Podría enfrentar a Medvedev en segunda ronda.

Torneo de primera ronda en Viena, cancha central. Quien desconozca el contexto quizá no comprenderá la escena del ganador, el austriaco Dominic Thiem, dejándose tumbar de la emoción y festejando el triunfo ante el estadounidense Tommy Paul como si hubiera ganado un título del ATP Tour. Pero justamente el contexto proporciona varias razones para justificar su euforia tras imponerse por 2-6, 7-6(2), 7-6(6) en dos horas y 55 minutos.

La primera razón: su increíble espíritu de combatividad que le permitió remontar un 0-1 en sets y un 2-5 en el decisivo, así como salvar dos match points en el desempate final (en el 4/6 con el saque y en el 5/6 al resto), para así quedarse con el triunfo a pesar de ganar nueve puntos menos que su rival en el partido (103/112).

Además, el diestro de 29 años estuvo a una bola de estar set y quiebre abajo en tres oportunidades, y a un punto de estar doble quiebre abajo en el decisivo. Habría podido verse en desventaja de 1-5. Siempre estuvo al borde de la eliminación, pero el pupilo del chileno Nicolás Massú, presente durante el encuentro, supo reponerse de todas las adversidades.

Y otra de las razones poderosas por las que celebró dejándose caer al suelo de la emoción fue el público, que lo mantuvo positivo durante el partido. Era su primer encuentro en Viena desde 2020, y el primero con público desde 2019. “Ha sido muy especial esta noche. Es probablemente el segundo partido más importante de mi carrera aquí desde la final en 2019”, aseguró Thiem, campeón de este evento hace tres años.

“Siempre estuve abajo en el marcador y corriendo todo el partido, pero el público estuvo increíble”, continuó el ex No. 3 del mundo. “Realmente extrañaba esto, hace tres años que no vivía una atmósfera así, entonces estoy feliz de haber ganado este partido porque fácilmente hubiera podido perderlo”.

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La última vez que jugó en este evento, en 2020 cuando cayó con Andrey Rublev en cuartos de final, no había público debido a las restricciones por el COVID-19. En ese entonces era el No. 3 del Pepperstone ATP Rankings. Esta vez, como No. 113 del mundo y aún recuperándose tras volver de una lesión en la muñeca, Thiem supo aprovechar el apoyo local de principio a fin.

En las gradas consiguió la energía para ganar salvando match points por segunda semana consecutiva, ya que hace unos días en Amberes había firmado un triunfo épico ante el polaco Hubert Hurkacz: salvando tres match points para celebrar con un marcador similar al de este martes (3-6, 7-6, 7-6).

“Es una gran victoria después de dos buenas semanas, este torneo lo juegan solo jugadores del Top-40, y ya lo había dicho antes del torneo: una victoria ante Tommy Paul [No. 30 del mundo] sería increíble para mí. Y ahora estoy acá luego de ganar el partido. Estoy súper, súper feliz”, agregó Thiem, que ahora espera por el ganador del duelo de este miércoles entre Daniil Medvedev, primer cabeza de serie, y el georgiano Nikoloz Basilashvili.

Mientras Thiem desataba la euforia en el estadio, Cameron Norrie y Pedro Cachín también definían su encuentro en el tie-break del tercer set, pero en la #Glaubandich court. El británico terminó imponiéndose por 3-6, 6-2, 7-6(1) ante el argentino para citarse con el ganador del duelo entre el neerlandés Tallon Grieskpoor y el estadounidense Marcos Giron.

Con este resultado, Norrie sigue aferrado a sus posibilidades de clasificar a las Nitto ATP Finals en Turín, donde el año pasado debutó como suplente. El zurdo de 27 años es duodécimo en la Pepperstone ATP Live Race To Turin.

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