Esta idea busca hacerles frente a las condiciones actuales de inseguridad alimentaria de la comunidad kowi que habita en el corregimiento de San José de Oriente, municipio de La Paz (Cesar). Además, el reto es que los sistemas sean de bajo costo, de manera que los campesinos con recursos limitados los puedan utilizar e implementar en los patios de sus hogares. Así, cultivan hortalizas para consumo de la familia y también para la venta.

Annelise Barriga Ramírez | Periodista de Unimedios – Sede de La Pazshare

Prototipo del sistema acuapónico sistematizado. Fuente: Juan Vaca, docente de la UNAL Sede de La Paz.Prototipo del sistema acuapónico sistematizado. Fuente: Juan Vaca, docente de la UNAL Sede de La Paz.

El objetivo de una iniciativa de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL) Sede de La Paz es crear un sistema que involucra el cultivo de pescado con el de vegetales –entre ellos cilantro, lechuga, espinaca, laurel, tomillo, albahaca, menta, caléndula y aromáticas– que permita diversificar la alimentación a las comunidades más vulnerables del Cesar, como las indígenas.

Se trata de un prototipo que incluye un tanque en el que se criarán peces que, a través de sus heces, generan materia orgánica que es abono. El tanque se conecta a una tubería en la que se cultivan plantas y el agua recircula constantemente. Con lo anterior se generarían dos fuentes de alimentación: una proteica, de fuente animal, y otra de vegetales.

Así lo explicó el ingeniero en automatización Juan Jairo Vaca González, docente de la UNAL Sede de La Paz, anotando que la novedad es que el sistema es automatizado para controlar variables que permitan que la planta y los peces crezcan saludables. Entre dichas variables están el nivel de agua, pH, temperatura del aire y del agua, humedad relativa, oxígeno disuelto, conductividad eléctrica y turbidez.

Lo anterior es fundamental para mantener un sistema de cultivo de peces y vegetales estable desde el punto de vista fisiológico y con un alto rendimiento productivo.

Según la Unidad de Planificación Rural Agropecuaria (UPRA), el Cesar tiene una actividad productiva de especies acuícolas como bocachico, bagre, yamu, cachama y tilapia, que son de un alto consumo y que hoy se emplean en acuaponía para aprovechar la materia orgánica que producen como principal fuente de abono para el cultivo de hortalizas.

La UNAL y la comunidad del Resguardo Kogui-Malayo-Maruamake unen esfuerzos para implementar una alternativa que les permita obtener proteína animal y hortalizas. Fuente: Juan Vaca, docente de la UNAL Sede de La Paz.La UNAL y la comunidad del Resguardo Kogui-Malayo-Maruamake unen esfuerzos para implementar una alternativa que les permita obtener proteína animal y hortalizas. Fuente: Juan Vaca, docente de la UNAL Sede de La Paz.

Por lo tanto, automatizar los procesos de producción piscícola y su aprovechamiento en la agricultura beneficiará a la comunidad al promover la disponibilidad de proteína animal y diversificar el consumo de hortalizas.

“Tenemos que implementar sensores en el sistema, que se ubican estratégicamente en el sistema acuapónico y lo monitorizamos a través de una aplicación digital como un celular”, acotó el ingeniero Vaca.

En este proyecto participan los estudiantes de Ingeniería Mecatrónica: Esteban Andrés Rodríguez Meléndez, Hugo Francisco Rincón López, Alejandro Rubio Salas y Jesús González Clara Arias, además de la bióloga Luz Eneida Ochoa Orrego, docente de la UNAL Sede de La Paz.

El sistema ya está construido y sus creadores están esperando la autorización del área de infraestructura de la UNAL Sede de La Paz para ubicarlo en el vivero del campus.

Proyección

Esta idea busca hacerles frente a las condiciones actuales de inseguridad alimentaria en la comunidad kowi que habita en el corregimiento de San José de Oriente, municipio de La Paz (Cesar).

Además el reto es que dichos sistemas sean económicos, de manera que los campesinos de bajos recursos los puedan utilizar e implementar en los patios de sus hogares. Así, cultivan hortalizas para consumo de la familia y también para la venta.

“Participamos en la convocatoria de extensión solidaria de la UNAL para extrapolar este sistema a las comunidades indígenas. Si nos ganamos el proyecto queremos implementarlo en el Centro Educativo Rural Kaggaba Matshukumake, que tiene una población de 120 estudiantes, 90 de los cuales permanecen en las instalaciones debido a que sus familias se encuentran a varias horas de distancia de la institución”, comentó el profesor Vaca.

Allí todos los estudiantes reciben alimentación escolar, subsidiada en parte por el Programa de Alimentación Escolar (PAE) y por el Resguardo. No obstante, el suministro de proteína animal y hortalizas es escaso, pues depende de las provisiones externas obtenidas, provenientes especialmente de Valledupar, ciudad ubicada a cerca de tres horas de distancia.

Si se aprueba la convocatoria de extensión solidaria de la UNAL, así quedaría el proyecto. Fuente: Juan Vaca, docente de la UNAL Sede de La Paz.Si se aprueba la convocatoria de extensión solidaria de la UNAL, así quedaría el proyecto. Fuente: Juan Vaca, docente de la UNAL Sede de La Paz.

La problemática

Según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), se estima que en Colombia la inseguridad alimentaria es del 48% mientras en el Cesar es del 51,8% y los índices de pobreza se aproximan al 50% de la población, lo que reduce las posibilidades de acceso a una alimentación digna.

Esta situación no es ajena a las comunidades indígenas de la región, que aunque tienen una fuerte autonomía alimentaria para autogestionar sus sistemas de producción local y su bienestar social, se han visto afectadas por una marginación histórica que ha generado un acceso limitado a alimentos nutritivos, ya que allí predominan la caña de azúcar, el café y el plátano.

Parte de esta marginación se ha generado por la deforestación y la minería, además de la afectación desproporcionada causada por el conflicto y el desplazamiento forzado.

“Esto ha llevado a que las comunidades tengan muy poca información sobre una nutrición adecuada, y desconozcan las dietas balanceadas y la importancia de consumir diversos grupos de alimentos”, detalló el ingeniero Vaca.

Ventajas

Los principales beneficios que otorgan los sistemas acuapónico son:

  • proporcionar una fuente confiable de productos frescos y pescado durante todo el año, lo que puede ayudar a abordar la inseguridad alimentaria en áreas remotas en donde el acceso a alimentos nutritivos es limitado, 
  • brindar oportunidades para que los campesinos generen ingresos mediante la venta de los excedentes de pescado y productos vegetales, 
  • producir alimentos usando menos agua y tierra que en la agricultura tradicional, lo que reduce los impactos ambientales asociados con la piscicultura, como la contaminación del agua y la transmisión de enfermedades, y
  • adaptar el sistema a las condiciones locales, incorporando conocimientos y prácticas tradicionales con el fin de preservar los conocimientos ancestrales y promover la autosuficiencia comunitaria.

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