Bogotá D. C., jul. 06 de 2015 – Agencia de Noticias UN- Diez cabañas elaboradas a partir de barras de madera y materiales metálicos con los que se fabrican los contenedores en los que se transportan piezas de vehículos importados serán construidas en las riberas de la laguna de Tota en Boyacá.

La propuesta es de Víctor Hugo Enríquez, egresado de la Universidad Nacional de Colombia, donde estudió la Maestría en Ingeniería–Estructuras.

Mientras construía su trabajo final, muchos curiosos que pasaban por el Instituto de Extensión e Investigación (IEI) de la U.N. le preguntaban por el uso que se le podía dar a dicha estructura; incluso algunos llegaron a decir que se parecía al arca de Noé, lo cual inspiró a Víctor Hugo a bautizar su proyecto.

“Teniendo en cuenta que se trata de una cabaña o un lugar en el que pueden vivir personas de manera temporal, decidimos nombrarla Arca Viva”, asegura.

La propuesta consistíó en reutilizar barras de madera y tubería metálica con el fin de usarlas para construir vivienda rural.

Aunque en la actualidad este no es un material novedoso, ya que se usa desde hace muchos años para edificar estructuras provisionales como cerramientos de obra, muebles o casetas, lo que se hace en este proyecto es aportar a la reducción del impacto ambiental de desechos postindustriales.

Una diferencia con proyectos similares es que el reproceso de estos materiales es mínimo, ya que se aprovecha la geometría y las propiedades mecánicas de los elementos que se encuentran en la fuente sin realizar procesos de transformación avanzados, simplemente se cortan, se taladran, se pintan y se instalan. “A veces ni siquiera hay que cortarlos, pues la configuración arquitectónica puede coincidir con las dimensiones de los elementos, lo cual se traduce en economía”, afirmó el ingeniero.

En cuanto a otras iniciativas que utilizan materiales desechables, él conoce proyectos de vivienda en los cuales se emplean contenedores metálicos de 40 y 20 pies, los cuales son forrados en su interior con materiales de acabados y se les adecúan puertas y ventanas según las necesidades. Sin embargo, estos no resultan económicos y no se enfocan en poblaciones de bajos recursos. “El costo del contenedor sin modificar implica un valor tres o cuatro veces mayor que el costo del Arca por metro cuadrado terminado”, señala. Se calcula que cada arca puede costar 1,5 millones de pesos, incluido el transporte de materiales.

Diseño y características

Aunque dos arquitectos ya presentaron la propuesta de construcción con guacales y también erigieron un prototipo, para este caso no se presentaron los cálculos estructurales, no se probaron los materiales y no se sabe qué tan resistentes son.

Es por eso que José Ricardo Martínez, profesor del Departamento de Ingeniería Civil y Agrícola del la U.N., destaca el proyecto del Arca Viva porque se hicieron múltiples ensayos en el laboratorio, se clasificó el material, se midió su resistencia y se aplicaron las normas fisicomecánicas tanto a la madera como al acero.

“Se experimentó la tracción y se verificó el comportamiento del acero como material estructural; además se hicieron ensayos de compresión con la madera”, señaló el profesor Martínez.

En las normas americanas de construcción, una madera con un nudo debe descartarse, por lo cual se usa para los guacales. Durante los ensayos hechos por el estudiante, se encontró que si el nudo está en el centro y ese elemento está sometido a compresiones, no le pasa nada.

La cabaña puede ser apropiada para tierra fría y caliente, sus paredes disponen de dos capas de madera separadas de 2 a 3 centímetros por el perfil estructural. En el interior de esta separación se pueden instalar materiales aislantes, que también provienen del reciclaje en la misma fuente o en cualquier otra, como trozos de icopor en bloque o en burbujas, de los que se usan para el embalaje de piezas delicadas. Así, este material aislante permitirá conservar la temperatura interior que se desee.

Sin embargo lo más llamativo del diseño es su estructura curva, para lo cual tiene dos razones particulares: la aerodinámica, que busca disminuir la incidencia del viento sobre el Arca, ya que si se usa en campos abiertos o en sitios muy elevados y montañosos, el viento será un agente muy erosivo; y la versatilidad del material, la cual se hizo con el fin de mostrar que se puede hacer cualquier tipo de forma con estos materiales.

Se calcula que con la impermeabilización de la cobertura externa, con la protección en laca de la cobertura interna y realizándole un mantenimiento periódico, puede llegar a tener una vida útil de 20 años.

(Por:Fin/Unimedios/dmh/AC)