La Nebulosa de la Mariposa es la más extraña en su tipo, con la forma de reloj de arena se le ha denominado con el nombre de las lepidópteras de manera acertada. La mayoría de las nebulosas tienen una forma aproximadamente circular, pero NGC 6302, nombre original de la nebulosa, es completamente distinta de todas las demás aunque los astrónomos dicen que está perdiendo sus alas.
La Nebulosa de la Mariposa
Las nebulosas son objetos increíbles que se esparcen por grandes porciones del Universo, son el resultado de la explosión estelar cuando las gigantes gaseosas se han quedado sin combustible y desprenden sus capas hacia el cosmos, dejando una huella de polvo y colores vibrantes.
Estos cúmulos brillantes a menudo reciben nombres de flores o animales para identificarlos de maneras más rápidas. La nebulosa NGC 6302 es peculiar entre todas porque no posee una forma circular sino que tiene forma de reloj de arena, razón por la que ha recibido el nombre de Nebulosa de la Mariposa.
Se encuentra a 4 mil millones de años de la constelación de Escorpion que es donde se ubica nuestro Sistema Solar y es tan grande que su manto cubre alrededor de 3 años luz. Los astrónomos creen que al centro de la nebulosa todavía sobrevive su estrella moribunda, aunque no puede verse directamente debido a que está oculta detrás del polvo cósmico. No obstante, está ardiendo a 250,000ºC, lo que es unas 200 veces más que nuestro Sol, pese a que es casi del tamaño de nuestro planeta.
Está perdiendo sus alas
Investigadores de la Universidad de Washington liderados por Bruce Balick, profesor emérito de astronomía, han estado vigilando de cerca a la Nebulosa de la Mariposa para comprender cómo fue que obtuvo su peculiar forma, pero han descubierto que está comenzando a perder sus alas.
El equipo comparó imágenes del Telescopio Espacial Hubble tomadas durante los últimos 11 años para trazar velocidades y los patrones de crecimiento de las características dentro de las alas de la nebulosa.
Lars Borchert, coautor de la investigación, descubrió media docena de ‘chorros’ en la nebulosa que parecen haber comenzado hace 2 mil 300 años y terminaron hace 900 años. Las explosiones han estado expulsando material en una serie de salidas asimétricas, ya que se mueven más rápidamente en las partes exteriores de la nebulosa, mientras que el material cercano a la estrella oculta se expande con mucha menor lentitud. Es entonces que los caminos del material vibrante se cruzan entre sí para formar estructuras ‘desordenadas’ y el característico patrón de las alas.
No obstante, también encontraron que algo anda mal en la Nebulosa de la Mariposa. Las imágenes del Hubble muestran cómo entre 2009 y 2020, existe un cambio dramático en el material dentro de las alas. Los poderosos vientos están ocasionando complejas alteraciones en las alas, empobreciendo su extensión.
Creen que la estrella interior oculta pudo haberse fusionado con una estrella compañera, o quizá obtuvo material de una estrella cercana, lo que a su vez generó campos magnéticos complejos que son los responsables del cambio en las alas de la lepidóptera. Por ahora el Hubble no puede resolver las dudas de los astrónomos sobre la Nebulosa de la Mariposa pero se espera que en un futuro el Telescopio Espacial James Webb logre captar la luz infrarroja de la estrella central con su poderosa cámara y finalmente resolver el misterio.
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