El acceso y la distribución del agua, la degradación del suelo, las lluvias, las inundaciones, la sequía, la contaminación o la disputa por los recursos naturales, están exacerbando las tensiones y provocando conflictos armados en muchas zonas del mundo, denuncia la ong española Alianza por la Solidaridad.
La organización realiza el llamado de atención a la comunidad internacional para que cambie la forma en la que se involucra en la gestión de los conflictos, en el marco de la celebración este viernes del Día Internacional para la Prevención de la Explotación del Medio Ambiente en la Guerra y los Conflictos.
Conflictos y medioambiente
Alianza por la Solidaridad sostiene que no se debe obviar la parte ambiental que hay detrás de esas situaciones y se pongan en marcha acciones encaminadas a “la prevención, la alerta temprana y la construcción de la paz, considerando el protagonismo de los recursos ambientales”.
Según la ong y con datos de Naciones Unidas, en los últimos 60 años el 40 % de los conflictos internos han tenido relación con la explotación de los recursos naturales, tanto por su “gran valor”, como la madera, los minerales, el petróleo, los diamantes, el oro, como por su escasez, como la tierra fértil y el agua.
El riesgo de recaída de este tipo de conflicto por los recursos naturales “se duplica con respeto a otros casos”, denuncia Alianza por la Solidaridad, por lo que considera fundamental garantizar la preservación del medio ambiente para mantener la paz y consolidarla en muchos territorios.
Sostienen que es imposible que que la paz perdure cuando los recursos naturales que sostienen los medios de subsistencia y los ecosistemas son destruidos o acaparados por grupos y/o empresas externas, y explican que es el caso de Colombia, donde la firma del Acuerdo de Paz de 2016 no ha puesto fin a la violencia.
La ONG española, que lleva más de 20 años trabajando con víctimas del conflicto armado en el sur de este país, ha constatado cómo la disputa por estos recursos –minerales, pero también la propia tierra para cultivos ilegales – dificulta la construcción de la paz.
Agua, recursos naturales, suelo…
Algunos de los proyectos de desarrollo y de apoyo a los desplazados del conflicto armado que duró cincuenta años en el país, para la reconstrucción de la paz son financiados por la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID), sostienen en un comunicado.
En Palestina, el conflicto también está vinculado a los graves problemas ambientales que padece la población, según la ong, y denuncia que la ocupación israelí está afectando a las capacidades de gestión de los propios recursos y a la rehabilitación de sus infraestructuras tan básicas para millones de gazatíes como es la planta de depuración del agua, que ha estado años estropeada, afectando al consumo de agua potable y aumentando la polución de la costa.
Las consecuencias no se han hecho esperar, la contaminación en la costa ha provocado que la pesca se aleje de la zona, mientras que, por otro lado, se impone un límite al paso de los barcos, explican.
Además, la ocupación israelí de territorios palestinos restringe el acceso a áreas de cultivo en el entorno del muro de separación con Israel, lo que supone un límite al acceso a la tierra que dificulta las cosechas, denuncia Alianza por la solidaridad, que tiene en marcha proyectos de apoyo al trabajo y la salud de las mujeres en la Franja, también financiados por la AECID.
La ong defiende que “si queremos alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible y cumplir la Agenda 2030, los gobiernos deben actuar con mayor urgencia y coherencia” para reducir las amenazas que los conflictos armados representan para el medio ambiente y, en última instancia, para la salud y medios de vida, incluso en escenarios complejos, como el que está viviendo en estos momentos la Humanidad. EFEverde