En el siglo XIX, la comisión corográfica marcó un hito para el conocimiento de la geografía del país. Hoy los avances teóricos y metodológicos de la disciplina permiten hacer una geografía a la vez multiescalar y multidimensional para develar la complejidad territorial colombiana: la geografía del país se va configurando a través de una multiplicidad de territorios diversos en cuanto a su naturaleza y escalaAlice Beuf | Profesora asociada al Departamento de Geografía, Facultad de Ciencias Humanas de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL)
Producto de un proyecto de investigación financiado por Minciencias e impulsado desde el Departamento de Geografía de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL) Sede Bogotá, recientemente se publicó el libro digital Geografía de Colombia desde sus territorios, en 2 tomos, obra que ha demostrado la relevancia y factibilidad de realizar un estudio de la geografía colombiana con base en los avances más recientes de la disciplina. En particular, reconoce que el espacio geográfico ya no se considera como el mero soporte de las actividades humanas sino como el lugar en donde habitamos, organizamos y generamos el conjunto de relaciones que tejemos con nuestro entorno como individuos, grupos, comunidades y sociedades, y con el cual también se relacionan los no-humanos.
En tanto le otorgamos un valor simbólico, existencial y afectivo, en tanto buscamos conocerlo, apropiarlo y controlarlo, este espacio que investiga la geografía contemporánea se entiende como territorio. Elaborar una geografía de la Colombia de 2020 supone por lo tanto aprehender una realidad espaciotemporal dinámica. El territorio colombiano es el resultado de un juego permanente y a diferentes escalas históricas y geográficas entre procesos dinámicos (por ejemplo la urbanización, la expansión de los monocultivos, la deforestación, etc.) y fuerzas de inercia (configuración física del territorio, estructuras urbanas heredadas, etc.).
El territorio también es multidimensional, es decir que puede haber varios territorios en un mismo espacio. La territorialidad del Estado se ejerce junto con la de otros actores (comunidades locales, empresas, grupos ilegales, individuos, etc.) y sus interacciones son diversas (pacíficas, conflictivas, etc.). Los geógrafos entienden este aspecto como multiterritorialidad. En esta perspectiva, pareciera demasiado ambicioso pretender entender toda la geografía actual del país. Sin embargo, la apuesta inicial del proyecto ha sido no renunciar por eso a la tarea de proponer una lectura, nuestra lectura colectiva y plural del territorio nacional. En esta perspectiva, buscamos producir conocimientos significativos para entender los principales procesos de transformación territorial, sin pretender abarcar exhaustivamente la complejidad territorial actual.
En el siglo XIX, la Comisión Corográfica constituyó un hito en el contexto de la construcción del Estado. Se pensaba que el conocimiento del territorio nacional era un primer paso necesario para la prosperidad económica. Otras grandes obras siguieron, con objetivos distintos según su época, como la Nueva Geografía de Colombia: Escrita por regiones naturales, de Francisco Vergara y Velasco (1901), o Colombia: Bosquejo de su geografía tropical, de Ernesto Guhl (1975). Sin embargo, en las últimas décadas las evoluciones mismas de la disciplina geográfica dificultaron la realización de nuevos trabajos de este tipo.
Por un lado, la geografía regional fue una rama muy importante de la disciplina desde finales del siglo XIX hasta aproximadamente en 1960-1970, cuando fue fuertemente criticada desde el interior de la disciplina geográfica por sus debilidades epistemológicas. Así mismo, fue despreciada socialmente a causa de su influencia en una geografía escolar memorística, que no lograba dar sentido a los conocimientos impartidos ni enseñar las transformaciones del mundo. Esta crisis de la geografía regional se profundizó en 1980, a tal punto que quedó obsoleta, al igual que sus productos insignes: las monografías regionales.
Barrio Pablo Escobar, Medellín, comuna 9. Fuente: Fotografía de Nadege Mazars.
Bloque petrolero y corregimiento El Llanito, Barrancabermeja. Fuente: Alice Beuf.
La primera mirada se expresa en capítulos largos sobre los siguientes temas: la construcción política del territorio; las dinámicas demográficas; la naturaleza de las ciudades y del hecho urbano; la diversidad y conflictividad de los territorios rurales; las expresiones territoriales del modelo de desarrollo económico; las culturas y formas de apropiaciones territoriales; las nuevas y antiguas desigualdades territoriales, y la sustentabilidad de los territorios.
La segunda mirada da lugar a 19 capítulos cortos que constituyen estudios de caso territoriales y que, por sus temáticas y localizaciones variadas a lo largo y ancho del país, buscan evidenciar diferentes maneras de aproximarnos a la compleja geografía del país. Entre otros temas, trata de La Guajira, la triple frontera en la Amazonia, las regiones fronterizas de Cúcuta e Ipiales y la reconstrucción posdesastre en Mocoa.
Se puede considerar que el libro Geografía de Colombia desde sus territorios refleja la madurez de la geografía universitaria en el país. Muchos capítulos fueron elaborados por estudiantes del Doctorado, la Maestría, la Especialización e incluso del Pregrado en Geografía. El proyecto se benefició de una colaboración con el Departamento de Ciencias Sociales y Jurídicas de la Universidad del Tolima y de los aportes de investigadores independientes, del Instituto de Estudios Regionales (iner) de la Universidad de Antioquia y de la Escuela de Planeación Urbano-Regional de la UNAL Sede Medellín. Asimismo recibió un apoyo complementario de la Sociedad Geográfica de Colombia.
Verdaderamente se trata de una invitación a profundizar en el estudio de la geografía de los territorios en Colombia. Su propósito mayor es aportar a la apropiación social de la geografía, para que esta trascienda más hacia la sociedad. Haciendo geografía y proponiendo conocimientos asequibles para un público de no especialistas, buscamos democratizar el pensamiento geográfico, y ojalá dar insumos para la educación geográfica tanto de docentes y estudiantes como de profesionales en distintas áreas relacionadas con el territorio.
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