MILÁN – En los juegos, como en la guerra, hay que elegir tácticas, hombres y momentos. Hay que saber cuándo y cómo atacar, cómo defenderse, incluso atrincherarse por si acaso. Hay veces que decides que la clave para ganar a tus adversarios puede ser una jugada de ingenio o de fuerza, y también está el saber que el sufrimiento es un arma necesaria, quizás fundamental, para ganar metros y campo. Para obtener la victoria. Milan Skriniar fue el pretoriano con licencia para atacar que firmó la victoria sobre el Atalanta: 1-0; construido en una pelea, perdón, en una batalla en el área visitante. Los tres defensores implicados en la acción fueron de Vrij, Bastoni y Skriniar. Letal en el golpeo. Y entonces se alejaron, en un largo retroceso de los intentos de avance del ejército de Gasperini. El Atalanta ganó poco terreno: el Inter de Conte fue demasiado compacto. Hasta el minuto 94′. E incluso más allá. Siete victorias seguidas, 62 puntos en el campeonato. Este equipo no se rinde. Nunca.
El Inter-Atalanta no es una partida de ajedrez, es mucho más que eso. Es un enfrentamiento sin cuartel, dos filosofías de juego que parecen similares -en la forma- pero que difieren en ideas y principios. El Atalanta jugó al hombre a hombre, siempre y en todas partes, mientras que el Inter aceptó los regates de su rival, creó densidad en su propio campo y estudió el momento adecuado para activar a Lukaku en la contra. Gasperini ordenó a Maehle que se adelantara a Bastoni, dificultando la salida del balón de los nerazzurri. Fue un partido complicado, como se esperaba. Y a pesar de que se enfrentaron los dos mejores ataques de la liga, por segunda vez el Inter-Atalanta llegó al tiempo de descuento con un empate a cero.
No ha sido un partido en el que se haya necesitado una calculadora para contar las ocasiones de gol. Pero el desafío ha sido táctico y de muy alto nivel: la intensidad, las jugadas, los duelos, han estado al más alto nivel. El Atalanta trabajaba para liberar a Gosens con Zapata moviéndose por la izquierda, en un duelo con Skriniar. El Inter estuvo sólido y concedió poco, pero en la delantera se apoyó mucho en Lukaku, que a menudo estaba de espaldas a portería y lejos del área. En el minuto 25′, el disparo del belga fue rechazado en el último momento por Djimsiti, cuando el gol estaba finalmente al alcance de la mano. La mayor ocasión para el Atalanta llegó en el minuto 40′, con dos saques de esquina consecutivos: Handanovic estuvo soberbio en el remate de Zapata, mientras que Brozovic salvó en la línea el cabezazo de Djimsiti.
La segunda parte se abrió con la sustitución de Malinovskyi por Ilicic y, poco después, de Vidal por Eriksen. Cambios que de alguna manera cambiaron el equilibrio del partido. El esloveno se convirtió en el catalizador de todas las acciones de ataque del Atalanta, mientras que Eriksen… fue el artífice del ansiado gol, al lanzar el córner que les dio la ventaja. Sí, porque el Inter encontró el gol con gran obstinación: Perisic cabeceó el balón, Vrij y Bastoni batallaron en el área. Fue el tercer central nerazzurro quien culminó la acción: paró y disparó a la escuadra de Skriniar para su tercer gol de la temporada y el 1-0 del Inter.
El segundo gol pudo llegar de inmediato: Lukaku, al igual que en la primera parte, se abrió al espacio para quedar mano a mano con Sportiello y su disparo fue rechazado, esta vez por Romero. De hecho, la del minuto 57′ fue la última oportunidad del Inter. A partir de ese momento, de hecho, el Atalanta comenzó una presión larga, constante y de calidad. El Inter no fue sumiso, sino cauto, dispuesto a sufrir y a aceptar la continua propuesta del equipo de Gasperini. Cambió jugadores, metiendo a Muriel, Miranchuk y Pasalic, e insistiendo: buscando soluciones tanto en el centro como en las bandas, enviando el mayor número posible de hombres al ataque, incluidos los centrales. Sin embargo, hasta el minuto 94′ sólo hubo un disparo abierto con la derecha de Zapata, un remate de Muriel salvado por Handanovic y un disparo abierto de Pasalic.
Es experiencia, determinación, fuerza de grupo, exaltación en el sufrimiento: el Inter de Conte, el Inter que lucha y gana.
INTER – ATALANTA
INTER (3-5-2): 1 Handanovic; 37 Skriniar, 6 de Vrij, 95 Bastoni; 2 Hakimi (33 D’Ambrosio 85′), 23 Barella, 77 Brozovic (5 Gagliardini 77′), 22 Vidal (24 Eriksen 53′), 14 Perisic (36 Darmian 85′); 9 Lukaku, 10 Lautaro (7 Sanchez 77′).
Suplentes: 97 Radu, 8 Vecino, 11 Kolarov, 12 Sensi, 13 Ranocchia, 15 Young, 99 Pinamonti.
Entrenador: Antonio Conte.
ATALANTA (3-4-2-1): 57 Sportiello; 2 Toloi, 17 Romero, 19 Djimsiti (6 Palomino 81′); 3 Maehle, 11 Freuler (88 Pasalic 81′), 15 De Roon, 8 Gosens; 32 Pessina (59 Miranchuk 73′), 18 Malinovskyi (72 Ilicic 46′); 91 Zapata (9 Muriel 70′).
Suplentes: 31 Rossi, 95 Gollini, 7 Lammers, 13 Caldara, 20 Kovalenko, 40 Ruggeri, 41 Ghislandi.
Entrenador: Gian Piero Gasperini.
Goleador: 54′ Skriniar (I)
Amonestados: Romero (A)
Nota: Antonio Conte amonestado (I)
Tiempo añadido: 1′ –
Árbitro: Mariani.
Asistentes: Bindoni, Imperiale.
Cuarto Árbitro: Sacchi.
VAR: Valeri.
Asistente de VAR: Ranghetti.
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