16 de septiembre de 2021.- La enfermedad por el coronavirus de 2019 (COVID‑19) no retrasó el avance implacable del cambio climático. No hay indicios de un crecimiento más ecológico: las emisiones de dióxido de carbono están aumentando de nuevo rápidamente luego de una disminución pasajera debida a la desaceleración de la economía y no se acercan en absoluto a las metas de reducción. Las concentraciones de gases de efecto invernadero en la atmósfera se mantienen en niveles sin precedentes y condenan al planeta a un peligroso calentamiento futuro, según se desprende del nuevo informe Unidos en la Ciencia 2021, elaborado por diversos organismos.

El aumento de las temperaturas a nivel mundial provoca fenómenos meteorológicos extremos devastadores en todo el planeta, cuyos efectos en las economías y las sociedades son cada vez más graves. Se han perdido miles de millones de horas de trabajo solo a causa del calor. La temperatura media mundial durante los últimos cinco años fue una de las más altas jamás registrada. De acuerdo con el informe, es cada vez más probable que las temperaturas superen temporalmente el umbral de 1,5 °C por encima de los niveles preindustriales en los próximos cinco años.

La escala de los cambios experimentados recientemente en el sistema climático en su conjunto no tiene precedentes en muchos cientos, e incluso miles, de años. Según se indica en el informe, aun con la adopción de medidas ambiciosas encaminadas a reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, el nivel del mar seguirá aumentando y constituirá una amenaza para las islas de baja altitud y las poblaciones costeras de todo el mundo.

“Este año es decisivo en lo que respecta a la acción climática. En este informe, elaborado por las Naciones Unidas y organizaciones científicas internacionales asociadas, se brinda una evaluación integral de los últimos conocimientos adquiridos en el ámbito de la climatología. El resultado es una constatación alarmante de lo alejados que estamos del rumbo previsto”, afirmó Antonio Guterres, Secretario General de las Naciones Unidas.

“Aún estamos muy retrasados con respecto a la consecución de los objetivos establecidos en el Acuerdo de París. Durante este año, hemos presenciado un nuevo crecimiento de las emisiones de combustibles fósiles, el aumento constante de las concentraciones de gases de efecto invernadero y los fenómenos meteorológicos violentos intensificados por las actividades humanas que han afectado a la salud, las vidas y los medios de subsistencia en todos los continentes. A menos que las emisiones de gases de efecto invernadero se reduzcan de manera inmediata, rápida y a gran escala, limitar el calentamiento a 1,5 °C será imposible, lo que traerá aparejadas consecuencias catastróficas para las personas y el planeta del cual dependemos”, explicó en el prólogo.

El informe Unidos en la Ciencia 2021, el tercero de esta serie, está coordinado por la Organización Meteorológica Mundial (OMM), y cuenta con aportes del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), la Organización Mundial de la Salud (OMS), el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC), el Proyecto Carbono Global, el Programa Mundial de Investigaciones Climáticas (PMIC) y la Oficina Meteorológica del Reino Unido. En él se presentan los últimos datos y resultados científicos sobre el cambio climático que fundamentan la adopción de medidas y políticas a escala mundial.

“Durante la pandemia hemos escuchado que debemos reconstruir mejor, a fin de trazar un camino más sostenible para la humanidad y evitar los peores efectos del cambio climático en la sociedad y las economías. En este informe se señala que, hasta el momento en 2021, no estamos avanzando en la dirección correcta”, advirtió el profesor Petteri Taalas, Secretario General de la OMM.

Puntos claves

Concentraciones de gases de efecto invernadero en la atmósfera (Vigilancia de la Atmósfera Global de la OMM)

  • Las concentraciones de los principales gases de efecto invernadero —dióxido de carbono (CO2), metano (CH4) y óxido nitroso (N2O)— siguieron aumentando en 2020 y durante el primer semestre de 2021.
  • Es probable que la disminución general de las emisiones que se registró en 2020 haya limitado el incremento anual de las concentraciones atmosféricas de gases de efecto invernadero de larga duración; sin embargo, este efecto fue demasiado pequeño como para diferenciarlo de la variabilidad natural.
  • La reducción del CH4 atmosférico a corto plazo podría contribuir a la consecución de las metas establecidas en el Acuerdo de París. No obstante, esto no disminuye la necesidad de reducir de forma pronunciada, rápida y sostenida las emisiones de CO2 y otros gases de efecto invernadero.

Emisiones mundiales de gases de efecto invernadero y presupuestos (Proyecto Carbono Global)

  • Las emisiones de COde origen fósil —carbón, petróleo, gas y cemento— alcanzaron un nivel máximo de 36,64 gigatoneladas de dióxido de carbono (GtCO2) en 2019, seguido de un extraordinario descenso de 1,98 GtCO2 (5,6 %) en 2020 debido a la pandemia de COVID‑19.
  • De acuerdo con algunas estimaciones preliminares, entre enero y julio de 2021, las emisiones mundiales en los sectores de la energía eléctrica y la industria ya se encontraban en el mismo nivel o en un nivel superior al observado durante el mismo período en 2019, antes de la pandemia, mientras que las emisiones procedentes del transporte por carretera registraron una reducción de alrededor del 5 %. Sin incluir el transporte aéreo y marítimo, las emisiones mundiales se mantuvieron aproximadamente en los mismos niveles que en 2019, en promedio en los siete meses.
  • Las tendencias recientes en materia de emisiones de N2O, el tercer gas de efecto invernadero más importante después del CO2 y el CH4, superaron las trayectorias socioeconómicas con mayor intensidad de gases de efecto invernadero utilizadas para estudiar el cambio climático futuro.

Brecha de emisiones (PNUMA)

  • Cinco años después de la adopción del Acuerdo de París, no se ha avanzado en la consecución de los objetivos en cuanto a las emisiones: las emisiones mundiales deben ser 15 gigatoneladas de dióxido de carbono equivalente (GtCO2e) más bajas de lo que representan las contribuciones determinadas a nivel nacional (CDN) incondicionales vigentes para cumplir el objetivo de 2 °C, y 32 GtCO2e más bajas para alcanzar el objetivo de 1,5 °C.
  • La crisis generada por la COVID‑19 ofrece solo una reducción a corto plazo de las emisiones mundiales. No habrá una disminución considerable de las emisiones de aquí a 2030, a menos que los países traten de conseguir una recuperación económica que incluya una descarbonización profunda.
  • Es alentador el número creciente de países que se comprometen a alcanzar los objetivos de las cero emisiones netas; en la actualidad, dichos objetivos abarcan alrededor del 63 % de las emisiones mundiales. Sin embargo, para que estos objetivos sigan siendo viables y creíbles, deben reflejarse con urgencia en políticas a corto plazo y en CDN notablemente más ambiciosas para el período comprendido de aquí a 2030.

Clima mundial en el período 2017‑2021 (OMM)

  • La temperatura media global en superficie correspondiente al período 2017‑2021 (basada en los datos recopilados hasta julio) se encuentra entre las más cálidas jamás registradas y, según se estima, equivale a entre 1,06 °C y 1,26 °C por encima de los niveles preindustriales (1850‑1900).
  • En cada año del período comprendido entre 2017 y 2021, el valor mínimo estival medio y el valor máximo invernal medio de la extensión de los hielos marinos del Ártico fueron inferiores a la media a largo plazo registrada durante el período 1981‑2010. En septiembre de 2020, dicha extensión alcanzó el segundo valor más bajo del que se tiene constancia.
  • En 2021 se observaron fenómenos meteorológicos y climáticos extremos de efectos devastadores; el calor extremo excepcional en América del Norte y las crecidas en Europa Occidental fueron señales inequívocas del cambio climático causado por las actividades humanas.

Clima mundial en el período 2021‑2025 (Boletín sobre el clima mundial anual a decenal: Oficina Meteorológica del Reino Unido, PMIC, OMM)

  • Es probable que, en cada uno de los próximos cinco años, la temperatura media mundial anual cerca de la superficie supere, por lo menos, en 1 °C los niveles preindustriales (que corresponden a la media del período 1850‑1900), y es muy probable que ese aumento oscile entre 0,9 ° y 1,8 °C.
  • Hay un 40 % de probabilidades de que la temperatura media mundial en uno de los próximos cinco años sea, por lo menos, 1,5 °C más alta que en los niveles preindustriales; sin embargo, es muy poco probable (alrededor del 10 % de probabilidad) que la temperatura media de los cinco años correspondientes al período 2021‑2025 esté 1,5 °C por encima de los niveles preindustriales.
  • Entre 2021 y 2025, es probable que en las regiones de latitudes elevadas y el Sahel se produzcan más precipitaciones que en el pasado inmediato.

Aspectos destacados del Sexto Informe de Evaluación del IPCC: Bases físicas

  • Es indudable que la influencia humana ha generado un calentamiento de la atmósfera, los océanos y la tierra. Se han producido cambios rápidos y generalizados en la atmósfera, los océanos, la criosfera y la biosfera.
  • La escala de los cambios experimentados recientemente en el sistema climático en su conjunto y el estado actual de numerosos aspectos del sistema climático no tienen precedentes en muchos cientos, e incluso miles, de años.
  • Debido al cambio climático antropógeno, ya se está incrementando la frecuencia y la intensidad de muchos fenómenos meteorológicos y climáticos extremos en todas las regiones del mundo.

El aumento del nivel del mar y los efectos en las zonas costeras (PMIC: OMM, Comisión Oceanográfica Intergubernamental, Consejo Internacional de Ciencias)

  • El nivel medio del mar a escala mundial aumentó 20 cm de 1900 a 2018 y a un ritmo acelerado de 3,7 + 0,5 mm por año de 2006 a 2018.
  • Incluso aunque se reduzcan las emisiones para mantener el aumento de temperatura muy por debajo de 2 °C, el nivel medio del mar a escala mundial probablemente aumentaría entre 0,3 m y 0,6 m de aquí a 2100, y podría aumentar entre 0,3 m y 3,1 m de aquí a 2300.
  • La adaptación a este aumento residual será fundamental (deberán adoptarse estrategias de adaptación donde no existan), especialmente en las zonas costeras bajas, las islas pequeñas, los deltas y las ciudades costeras.

Olas de calor, incendios forestales y contaminación atmosférica: peligros climáticos agravados y en cascada que inciden en la salud (OMS/OMM)

  • El aumento de las temperaturas guarda relación con el incremento de la mortalidad y las discapacidades laborales relacionadas con el calor; en 2019, se perdieron más de 103 000 millones de horas de trabajo en todo el mundo en comparación con el año 2000.
  • La combinación de las infecciones por COVID‑19 y los peligros climáticos, como las olas de calor, los incendios forestales y la mala calidad del aire, ponen en riesgo la salud humana en todo el planeta, especialmente en el caso de las poblaciones vulnerables.
  • Las actividades de recuperación tras la pandemia de COVID‑19 deben armonizarse con las estrategias nacionales sobre el cambio climático y la calidad del aire a fin de reducir los riesgos derivados de los peligros climáticos agravados y en cascada, así como generar beneficios indirectos para la salud.

“Este informe no da lugar a dudas. El tiempo se está agotando. Para que la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático de 2021 que se celebrará en Glasgow, denominada CP 26, sea un punto de inflexión, todos los países deben comprometerse a alcanzar las cero emisiones netas, a más tardar, en 2050, con el respaldo de estrategias concretas a largo plazo y mejores contribuciones determinadas a nivel nacional en virtud de las cuales se reduzcan, de manera colectiva y a más tardar en 2030, las emisiones mundiales en un 45 % respecto de los niveles de 2010”, afirmó el señor Guterres.

“Necesitamos un avance decisivo que permita proteger a las personas y sus medios de subsistencia; se debe destinar, al menos, la mitad de toda la financiación pública para el clima a crear resiliencia y ayudar a las personas a que apliquen medidas de adaptación. Asimismo, necesitamos una mayor solidaridad, en particular el cumplimiento pleno de la histórica promesa de contribución de financiación para el clima a fin de ayudar a los países en desarrollo a que pongan en marcha la acción climática. No existe otra alternativa si deseamos crear un futuro más seguro, sostenible y próspero para todos”.

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