Atados con cinta adhesiva y cuerdas deshilachadas, así se ven los troncos de madera que demarcan la entrada del pozo de la mina, un agujero en el suelo no mayor de un metro cuadrado.
A unos metros, un joven acciona una palanca que pone en marcha unos generadores. El zumbido constante de la maquinaria se mezcla con el crujido de un sistema de poleas, ahogando la suave brisa que sopla a través del sitio minero, ubicado en Paracale (Filipinas).
Un segundo joven atado a un arnés comienza su descenso por el pozo y muy por debajo de la superficie del planeta, su faro es la única fuente visible de luz. Al llegar al fondo del estrecho pozo de la mina, saca un pequeño cincel y un martillo y comienza a astillar la roca.
Cuando regresa a la superficie, deposita un saco de minerales en un barril. Otro minero mezcla los minerales con agua antes de añadir gotas de mercurio, que se une a las partículas de oro para crear amalgamas. Estas amalgamas se calientan para evaporar el mercurio, lo que deja aislado al oro.
Si bien es rápido, este proceso con mercurio tiene un costo más allá que económico para estos mineros, sus familias y sus generaciones futuras.
El mercurio es una sustancia química tóxica que puede causar daño cerebral irreversible e interrumpir la salud del ecosistema. No se conoce un nivel de exposición seguro para el mercurio elemental en los seres humanos, y los efectos pueden ocurrir incluso en niveles muy bajos.
“La minería aurífera es una gran parte de nuestra vida. No nos gusta usar mercurio, pero no tenemos otra opción”, afirmó el Sr. Demver Suzara, presidente de la asociación minera que supervisa el sitio de extracción. «Es peligroso, sí. El mercurio debería estar prohibido».
A nivel mundial, hasta 20 millones de personas en más de 80 países trabajan en la minería de oro artesanal y en pequeña escala, incluidos entre 4 y 5 millones de mujeres y menores de edad. Este tipo de extracción, que a menudo no está regulada y es insegura, provoca el 37% de la contaminación por mercurio en el mundo, más que cualquier otro sector.
El programa planetGOLD es dirigido por el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) y tiene como objetivo poner fin al rastro tóxico de la minería de oro en pequeña escala. Los representantes de planetGOLD trabajan con los gobiernos, el sector privado y las comunidades mineras de todo el mundo para eliminar el mercurio de la minería artesanal y promover entornos de trabajo más seguros. Financiado por el Fondo para el Medio Ambiente Mundial (GEF, por sus siglas en inglés), planetGOLD opera bajo el Convenio de Minamata sobre el Mercurio, un acuerdo mundial diseñado para eliminar el uso del mercurio.
“Más de 100 millones de personas dependen de la minería artesanal de oro para su sustento, por lo que es fundamental que cooperemos estrechamente con los gobiernos para equipar a los mineros con el conocimiento y las herramientas necesarias para eliminar el uso del mercurio”, afirmó el Sr. Ludovic Bernaudat, gerente del programa planetGOLD.
Reforzar la gobernanza
La minería artesanal representa el 20% del suministro mundial de oro y genera aproximadamente US$ 30.000 millones anuales.
Sin embargo, las extracciones artesanales no se realizan de manera formal y no son cubiertas por la jurisdicción de los marcos normativos nacionales existentes. Esto puede deberse a que los gobiernos carecen de acceso a información confiable sobre el sector, no pueden proporcionar apoyo administrativo, técnico y financiero, o favorecer las operaciones mineras a gran escala.
«Las políticas y regulaciones existentes crean involuntariamente una barrera para la formalización debido a [sus] requisitos y procesos largos, costosos y demasiado técnicos», agrega la Sra. Abigail Ocate, gerente nacional de proyectos de planetGOLD en Filipinas.
Muchos gobiernos están tomando medidas para aplicar normas más seguras en virtud del Convenio de Minamata sobre el Mercurio, cuyo objetivo es regular exhaustivamente este metal a lo largo de su ciclo de vida, desde la producción hasta el uso y la eliminación. No obstante, la ejecución de dichas medidas no siempre es coherente, especialmente en las zonas rurales y las naciones en desarrollo, lo que da lugar a operaciones artesanales inseguras.
Por ejemplo, más de 250.000 mineros en Kenya, muchos de los cuales son adultos jóvenes que carecen de otras oportunidades de trabajo, están involucrados en la producción de oro a pequeña escala, principalmente a lo largo de la cuenca del lago Victoria, en el suroeste del país. Sin embargo, sin el apoyo financiero y técnico formal de los gobiernos, enfrentan barreras para obtener financiamiento para equipos mineros.
«Pensé que sería simple, pero me equivoqué», admitió Emmanuel Nyaga, un minero de 21 años en un sitio de extracción a pequeña escala en Kisumu (Kenya). «Este trabajo es demasiado duro. De saberlo antes, no sería mi primera opción. Pero ya llevo trabajando aquí un año».
El joven Emmanuel Nyaga, al igual que muchos que trabajan en el sector, solo recibe un pago cada dos semanas y debe encontrar un trabajo alternativo durante gran parte de la temporada de lluvias de seis meses del país.
“Desde que comenzamos a minar y por generaciones, nunca hemos sido legalizados o formalizados”, afirmó el Sr. Kephas Ojuka, presidente de una asociación de mineros en la región. “Queremos alternativas al mercurio para que nuestras vidas no vuelvan a verse afectadas y así formalizar nuestro trabajo según la ley”.
La minería artesanal y en pequeña escala emite más de 2.000 toneladas de mercurio al año. Esto incluye las emisiones a la atmósfera de amalgamas de calentamiento, así como las pérdidas directas de mercurio a la tierra y el agua. El producto químico, que se ha utilizado en la minería durante más de 3.000 años, no se degrada en el medio ambiente. Se ha demostrado en investigaciones científicas que las copas de los bosques cercanos a los sitios de extracción de oro a pequeña escala pueden interceptar y acumular grandes volúmenes de contaminación atmosférica por mercurio.
Esto significa que el mercurio puede acumularse y transmitirse a lo largo de la cadena alimentaria. En consecuencia, además de las plantas, el mercurio causaría daños en los sistemas nervioso, digestivo e inmunológico tanto en los animales como en los seres humanos. Se estima que hasta 100 millones de personas están expuestas de manera directa o indirecta al mercurio usado en las extracciones de oro a pequeña escala.
Un nuevo estándar de oro
Para contrarrestar el rastro tóxico de la minería de oro, planetGOLD está facilitando el intercambio de recursos técnicos y orientación entre las minas de oro artesanales y los gobiernos. También aboga por nuevas alternativas tecnológicas para reducir y, en última instancia, eliminar la dependencia del mercurio.
La primera fase de planetGOLD inició proyectos para mejorar el acceso a la financiación en nueve países, entre ellos Kenya, Filipinas e Indonesia. Esta fase redujo el uso de mercurio en la minería a pequeña escala en un estimado de 369 toneladas y capacitó a miles de mineros en las prácticas mineras más seguras.
PlanetGOLD se expandirá a otros 15 países y aprovechará el cofinanciamiento de más de US$ 342 millones durante su segunda fase en enero de 2023. Su objetivo es reducir el uso de mercurio en 512 toneladas, mejorar las condiciones de más de 1,2 millones de hectáreas de tierra, mitigar unas 400.000 toneladas de emisiones equivalentes de dióxido de carbono y beneficiar a 370.000 personas en los próximos seis años.
En esta segunda fase, planetGOLD ayudará a las minas artesanales a formalizar sus operaciones, declaró el Sr. Bernaudat.
“La situación informal de muchas comunidades mineras dificulta la eliminación gradual del mercurio. Por lo tanto, acompañar a los mineros a formalizar su trabajo puede resultar en mayores ingresos y mejores condiciones de trabajo, al tiempo que ayuda a superar los desafíos sociales y ambientales».
En agosto de 2022, planetGOLD inauguró oficialmente su última planta de procesamiento libre de mercurio en Burkina Faso. El programa sigue capacitando a los mineros locales a mantener sus actividades de extracción sin recurrir al mercurio.
«Los mineros estaban muy contentos», declaró el Sr. Abel Ouedraogo, un geólogo especialista de exploración en el terreno. “Nos dijeron: «Confiamos en que la planta de procesamiento nos ayudará a cambiar un sistema a base mercurio por un sistema con cero mercurio. Estamos muy contentos»».
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