Stefanos Tsitsipas le espera en la última ronda de Roland Garros
Novak Djokovic y Rafael Nadal escribieron un apasionante capítulo más de su rivalidad. Concretamente, el No. 58 que ponía en juego una plaza en la final de Roland Garros. El No. 1 del FedEx Ranking ATP se impuso al 13 veces campeón del torneo en una dramática batalla por 3-6, 6-3, 7-6(4), 6-2 en cuatro horas y 11 minutos.
El serbio se presenta en su final de Grand Slam número 29, donde presenta un récord de 18-10. Y allí se enfrentará a Stefanos Tsitsipas, que batió a Alexander Zverev en la primera semifinal en otro maratoniano encuentro por 6-3, 6-3, 4-6, 4-6, 6-3.
Djokovic consiguió, además, la victoria No. 80 de su carrera en París, el mismo día que Nadal encajó su tercera derrota en la tierra batida francesa en 108 partidos. El balcánico es el único que ha logrado doblegarlo en dos ocasiones.
El primer juego ya fue una declaración de intenciones. Por parte del serbio, con una propuesta agresiva para amenazar desde el resto; del lado del español, defendiéndose del peligro peleando cada bola. En ese contexto, Nadal necesitó salvar dos puntos de quiebre en nueve minutos para resolver el juego inicial. Y lejos de conformarse, el español devolvió la moneda aumentando aún más la intensidad detrás de la línea de fondo, para convertir su primera opción de quiebre (2-0).
La energía del balcánico se fue consumiendo a la misma velocidad que Nadal fue construyendo sus tiros de fondo para desmontar la salida en tromba de Djokovic. No obstante, el balear enlazó un parcial de 15 puntos de 18 posibles para adelantarse 5-0. A pesar de la brecha en el marcador, el cabeza de serie No. 1 no desistió e intentó volver al partido, aunque su rival le denegó dos oportunidades de quiebre más (0/4). Sin embargo, a la quinta llegó su recompensa (5-2).
La balanza se fue equilibrando y el margen de error volvió a estrecharse. Veinte minutos después del 5-0, Djokovic había recortado la distancia gracias a tres juegos consecutivos, en los que igualó su balance de winners y no forzados (11-11). Pero el margen era demasiado amplío y con 5-3, Nadal no falló con su servicio para cerrar la primera manga (6-3).
Sin tiempo a lamentarse, Djokovic aprovechó su inercia en el final del set anterior y consciente de que no podía conceder aún más margen al español, enlazó siete puntos seguidos para colocarse 1-0, 0/40. Una genialidad de Nadal con una dejada de fantasía rompió el parcial, pero el punto siguiente supuso el 2-0.
El serbio parecía tener el control absoluto del partido por primera vez. Nada más lejos de la realidad. Como casi siempre en las anteriores batallas entre ambos, la línea entre el éxito y el fracaso es demasiado fina. La calidad de Nadal en una pista que ha dominado durante tantos años se plasmó una vez más para recuperar el territorio perdido (2-2) con un reparto de 10-9 en puntos disputados.
El partido entró una fase en la que Djokovic se fue sintiendo cada vez más cómodo. Tanto que volvió a tomar ventaja 3-2, 0/40. El español recurrió al corazón y a la precisión de su muñeca para intentar escapar de otra situación compleja, pero acabó entregando el tercer quiebre en 10 oportunidades (4-2). En ese momento de dominio del resto y de falsa confianza, Nadal elevó el nivel al resto para provocar hasta cinco nuevas opciones de quiebre, que el serbio logró evitar para igualar el choque 6-3.
A Nadal le tocó apretar los dientes, agarrarse a la pista e intentar esperar que pasase el vendaval que tenía enfrente. El empuje del serbio se tradujo en dos nuevas opciones de quiebre en el inicio del tercer set, que salvó para conservar su saque (2-1). Lo hizo con autoridad, mandando con la derecha y certificando con un elegante contrapié. Y una vez más con su servicio necesitó sacar su mejor versión para defender dos oportunidades de break más hasta que a la quinta, Djokovic recogió su premio (3-2).
El partido alcanzó su punto álgido física, tenística y mentalmente. Los dos sabían de la importancia del set y se dejaron el alma en la pista. En cada punto. Nadal dio un paso adelante al resto para apagar la escapada del serbio con tres puntos de quiebre más que le permitieron igualar (3-3). La guerra de desgaste pasó factura al español, que entregó su juego con el servicio en blanco (4-3) y a pesar de los intentos de los intentos de recuperarse de inmediato, lo hizo en el décimo juego cuando Djokovic sacaba para ganar el set (5-5).
Fue Nadal quien pudo cerrar la manga con 6-5 y ventaja a su favor al servicio del serbio. Sin embargo, el intercambio de golpes y de quiebres (dos para cada lado) hizo que un tie-break de infarto fuese juez, que dictó sentencia del lado del serbio (7-4).
Después del derroche físico del set anterior, Nadal hizo gala de su fortaleza mental para saltar a la pista en busca de la remontada, más allá del mazazo moral. Sin tiempo a que Djokovic pudiese disfrutar la ventaja, el español firmó su sexto break (2-0). A partir de entonces, el No. 1 del mundo enlazó seis juegos consecutivos que le dieron el billete a la su sexta final de Roland Garros.
¿Sabías que…?
La rivalidad entre Rafael Nadal y Novak Djokovic alcanza este viernes en Roland Garros los 17 partidos en Grand Slam, igualando el récord que estaba en manos del propio Djokovic y Roger Federer que también se han enfrentado en 17 ocasiones en un torneo de esta categoría.
atptour.com