Para el agricultor desprevenido, la langosta del desierto es un enemigo tremendo. Estas plagas deplorables tienen un apetito voraz, se multiplican velozmente y recorren hasta 150 kilómetros por día, en los cuales son capaces de devorar amplias franjas de cultivos y pastos a su paso.
El año pasado, oleadas de este insidioso insecto se desplazaron por África oriental, el Yemen y Asia sudoccidental en enjambres masivos conformados por hasta 80 millones de langostas en un solo kilómetro cuadrado.
La amenaza para la agricultura y la seguridad alimentaria ha sido enorme y el desafío de controlarlas, urgente.
En respuesta a ello, la FAO, junto con asociados y donantes, desarrolló un conjunto de herramientas de alta tecnología que revolucionó la detección, la vigilancia y el tratamiento de la langosta, ayudando a los países afectados a controlarla de manera eficaz.
Utilizando datos del clima y previsiones meteorológicas, durante decenios la FAO ha estado a la vanguardia de la lucha contra la langosta. Mediante su innovadora tableta eLocust3, que los equipos sobre el terreno utilizan para recopilar datos fundamentales en todo el mundo y transmitirlos al Servicio de información sobre la langosta del desierto de la FAO, la Organización y las autoridades nacionales pueden cartografiar los movimientos de la langosta y estar por delante de los acontecimientos.
“Es realmente el Rolls Royce de nuestras herramientas de recopilación de datos”, dice Keith Cressman, el oficial superior de previsión contra la langosta.
Pero, a pesar de que las tabletas se usan en 20 países, la última emergencia vinculada a la langosta hizo que la demanda se disparara y que no hubiera el tiempo suficiente para capacitar a los agricultores y pastores. La FAO estaba librando una batalla en varios frentes y necesitaba un arma más pesada para hacer frente a la embestida.
“Estamos buscando constantemente tecnologías de punta para aprovecharlas y adaptarlas en herramientas innovadoras que puedan usarse para mejorar nuestras previsiones y alertas tempranas”, dice Cressman.
Un éxito fundamental de esta batalla ha sido la modificación innovadora de tecnología ya existente para encontrar enjambres de langosta del desierto y luchar contra ellos. Izquierda/Arriba: ©FAO/Luis Tato Derecha/Abajo: ©Joost Bastmeijer
Instrumentos de comunicación a distancia
En enero de 2020, nubes de langostas del desierto del tamaño de París o Nueva York se extendían a lo largo del Cuerno de África, una región ya afectada por la pobreza y la inseguridad alimentaria. Dado que estas plagas tienen una capacidad de multiplicación por 20 con cada generación, cada día que pasaba, la lucha se volvía más difícil.
A contrarreloj, Cressman recurrió a investigadores de PlantVillage, de la Universidad Estatal de Pensilvania, que ofrece soluciones tecnológicas a los agricultores y que ya anteriormente había creado una aplicación para asistir a la FAO en el rastreo de otra plaga agrícola peligrosa, el gusano cogollero del maíz.
“En lugar de reinventar la rueda, ¿por qué no utilizar sus conocimientos especializados con la tecnología existente? Adaptemos la aplicación y usémosla para las langostas”, señala Cressman.
En menos de un mes, Cressman y los desarrolladores crearon una aplicación sencilla para teléfonos móviles que permite que cualquier persona, incluso sin contar con mucha capacitación, recopile datos de la langosta sobre el terreno. Pero no todos los agricultores poseen un teléfono móvil y muchas zonas de África oriental están totalmente aisladas de cualquier red. De modo que la FAO se asoció con el proveedor mundial de GPS Garmin, para modificar un comunicador de datos por satélite que permitiría superar obstáculos relacionados con la conectividad en zonas que carecen de ella.
Si bien ahora la FAO recibe hasta 2 500 registros de datos por día, aproximadamente el 25 % es inutilizable o incorrecto, así que la Organización decidió volver a recurrir a PlantVillage a fin de aprovechar la inteligencia artificial para detectar y eliminar velozmente los datos no deseados. El equipo del Servicio de información sobre la langosta del desierto de la FAO intercambia posteriormente estos datos con los equipos de control en tierra y aire para que puedan determinar rápidamente la ubicación de los enjambres y, entonces, atacarlos y matarlos.
Detección desde el aire
Una llamada telefónica desde una de las reservas de vida silvestre de Kenya también ha dado lugar a otro avance tecnológico. A sugerencia de uno de los guardabosques, la FAO tomó un sistema digital, denominado EarthRanger, utilizado para la vigilancia del movimiento de animales, y lo adaptó para realizar la vigilancia de la langosta.
Cressman trabajó con los desarrolladores de EarthRanger, una fundación filantrópica llamada Vulcan, con el fin de perfeccionarlo concretamente para la vigilancia aérea y la lucha contra la langosta.
En el momento álgido de la intervención frente a la langosta, la FAO se asoció con la empresa 51 Degrees, que empleó esta herramienta para coordinar 28 aviones en el Cuerno de África a fin de llevar a cabo operaciones de vigilancia y control, proporcionando a los pilotos la información precisa que necesitaban para atacar a las langostas en movimiento. La tecnología fue tan eficaz en las operaciones con langostas en Kenya que la FAO inmediatamente amplió su aplicación a Etiopía y Somalia.
“Antes, operábamos en la oscuridad. Con EarthRanger se puede ver exactamente la trayectoria del avión y dónde fumigó. Esto ha permitido un uso más eficaz de los aviones y operaciones de control más eficientes. Estoy seguro de que este es un factor de suma importancia, que contribuyó a la disminución del recrudecimiento que estamos viendo ahora”.
La FAO también está colaborando con investigadores de la Administración Nacional del Océano y la Atmósfera de los Estados Unidos, la Oficina Meteorológica del Reino Unido y la Universidad de Cambridge para elaborar maneras nuevas de mejorar la vigilancia, la previsión y las estrategias de control de los enjambres.
La FAO se asoció con 51 Degrees con objeto de poner a punto un instrumento diseñado específicamente para operaciones aéreas de vigilancia y control, que proporciona a los pilotos la información precisa que necesitan para atacar a las langostas en movimiento. ©FAO/Sven Torfinn.
Un impulso de la era espacial a la vigilancia
Los satélites pueden significar el cambio mayor en el combate contra las langostas del desierto. Dado que las precipitaciones son un componente crucial de la reproducción de las langostas, la FAO está usando dos satélites para determinar las precipitaciones y la vegetación que pueden atraer a las langostas para su reproducción.
“Parece ciencia ficción, ¿no?”, dice Cressman.
Un tercer satélite, al que Cressman apoda el “Santo Grial de la vigilancia de la langosta del desierto”, va más allá y puede detectar la humedad del suelo bajo la superficie terrestre, condiciones que permitirían a la langosta hembra poner sus huevos.
“No se trata solo de la humedad en la superficie del suelo, sino también a unos 15 centímetros por debajo, la profundidad a la que las hembras pueden poner sus huevos”, afirma.
La FAO está trabajando con la NASA, la Comisión Espacial Europea y el Centro Común de Investigación de la Comisión Europea para perfeccionar la tecnología satelital.
De regreso a la Tierra, estos datos satelitales se transmiten en tiempo real a través de teléfonos móviles, tabletas y otros dispositivos, de manera que los países puedan movilizar a sus equipos de control y adoptar medidas inmediatas para hacer frente a los enjambres de langostas.
Ganar la batalla
Con estas operaciones, la escala de la invasión de la langosta del desierto ha disminuido enormemente en Etiopía, Kenya y Somalia. Las operaciones de lucha contra la langosta llevadas a cabo en África oriental evitaron la pérdida de 4 millones de toneladas de cereales y 800 millones de litros de producción lechera y, al mismo tiempo, protegieron la seguridad alimentaria de 36,6 millones de personas y evitaron pérdidas de 1 560 millones de USD en cereales y leche.
“Si bien la situación ha mejorado, ya que quedan pocos enjambres en Kenya y otros menos numerosos y de menor tamaño en Etiopía y Somalia, todavía no hemos llegado al final del rebrote”, dice Cyril Ferrand, Jefe del equipo de resiliencia para el África oriental de la FAO.
“Ahora estamos en medio de la temporada de lluvias y, aunque las precipitaciones han estado por debajo del promedio, las condiciones son cada vez más favorables para la reproducción de las langostas del desierto. Es primordial mantener un nivel alto de vigilancia”.
La amenaza también ha disminuido en el Yemen, pero recientemente han aparecido pequeños enjambres en Iraq, Jordania, el Líbano y Siria.
La FAO ha ganado muchas batallas contra la langosta del desierto, pero esta guerra aún no ha terminado.
Para más información
- Sitio web: Langosta del desierto
- Sitio web: Información más reciente sobre la langosta del desierto
- Sitio web: La FAO en situaciones de emergencia: crisis de la langosta del desierto.
- Artículo: Bioplaguicidas para la lucha contra la langosta del desierto.
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