Siendo realistas, el Paris Saint-Germain logró un éxito convincente en Lens este domingo por la tarde, al final de un encuentro muy animado por la 18ª jornada de la Ligue 1 (0-2). ¡De vuelta al partido!
Un Trofeo de Campeones en el bolsillo, una entrada perfectamente negociada a la Copa de Francia y un shock europeo para el regreso a la Ligue 1: en el frío glacial de enero, nuestros parisinos se calientan con un calendario hirviente. En el intratable césped del Lens, su subcampeón de la temporada pasada, afrontó este choque con numerosas ausencias, entre salidas a selecciones y una enfermería aún surtida. Pero el equipo titular que confeccionó el técnico español estuvo liderado por un trío de flechas Dembélé-Mbappé-Barcola y estuvo lleno de recursos. El espectáculo podría comenzar.
Auténtico anuncio de la Ligue 1, este equilibrio de poder estuvo marcado por su formidable intensidad. Los primeros minutos rápidamente prepararon el escenario. Intensidad, agresividad, los 22 actores rápidamente se dejaron llevar por el ambiente ante su querido público… Digamos: si no íbamos a ver temblar mucho las redes en este encuentro, es principalmente porque el Los dos mejores equipos de la temporada pasada se iban a neutralizar a la perfección, sin escatimar oportunidades…
En nuestra zona fue Gigio Donnarumma el primero en ser decisivo. Repeliendo brillantemente el penalti obtenido por Wahi e intentado por Frankowski (7º), antes de encajonar con firmeza un potente golpe de Wahi (21º). El tono estaba fijado, ¡Sangre y Oro no iban a dar ningún favor!
Afortunadamente, es al otro lado del rectángulo verde donde nuestro Rojo y Azul lograron brillar. Hay que decir que Kylian Mbappé, muy enérgico, nunca dejó de hacer temblar el estadio Bollaert dando vueltas en el área rival en múltiples oportunidades… ¡Antes de hacer brillar a su compañero! Porque finalmente Bradley Barcola vio la luz sobre un modelo de ataque rápido. Puesto en órbita por el número 7, el relajado internacional Espoir ajustó perfectamente Samba con un sutil pie plano (0-1, 30º).
Por supuesto, no era cuestión de ceder después de este marcador inicial. Como Danilo, tan serio como siempre, los hombres de Luis Enrique pudieron retomar sus buenas costumbres, tejiendo suavemente sus redes, para confiscar mejor el cuero a los Sang et Or. Un plan hábilmente orquestado que se vio reforzado aún más con la expulsión de Gradit poco antes de la mitad del partido. -tiempo (45º).
En superioridad numérica durante toda la segunda parte, nuestros parisinos lógicamente siguieron asfixiando a su rival. Y a medida que las líneas se estiraban, los dragsters de nuestro ataque pudieron aprovechar los espacios para calentar los guantes de Brice Samba… Pero en una atmósfera tan caldeada, como sabemos, nunca se consigue nada mientras no se cierre la red. No tiembla… Hay que decir que este equipo de Lens, desgastado pero valiente, lo dio todo hasta el final para ofrecer las últimas emociones a su público.
Pero nuestros parisinos supieron mantener el control de este apasionante partido y en un último estallido de orgullo, fue nuestro Rouge et Bleu quien tuvo la última palabra: en su última contra, nuestro inalterable Kylian Mbappé, servido por su cómplice Ousmane Dembélé, llegó ¡Para poner fin a este partido de alto nivel con un fuego cruzado clínico! (0-2, 90º). ¡El dominio finalmente dio sus frutos!
Al final de un encuentro muy reñido, el Paris Saint-Germain continuó su buena racha al conseguir una tercera victoria en 2024, la cuarta en todas las competiciones. Una excelente operación que permite a los jugadores de la capital consolidarse como líderes inflexibles al frente de este campeonato francés. Contrato cumplido. Con mención.
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