«Esto es fútbol, papá», le dice José Bordalás a sus jugadores. Pues bien se lo podría haber dicho en San Mamés el Athletic al Atlético de Madrid (los madrileños comenzaron siendo un filial de los bilbaínos). Si el Cholo tenía el reto de trasladar la buena racha del Metropolitano a sus viajes, no lo logro. Ni por resultado ni por imagen. Todo ello en un partido histórico en el que los leones celebraron su 125 aniversario, mientras que los colchoneros no pudieron festejar los 400 partidos de Saúl ni los 300 de Giménez.
El Atlético volvió a mostrar su peor cara desde el inicio del partido. Esa que trata Simeone de que no vuelva a aparecer cuando se alejan del Metropolitano. El Athletic se mostró muy superior tanto en intensidad como en juego. Todos los duelos caían del lado vizcaíno. Y lo único que impidió que no se fuesen al descanso por delante fue su falta de puntería.
Según fueron pasando los minutos los locales fueron coleccionado ocasiones. Algunas las salvó Oblak como la de Guruzeta a los cuatro minutos o un mano a mano a Nico, y otras fue la suerte la que impidió que se pusieran por delante. De esas jugadas afortunadas hay que rescatar tres. La más clara fue el penalti que Sancet envío a las nubes cuando quería mandarlo a la escuadra, antes de eso Iñaki había estrellado un balón en el palo y justo antes del descanso fue su hermano el que se encontró con la otra madera.
A más de uno le vino a la memoria aquella vuelta de los octavos de final en Anfield ante el Liverpool que acabó 2-3 en 2020 justo antes de la pandemia. Y no fue para menos porque el asedio del Athletic se marchó sin premio en una primera mitad en la que los rojiblancos estaban deseando que acabase en el minuto 20.
A pesar de eso, el Atlético tiene a Griezmann. Si eso ya es importante en otros campos en San Mamés más. De hecho pudo marcar en su primer disparo lejano porque Unai no lo detuvo de primeras, finalmente la atrapó. Y en los últimos minutos puso un centro a Morata que Vivian desvío a corner cuando el madrileño iba a cabecearlo en el centro del área. Al descanso se llegó con el 0-0 inicial… de milagro.
En el descanso Simeone incluyó dos cambios. Se marcharon del campo Molina que sigue sin mostrar su mejor versión y Soyuncu que en su estreno como titular hizo un claro penalti a Nico. Giménez que jugó su partido 300 y De Paul entraron en su lugar. Pero el Atlético no mejoró.
Y en esta ocasión vio como el Athletic Club se puso por delante en el marcador. Saque de esquina a favor de los locales que se paseó por el área y que acabó con un centro de Ander Herrera que recibió Guruzeta en el centro del área para hacer el 1-0 solo ante el portero.
Tras el gol, el Atlético de Madrid comenzó a dominar un poco más el partido, pero sin generar ocasiones de peligro. El Cholo no lo vio claro y sorprendió a todos retirando del campo a Griezmann. El francés salió junto a Saúl para dar entrada a Correa y Memphis.
Pero eso no evitó que llegase el segundo. Saque de puerta de Unai Simón para Guruzeta, éste para Nico Williams y cuando entró en el área recortó y su disparo se coló por la escuadra contraria. Un auténtico golazo. Tres minutos después su hermano estuvo a punto de hacer el tercero pero con un disparo raso que sí que sacó Oblak.
Aunque fuese tarde pero llegó la reacción del Atlético. Los colchoneros a la desesperada y sin titulares arriba como Griezmann o Morata comenzó a coleccionar ocasiones claras. Lino y Llorente fueron los más peligrosos. Unai tuvo que lucirse a un pase atrás del madrileño, luego a un disparo y vio como las ocasiones del brasileño no encontraron portería.
Ahora, al Atlético le toca pensar en los dos partidos que le quedan para acabar el año. Los dos serán en su templo, el Metropolitano, ante Getafe y Sevilla. Las visitas deberán mejorar para 2024, año que comenzará en Montilivi ante el líder, el Girona.
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