Agencia de Noticias UN- Pensar en el bienestar humano es tomar en cuenta la estabilidad de la naturaleza, de esa forma la ergonomía puede contribuir a la sostenibilidad tanto de las personas como del medioambiente.
Desde cambiar contenedores pesados, hasta el uso de tijeras para cortar flores sin forzar las manos, son factores que mejoran la salud y el bienestar de las personas, pero también fortalecen procesos de ahorro energético y de conservación.
Por el contrario, si los recursos ambientales se malgastan, lograr el bienestar del ser humano no será suficiente.
Así lo manifestaron el profesor Gabriel García del Grupo de Micro y Macro Ergonomía de la U.N., la docente Karen Lange Morales y el investigador sudafricano Andrew Tatcher, quienes resaltaron la importancia de la ergonomía desde una perspectiva ecológica.
Los tres docentes e investigadores se encargaron de destacar las ventajas de estos procesos, a través de un artículo investigativo en la revista Ergonomics, el cual fue considerado como uno de los mejores papers en el Liberty Mutual Best Paper Award, uno de los galardones más importantes del mundo.
En Colombia se habla de la ergoecología y en el sur del continente africano de la ecología verde, pero a pesar de los nombres y los orígenes, el objetivo es el mismo: velar por la responsabilidad social y ambiental.
La iniciativa se ocupa del estudio del ser humano y de sus relaciones con la naturaleza en función de su trabajo, con el fin de interferir en los impactos que se generan dentro de este vínculo. El concepto también se relaciona con el diseño de lugares de trabajo, herramientas y tareas acordes con la fisiología, anatomía y capacidades del trabajador, pero sin afectar el entorno.
“La conciencia ambiental tiene que ver, sobre todo, con el hecho de que en la Tierra somos una especie más”, afirma el docente adscrito a la Escuela de Diseño Industrial de la U.N.