor dominante, pero se prevé que en el futuro se combinará con otros factores para exacerbar las consecuencias negativas de los cambios ambientales.
Fenómenos extremos
En el informe se documentan fenómenos de alto impacto en 2019. El ciclón tropical Idai, uno de los ciclones tropicales más destructivos que se hayan registrado en el hemisferio sur, causó cientos de víctimas y cientos de miles de desplazados.
África Meridional sufrió una extensa sequía en 2019. En cambio, el Gran Cuerno de África pasó de unas condiciones muy secas en 2018 y gran parte de 2019 a inundaciones y deslizamientos de tierra asociados a fuertes lluvias a finales de 2019. Las inundaciones también afectaron el Sahel y las zonas vecinas de mayo a octubre de 2019.
Efectos en la seguridad alimentaria
En los países del África subsahariana propensos a la sequía, el número de personas subalimentadas ha aumentado en un 45,6 % desde 2012, según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).
La agricultura es el eje de la
economía africana y representa la fuente primaria de medios de subsistencia en todo el continente. Por ello, África es un «foco» de exposición y vulnerabilidad a la variabilidad del clima y a los efectos del cambio climático.
Predicciones medias multimodelo de la temperatura y la precipitación cerca de la superficie para el quinquenio 2020-2024. Los colores muestran las anomalías relativas al período 1981-2010 para el promedio de varias predicciones internacionales que contribuyen al Centro Principal de Predicción Climática Anual a Decenal (https://hadleyserver.metoffice.gov.uk/wmolc/). Las predicciones se inician con las observaciones y comienzan a partir del 1 de noviembre de 2019. Fuente: Oficina Meteorológica del Reino Unido
Según los escenarios de calentamiento del IPCC, se prevé que el aumento de la temperatura tendrá efectos devastadores en la producción de cultivos y la seguridad alimentaria.
Los principales riesgos para la agricultura son una disminución de la productividad de los cultivos asociada al estrés térmico y por sequía, el aumento de los daños ocasionados por las plagas y las enfermedades, y los efectos de las inundaciones en la infraestructura de los sistemas alimentarios, lo que impacta seriamente en la seguridad alimentaria y los medios de subsistencia a nivel regional, nacional y de los hogares.
Para mediados de este siglo, los principales cultivos cerealeros que se producen en África se verán seriamente afectados, aunque habrá una variabilidad regional y diferencias entre los cultivos.
Según el peor escenario de cambio climático, se prevé una reducción del rendimiento medio del 13 % en África Occidental y Central, del 11 % en África Septentrional y del 8 % en el África Oriental y Meridional. Se ha comprobado que el mijo y el sorgo son los cultivos más prometedores, con una pérdida de rendimiento de solo el 5 % y el 8 % respectivamente
de aquí a 2050 gracias a su mayor resiliencia a las condiciones de estrés térmico, mientras que se estima que el arroz y el trigo serán los cultivos más afectados, con una pérdida de rendimiento del 12 % y el 21 % respectivamente para 2050.
Efectos en la salud
El aumento de la temperatura y los cambios en los patrones de precipitación también afectan considerablemente la salud de la población africana. El aumento de la temperatura y una mayor cantidad de precipitaciones mejoran las condiciones del hábitat de los insectos picadores y favorecen la propagación de enfermedades transmitidas por vectores como el dengue, el paludismo y la fiebre amarilla.
Además, están surgiendo nuevas enfermedades en regiones donde antes no estaban presentes. Se estima que en 2017 el 93 % de las muertes por paludismo a nivel mundial se produjeron en África. Las epidemias de paludismo suelen ocurrir después de períodos de lluvias inusualmente intensas. Además, el calentamiento en las tierras altas de África Oriental lleva a que los m
osquitos portadores de paludismo sobrevivan en zonas de mayor altitud.
Efectos económicos
Según el Fondo Monetario Internacional (FMI), las consecuencias adversas se concentran en regiones con climas relativamente cálidos, donde se encuentra un número desproporcionadamente elevado de países de bajos ingresos.
El Centro Africano de Política Climática prevé que el producto interno bruto (PIB) de las cinco subregiones africanas disminuirá significativamente como resultado del aumento de la temperatura mundial. Según los escenarios que proyectan un aumento de las temperaturas mundiales de 1 °C a 4 °C respecto de los niveles preindustriales, el PIB del continente disminuirá entre un 2,25 % y un 12,12 %. África Occidental, Central y Oriental sufrirán efectos más graves que África Meridional y Septentrional.
L’Afrique australe a souffert d’une sécheresse étendue en 2019. En revanche, dans la corne de l’Afrique, les conditions très sèches qui ont prévalu en 2018 et pendant la majeure partie de 2019 ont laissé la place à des inondations et des glissements de terrain dus à de fortes précipitations fin 2019. De mai à octobre 2019, des inondations ont également été enregistrées au Sahel et dans les zones environnantes.
Acción climática
En la Agenda 2063 de la Unión Africana, que se estableció en 2013, se reconoce que el cambio climático es un gran desafío para el desarrollo del continente.
Desde 2015, las contribuciones determinadas a nivel nacional (CDN) en virtud del Acuerdo de París se han convertido en el principal instrumento para orientar las respuestas políticas al cambio climático. Un total de 52 países africanos han comunicado sus primeras CDN y están ahora presentando la revisión de sus CDN de 2020.
África y los pequeños Estados insulares en desarrollo son las regiones que sufren las mayores deficiencias de capacidad en materia de servicios climáticos. Además, la red de observación terrestre de África es la menos desarrollada de todos los continentes.
África ha hecho grandes esfuerzos para impulsar el programa mundial sobre el clima, lo que queda demostrado por el alto nivel de ratificación del Acuerdo de París, más del 90 %. Muchas naciones africanas se han comprometido a llevar a cabo la transición a la energía verde en un plazo relativamente corto. Por ejemplo, la energía limpia y la agricultura se han establecido como prioritarias en más del 70 % de las contribuciones determinadas a nivel nacional de África. Esta ambición debe integrarse en el establecimiento de las prioridades de desarrollo económico del continente.
Un enfoque prometedor que se ha venido aplicando en todo el continente para reducir los riesgos relacionados con el clima y los efectos de los fenómenos extremos ha sido la reducción de la pobreza mediante la promoción del crecimiento socioeconómico, en particular en el sector agrícola. Este sector, que emplea al 60 % de la población africana, ha informado que las técnicas de valor añadido que utilizan fuentes de energía eficientes y limpias pueden reducir la pobreza de dos a cuatro veces más rápido que el crecimiento en cualquier otro sector.
Por ejemplo, el microrriego eficiente alimentado con energía solar está aumentando los ingresos agrícolas en 5 a 10 veces, mejorando el rendimiento hasta en un 300 % y reduciendo el uso del agua hasta en un 90 %, al tiempo que compensa las emisiones de carbono generando hasta 250 kW de energía limpia.
Un gran porcentaje de los pobres del mundo son mujeres, y aproximadamente la mitad de las mujeres del mundo se dedica a la agricultura: en los países en desarrollo, esta cifra es del orden del 60 %, y en los países de bajos ingresos y con déficit de alimentos, del 70 %. Por consiguiente, la reducción de la pobreza mediante el crecimiento en el sector agrícola de África beneficiará especialmente a las mujeres. También puede ocurrir que en algunos casos las mujeres no tengan acceso a los servicios meteorológicos y climáticos. Es importante que todas las personas tengan acceso a esos servicios para que puedan reforzar su resiliencia y capacidad de adaptación individual.
Notas para los editores
Para obtener información sobre la presentación de nivel ministerial haga clic aquí.
Las siguientes organizaciones hicieron aportaciones al presente informe:
Centro Africano de Aplicaciones Meteorológicas para el Desarrollo (ACMAD); Programa de Archivo, Validación e Interpretación de Datos Oceanográficos Satelitales (AVISO); Oficina de Meteorología de Australia; Centro Mundial de Climatología de las Precipitaciones del Servicio Meteorológico de Alemania (DWD); Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO); Centro de Predicción y de Aplicaciones Climáticas de la Autoridad Intergubernamental para el Desarrollo (IGAD); Organización Internacional para las Migraciones (OIM); Laboratorio de Estudios de Geofísica y Oceanografía Espaciales (LEGOS), Francia; Centros Nacionales de Información Ambiental de la Administración Nacional del Océano y de la Atmósfera (NOAA), Estados Unidos de América; Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR); Centro Africano de Política Climática de la Comisión Económica para África de las Naciones Unidas (CEPA); Servicio Meteorológico del Reino Unido; Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA); Programa Mundial de Investigaciones Climáticas (PMIC); Organización Mundial de la Salud (OMS); Organización Meteorológica Mundial (OMM).