Dos sanitarias trabajando en una habitación de un centro sanitario.

Las mujeres del sector sanitario y de la asistencia se enfrentan a una brecha salarial de género mayor que en otros sectores económicos, ya que ganan una media del 24% menos que sus compañeros varones (OIT/OMS 2022).

FOTO:OIT / Marcel Crozet.

La economía del cuidado

El trabajo de cuidados, tanto remunerado como no remunerado, es de vital importancia para el futuro del trabajo decente. El crecimiento de la población, el envejecimiento de las sociedades, las modelos de familia cambiantes, el lugar todavía secundario de las mujeres en los mercados de trabajo y las deficiencias en las políticas sociales exigen que los gobiernos, los empleadores, los sindicatos y los ciudadanos adopten medidas urgentes en lo que respecta a la organización del trabajo de cuidados. Si no se afrontan de manera adecuada, los déficits actuales en la prestación de servicios de cuidado y su calidad crearán una grave e insostenible crisis del cuidado a nivel mundial y aumentarán más aún la desigualdad de género en el trabajo.

El trabajo de cuidados comprende dos tipos de actividades superpuestas: las actividades de cuidado directo, personal y de relación, como dar de comer a un bebé o cuidar de un cónyuge enfermo, y las actividades de cuidado indirecto, como cocinar y limpiar. El trabajo de cuidados no remunerado consiste en la prestación de cuidados por parte de cuidadoras y cuidadores no remunerados sin recibir una retribución económica a cambio. La prestación de cuidados no remunerada se considera un trabajo, por lo que es una dimensión fundamental del mundo laboral. El trabajo de cuidados remunerado lo realizan trabajadores y trabajadoras del cuidado a cambio de una remuneración o beneficio. Estos comprenden una gran diversidad de trabajadores de los servicios personales, como el personal de enfermería, el personal médico, y los trabajadores y trabajadoras del cuidado personal. Las trabajadoras y trabajadores domésticos, que prestan cuidados tanto directos como indirectos en los hogares, también integran la fuerza de trabajo dedicada a la prestación de cuidados.

La economía del cuidado crece a medida que aumenta la demanda de servicios de guardería y cuidado de ancianos en todas las regiones. Por tanto, generará en los próximos años un gran número de puestos de trabajo. Sin embargo, el trabajo en el sector de los cuidados en todo el mundo sigue caracterizándose por la ausencia de prestaciones y protecciones, bajos salarios o falta de compensación; además de estar expuestos a perjuicios físicos, mentales y, en algunos casos, sexuales. Está claro que se necesitan nuevas soluciones en dos frentes: en cuanto a la naturaleza y la prestación de políticas y servicios de cuidados, y en cuanto a las condiciones de este tipo de trabajo.

Ante la posibilidad de que aumente la demanda mundial de trabajadores domésticos, la Organización Internacional del Trabajo intensifica sus medidas para garantizar que estos tengan acceso a un trabajo en condiciones dignas.

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Trabajos y empleos de los cuidados para el futuro del trabajo

En informe «El trabajo de cuidados y los trabajadores del cuidado para un futuro con trabajo decente» examina exhaustivamente el trabajo de cuidados no remunerado y remunerado y su relación con el cambiante mundo del trabajo. Un aspecto clave de este informe son las persistentes desigualdades de género en los hogares y en el mercado laboral, inextricablemente vinculadas al trabajo de cuidados. Estas desigualdades deben superarse para garantizar un futuro de trabajo decente tanto para las mujeres como para los hombres.

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Día Internacional de los Cuidados y el Apoyo

Consciente de la necesidad de invertir en la economía del cuidado y de crear sistemas del cuidado y apoyo que sean sólidos, resilientes, sensibles a las cuestiones de género y de edad e inclusivos de la discapacidad y que respeten plenamente los derechos humanos con miras a reconocer, reducir, valorar y redistribuir el trabajo de l cuidado y doméstico y el apoyo no remunerados, la Asamblea General decidió proclamar el 29 de octubre como Día Internacional de los Cuidados y el Apoyo.

Es necesario reconocer y valorar el trabajo del cuidado remunerado y a los cuidadores como trabajadores esenciales. Se deben adoptar también medidas que combatan los estereotipos de género relacionados con los cuidados y el apoyo, así como los relacionados con la raza, el origen étnico, la edad o el estatus migratorio, para reducir la segregación ocupacional en el trabajo del cuidado. Asimismo, hay que facilitar la transición del trabajo informal al formal y el trabajo decente, también en lo que atañe al trabajo del cuidado y doméstico remunerado, y crear empleos de calidad en la economía del cuidado y aumentar la recompensa y representación de los trabajadores domésticos remunerados, incluidos los cuidadores. Es igualmente necesario hacer efectivo el derecho de las mujeres al trabajo y los derechos en el trabajo de quienes tengan responsabilidades de cuidados, incluida la igualdad de remuneración por trabajo de igual valor.

Por todo ello, la Asamblea invita a todas partes interesadas a que conmemmoren anualmente el Día Internacional de los Cuidados y el Apoyo con el objetivo de concienciar sobre la importancia de los cuidados y el apoyo y su contribución clave a la consecución de la igualdad de género y la sostenibilidad de nuestras sociedades y economías; y para reivindicar la necesidad de invertir en una economía del cuidado resiliente e inclusiva, incluido en el desarrollo de sistemas de cuidados y apoyo sólidos y resilientes.

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