Ana Tuñas Matilla.- Madrid.- El año pasado se eliminaron 487 barreras fluviales obsoletas, como presas o azudes, ubicadas en ríos de Europa, un récord histórico que representa un aumento del 49,8 % respecto al año anterior y multiplica por casi cinco el dato de 2020 (101 derribos), según datos de coalición conservacionista Dam Removal Europe.
Estas actuaciones se llevaron a cabo en 15 países, liderados por Francia, que con 156 infraestructuras suprimidas arrebató el liderato a España, donde se eliminaron 95 y que durante los dos años anteriores había encabezado este movimiento (133 eliminaciones en 2022 y 108 en 2021).
Por detrás, se situaron Suecia (81), Dinamarca (73), Reino Unido (36), Suiza (15), Estonia (10), Austria (8), Finlandia (4), Eslovaquia (3), Polonia (2), Portugal (2) y Bélgica, Letonia y Lituania (1).
El 46 % de las barreras eran presas, el 36 % colectores y el 12 % represas. La mayoría estaban en países del oeste y del norte de Europa, donde la densidad de estas infraestructuras, construidas para derivar agua de ríos a, por ejemplo, centrales hidráulicas, es mayor.
Herramienta eficaz
No obstante, los datos reflejan que esta «herramienta de restauración fluvial» está atrayendo la atención en otras regiones, como los Balcanes.
La supresión de estas barreras, el 78 % de ellas de menos de 2 metros de altura, permitió reconectar más de 4.300 kilómetros de hábitat fluvial, impulsando la biodiversidad, restaurando los ecosistemas y mejorando la resiliencia climática, algo fundamental para poblaciones, economías y naturaleza, según la misma fuente.
Los datos «ponen de manifiesto el creciente apoyo a la restauración de los ríos para mejorar la seguridad hídrica, invertir la pérdida de naturaleza y adaptarse a los efectos cada vez peores del cambio climático», ha subrayado el socio fundador de DRE y director de la fundación World Fhis Migration, Herman Wanningen.
Sin embargo, «no todo son buenas noticias», pues la Ley de Restauración de la Naturaleza de la Unión Europea, que incluye restaurar 25.000 kilómetros de ríos mediante supresión de presas, se ha quedado «en el limbo» pendiente de aprobación.
Y todo, a pesar de que, según recoge el informe, los ríos europeos están fragmentados por más de 1,2 millones de barreras (150.000 de ellas obsoletas) que provocan degradación del hábitat y pérdida de biodiversidad y alteran el flujo natural de nutrientes y sedimentos, amplificando el poder erosivo del agua río abajo.
Peligro también para humanos
También modifican el nivel del agua e impactan la recarga de acuíferos, al tiempo que suponen un riesgo para los humanos, pues conllevan la formación de corrientes subterráneas fuertes que ponen en riesgo la vida de aquellos que se acercan a ellas.
Aunque no existe un análisis a escala europea de los incidentes ocurridos en estas presas, se estima que han costado la vida a unas 129 personas por ahogamiento en los últimos año en Europa.
En total, los autores del informe han contabilizado 82 accidentes en 16 países, la mayoría de ellos a partir de 2000.
Además, las cada vez más intensas tormentas e inundaciones por el cambio climático también están aumentando el riesgo de colapso de las presas, sobre todo de las más antiguas, lo que supone una amenaza para vidas, propiedades y economías.
Con decenas de miles de presas obsoletas repartidas por toda Europa, «la posibilidad de que se produzcan fallos catastróficos es un riesgo cada vez mayor para las comunidades situadas aguas abajo», añade el informe, en el que se detalla que en 2023 se derrumbaron, al menos, tres barreras por fuertes lluvias en Noruega, Irlanda y Eslovenia.
Se mantiene la tendencia al alza
Afortunadamente, según la misma fuente, el movimiento no muestra signos de desaceleración y hay varios proyectos importantes en marcha. Por ejemplo, en Croacia se quitarán 8 presas y Rumanía llevará a cabo este año su primera eliminación.
En España, la Agencia Catalana del Agua tiene previsto iniciar la eliminación de una presa en Colonia del Río. Por su parte, el proyecto Life Kantauribai, cofinanciado con fondos europeos, continuará avanzando en su objetivo de eliminar 25 presas y permeabilizar otras 7 en cuencas compartidas con Francia.
Durante décadas, «hemos estado utilizando los recursos del río sin pensar en la biodiversidad» construyendo muchas presas y extrayendo de ellos mucha agua, lo que ha llevado a especies como el salmón o el desmán ibérico a una situación crítica. Recuperarlas pasa por el derribo de esas barreras, han señalado desde Kantauribai.
DRE reúne a World Wildlife Fund (WWF), The Rivers Trust, The Nature Conservancy, European Rivers Network, Rewilding Europe, Wetlands International y World Fish Migration Foundation y su objetivo es impulsar la eliminación de barreras para restaurar el libre flujo de ríos de Europa. EFEverde