El serbio enfrentará a De Miñaur en octavos de final
La autoridad de Novak Djokovic sigue intacta en la noche de Melbourne, donde busca escribir un capítulo histórico en el tenis profesional masculino. El balcánico escaló este sábado hasta la cuarta ronda del Abierto de Australia tras vencer por 7-6(7), 6-3, 6-4 a Grigor Dimitrov, al que superó tras tres horas y cinco minutos de espectáculo.
En su primer choque directo en más de tres años, una eternidad entre dos de los mayores nombres del vestuario, serbio y búlgaro demostraron el brillo de sus virtudes, entregando un partido vibrante de principio a fin en el Grand Slam que abre la temporada.
«Cada punto y cada juego fue clave», dijo Djokovic. «El punto de inflexión para ambos fue el inicio. Lograr una rotura al principio era importante, no sabía cómo me iba a sentir físicamente. Tuve altibajos. Grigor es un jugador a quien admiro y respeto. Es uno de mis mejores amigos en el circuito, nos conocemos desde hace mucho tiempo. Es uno de los tenistas con más talento, un gran deportista».
La Rod Laver Arena asistió a una primera manga de vértigo, donde la plasticidad de Dimitrov puso a prueba la fuerza en las piernas de Djokovic. Tras quebrar el primer juego del partido, una especialidad del nueve veces campeón, Novak parecía competir bajo control. Sin embargo, un repentino giro de guión colocaría bajo la lupa su capacidad de sufrimiento.
Djokovic pasó del dominio absoluto (tuvo tres pelotas de set al saque con 5-4) al peligro inminente (salvó dos pelotas de set con el servicio en el 5-6), conteniendo la respiración ante Dimitrov en Melbourne. Todo un vía cruces previo al desempate. Allí, de nuevo, las curvas se multiplicaron. El serbio dejó escapar una renta dos minibreaks (4-1) hasta colocar a Grigor con una tercera pelota de set al resto. Ni siquiera eso bastó para herir al balcánico.
El drama tuvo un desenlace a la altura del esfuerzo. En un punto de 18 golpes que encendió al estadio, Djokovic convirtió su quinta pelota de set con una volea de derecha, terminando por el suelo al completar el objetivo.
Tras atrapar una manga de 79 minutos sin respiro, el serbio solicitó pausa médica para recibir un masaje en su pierna derecha, donde arrastra unos problemas musculares que han condicionado su rendimiento en Melbourne Park. El tratamiento pareció templar los pasos del serbio, con un largo camino por delante hasta la consecución del triunfo.
La ventaja convirtió a Djokovic en un competidor intocable, capaz de anular la esperanza al otro lado de la red. El antiguo No. 1 mundial dibujó una segunda manga impecable, haciendo suficiente un quiebre para inclinar el parcial de su lado. El vertiginoso juego de Dimitrov no logró esta vez cuestionar el resultado, más bien al contrario. Djokovic abrió distancias perdonando apenas cinco puntos con su servicio, dejando al búlgaro sin una sola opción de rotura.
Las dos mangas insuflaron el balón de oxígeno definitivo a los pulmones de Djokovic, cuya sombra era ya demasiado larga en Melbourne. El de Belgrado arrancó otras dos roturas en el nacimiento del tercer parcial, asestando un 3-0 que necesitó proteger con el alma. Pese a la inmensa desventaja, Dimitrov se enzarzó en una batalla de fondo con cuatro quiebres consecutivos que llenaron de tensión la manga definitiva. Novak terminaría calmando los ánimos para completar la victoria.
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El penúltimo punto del partido, un agotador intercambio de 31 golpes que llevó a ambos jugadores al límite de sus fuerzas, terminó de poner en pie a un estadio que despidió entre vítores a los protagonistas. Si el partido exigía el alma camino de la victoria, allí estuvo Novak para dejarla sobre la pista.
«Pensé que la doble rotura del tercer set sería suficiente, pero él seguía enfocado. Hasta el último golpe no supe si iba a vencer», reconoció Djokovic. «Ha sido una batalla increíble. Tres mangas, más de tres horas. Debo descansar y prepararme para el siguiente partido».
Con tal determinación, miradas de ambición y masajes de pierna derecha en los cambios de lado, Djokovic confirmó su octavo triunfo consecutivo sobre Dimitrov, al que ya domina por un firme 10-1 en el historial ATP Head2Head.
Ahora, tras envalentonar a la Rod Laver Arena, convertida en templo de su leyenda, Djokovic comprobará el aroma de un graderío dividido. El balcánico afrontará el reto de los octavos de final en un choque inédito ante el australiano Alex de Miñaur, último superviviente local y dueño de los ánimos del público.
¿Sabías Que…?
Novak Djokovic ha ganado sus 24 partidos más recientes en el Abierto de Australia. El récord de victorias consecutivas en el primer Grand Slam de la temporada en modalidad individual masculina sigue en manos del estadounidense Andre Agassi, que enlazó 26 triunfos entre la primera ronda de 2000 y las semifinales de 2004 en Melbourne.
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