Los países del Mediterráneo Occidental -España, Francia, Italia, Malta, Portugal, Argelia, Libia, Marruecos, Mauritania y Túnez- han suscrito este jueves la “Declaración de Valencia” con el objetivo de reforzar la cooperación en seguridad hídrica y adaptación al cambio climático.
Este encuentro, celebrado en el Palau de les Arts de la capital valenciana bajo el lema Diálogo 5+5, ha reunido a ministros y a otras altas autoridades responsables en materia de Agua, Recursos Hídricos y Medio Ambiente de los citados países.
La vicepresidenta y ministra para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, Teresa Ribera, ha presidido este foro de alto nivel, que se ha cerrado con una declaración ministerial que recoge el compromiso conjunto de hacer frente a las consecuencias del cambio climático sobre los recursos hídricos de la región, que ya experimenta serias alteraciones.
El informe del Panel Internacional del Cambio Climático (IPCC) pone de manifiesto que la región mediterránea «es uno de los entornos con mayor nivel de estrés hídrico. Una situación de escasez de agua que sufren ya más de 180 millones de personas en la cuenca mediterránea”, ha señalado la vicepresidenta.
Incremento de la frecuencia y virulencia de fenómenos extremos
Las previsiones apuntan a un incremento de la frecuencia y virulencia de los fenómenos extremos (sequías, inundaciones, grandes tormentas…), al agravamiento de fenómenos como la desertificación y la salinización de acuíferos y suelos, y a la disminución de la escorrentía y caudales de ríos.
Estas consecuencias -ha añadido Ribera- impactarán no solo en la agricultura, sino que también afectarán negativamente a la autonomía energética, al descender la producción hidroeléctrica.
“España y Portugal podrán experimentar una reducción del 10 % de su potencial hidroeléctrico con un aumento de 2 grados centígrados, y podría reducirse a la mitad en caso de 1,5”, ha advertido.
Los diez países han acordado poner en marcha un Programa de formación, transferencia de conocimiento y desarrollo de capacidades para identificar conjuntamente aquellas acciones, experiencias y soluciones concretas que pueden ofrecer valor añadido en ámbitos como la gestión integrada de cuencas hidrográficas, desarrollos tecnológicos para desalación y reutilización, o nuevos sistemas de irrigación y mejora de la red de infraestructura pública.
Reforzar la seguridad hídrica
Con la “Declaración de Valencia”, los países de la región mediterránea también se comprometen a reforzar la seguridad hídrica mediante la aplicación de la Gestión Integrada de los Recursos Hídricos (GIRH) a todos los niveles para avanzar de una forma resiliente hacia la consecución de un acceso seguro al agua y al saneamiento para todos, tal y como establece el Objetivo de Desarrollo Sostenible número 6 de la agenda de Naciones Unidas para 2030.
“Una de las novedades incorporadas en los nuevos Planes Hidrológicos de tercer ciclo en España es prever medidas concretas de adaptación al cambio climático para cada demarcación, en coherencia con las directrices establecidas por la nueva Ley de Cambio Climático y Transición Energética y del Plan Nacional de Adaptación al Cambio Climático”, ha compartido la vicepresidenta durante la reunión ministerial.
Esta reunión se produce en un contexto europeo e internacional en el que la unidad y la cooperación adquieren un especial valor. “Articular respuestas conjuntas es primordial para asegurar un futuro más sostenible, seguro y resiliente. Cooperar nos hace menos vulnerables”, ha manifestado Teresa Ribera.
Capacitación e intercambio de conocimientos
“España cree firmemente en la capacitación y el intercambio de conocimientos como línea de actuación que permite superar los retos a los que se enfrentan los recursos hídricos”, ha señalado la ministra.
“Hoy es más necesario que nunca seguir trabajando, desde la cooperación regional, para reforzar el desarrollo de capacidades y la transferencia de conocimientos que aseguren la seguridad hídrica y la adaptación a los impactos del cambio climático en el Mediterráneo Occidental”, ha concluido.
El “Diálogo 5+5” o “Foro del Mediterráneo Occidental” fue creado en octubre de 1990 en Roma como primer foro de cooperación reforzada entre las dos orillas del Mediterráneo, y supuso el lanzamiento de la Política Mediterránea Renovada para buscar soluciones comunes a problemas compartidos y sirvió como antesala de las estructuras que se construyeron con el Proceso de Barcelona a partir de 1995. EFEverde