Lourdes Uquillas.- Las crisis sanitaria y climática marcan esta semana la agenda internacional del tríodo europeo: Parlamento, Consejo y Comisión, de la OCDE o del Partido Comunista chino, mientras se esperan los resultados de los comicios en Estados Unidos, en momentos donde se prevé más solidaridad y cooperación.  

A pesar de que la actualidad está marcada por la pandemia, como nunca antes, el reparto de fondos ha tenido la crisis climática tan visible en la mesa de negociaciones, y en un momento en el que el medio ambiente está más presente que nunca en las conversaciones.

Consenso en la OCDE

La ministra de Asuntos Exteriores, Arancha González Laya, y el secretario general de la OCDE, Ángel Gurría. EFE/Javier Lizón/ARCHIVO

Aunque no se puede percibir un cambio en los compromisos climáticos del gobierno de Donald Trump, la firma del documento final de la reunión de la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE) por parte de Estados Unidos -algo que no sucedía desde 2016- podría tener visos de que puede iniciarse una nueva etapa.

Para evitar la confrontación, en los compromisos climáticos -uno de los escollos en cumbres anteriores-, el documento recoge que los países firmantes del Acuerdo de París (Estados Unidos no está entre ellos) reconocen que son irreversibles.

El secretario general de la OCDE, Ángel Gurría, ha reconocido el esfuerzo y “los excelentes resultados” para llegar al consenso por parte de la presidencia española, en una reunión donde se ha hablado del compromiso con la crisis climática.

En línea con la situación actual, los miembros de la OCDE firmantes reconocen la necesidad de reforzar la cooperación internacional y la intención de reducir la huella de carbono, compromiso que pretenden reforzar en la próxima reunión climática (COP26) en Glasgow (Reino Unido).

La ministra española de Asuntos Exteriores, Arancha González Laya, ha afirmado que la firma del documento supone una “muestra de confianza” en momentos de mucha incertidumbre e inestabilidad.

Dificultades en la negociaciones europeas

El presidente del Consejo Europeo, Charles Michel (d) y la presidenta de la Comisión, Ursula Von Der Leyen, en Bruselas. EFE/EPA/OLIVIER HOSLET

No parece haber la misma suerte en la décima reunión del Parlamento, el Consejo y la Comisión europeos, para negociar los presupuestos para 2021-2027 y el Fondo de Recuperación de la pandemia. Alemania, que preside la Unión Europea estos seis meses, informó de que las negociaciones han terminado “sin apenas progreso”, aunque las conversaciones continúan a nivel técnico.

La negociación se presenta difícil ante la distribución de 750.000 millones de euros para dotar el programa de recuperación Next Generation (NGEU), que abarca temas sanitarios, de crisis climática y que pretende dejar de subvencionar, entre otros, las industrias emisoras de gases de efecto invernadero (GEI), causantes del calentamiento global. Uno de los aspectos que se estudiará en el Plan Europeo de Inversiones Sostenibles.

El Pacto Verde europeo -presentado por la presidencia de la Comisión Europea, Ursula Von der Leyen, a finales de 2019, como “la nueva estrategia de crecimiento” de los países miembros- es uno de los puntales en la mesa de negociaciones, más aún después del incremento hasta el 55 % -desde el 40 % inicial- de reducción de emisiones de gases de efecto invernadero aprobado la semana pasada por los ministros de Medio Ambiente en Luxemburgo.

Parar las subvenciones a los fósiles supondría miles de millones

Francia

El economista e ingeniero agrónomo francés, Pierre Larrouturou. EFE/Lourdes Uquillas/ARCHIVO

Pero, al parecer, los esfuerzos no van por buen camino, ya que el eurodiputado francés Pierre Larrouturou se declaró este miércoles en huelga de hambre al considerar insuficientes los avances en los temas de sanidad, clima y la creación de una tasa a las transacciones financieras, iniciativa que permitiría recaudar “más de 50.000 millones de euros al año”.

Larrouturou aparece en su cuenta de Twitter con un cartel en el Parlamento Europeo que dice “Huelga de hambre por el clima, la salud y el empleo. Fiscalidad para las especulaciones”, acción con la que pretende presionar a la canciller Angela Merkel y al presidente francés, Emmanuel Macron, para lograr unos presupuestos más enfocados en la crisis climática.

Pero es la crisis económica la que preocupa al Banco Central Europeo cuando Europa registra un rebrote de la pandemia que ha obligado a muchos países a adoptar medidas de confinamiento nuevamente, una amenaza para el crecimiento económico.

A pesar de cierta recuperación económica en Europa, según los datos facilitados hoy, la presidenta del BCE, Christine Lagarde, señaló el jueves que la recuperación económica está perdiendo “dinamismo”, por lo que el organismo económico se plantea comprar deuda, bajar los tipos de interés e inyectar más liquidez a la economía europea.

Lagarde manifestó que a pesar de que no hay riesgo de deflación en Europa, sin embargo, la cautela en el consumo demuestran una “ralentización de la actividad económica en el cuarto trimestre”, situación que se puede acentuar con los confinamientos.

Lagarde ha hecho un llamamiento a los gobernantes europeos a poner en marcha el fondo de recuperación sin retrasos.

China y los compromisos verdes

El presidente Xi Jinping (c). EFE/EPA/ROMAN PILIPEY/Archivo

Por su parte, el Partido Comunista de China (PCCh) reunido en el quinto plenario de su décimo noveno Comité Central, ha reafirmado el cambio de modelo económico y el compromiso de neutralidad de emisiones de carbono en 2060,y que se recogen en el borrador del plan quinquenal 2021-2025.

A finales de septiembre, Jinping anunció ante la Asamblea de Naciones Unidas el compromiso de China para llegar al tope de emisiones de carbono antes de 2030, y encaminarse en los siguientes 30 años a la neutralidad climática.

Un anuncio que puede ser decisivo en la lucha contra la crisis climática del mayor país emisor de gases de dióxido de carbono, y que ha anunciado asimismo la actualización de sus compromisos climáticos con el Acuerdo de París.

Justamente, este año los países firmantes del Acuerdo de París deben presentar la actualización de la Contribución Nacional Determinada (NDC, por sus siglas en inglés) para la reducción de emisiones en las que se prevé mayor ambición climática de cara a la celebración de la COP26.

Ese fue el compromiso de al menos 65 países en la cumbre de la Biodiversidad al final de la Asamblea General de Naciones Unidas en septiembre pasado, año que se celebra su 75 aniversario y en el que se espera que se eleve el espíritu de cooperación entre países ricos y pobres.

Con todo ello y a la espera de los resultados de las elecciones en Estados Unidos el martes próximo, la población mundial observa expectante un reforzamiento de los compromisos climáticos. EFEverde