Las duchas son deliciosas y para muchos simbolizan uno de los pocos momentos del día en que se puede estar a solas; intimidad al máximo. Por ello, y el masaje del agua caliente (o fría) se forma un ambiente por demás gratificante. Sin embargo, lo anterior lleva también sus consecuencias ya que muchas veces perdemos la noción del tiempo de cuánto llevamos ahí; lo que usualmente implica el desperdicio de agua.
Un creativo e hilarante invento-instalación nos invita a hacer consciencia del tiempo que ya hemos pasado en la ducha con un sutil ataque de colores fosforescentes. Se trata de unas cortinas de baño diseñadas por la artista y educadora Elisabeth Buecher llamadas “My Shower is a Green Warrior” (Mi regadera es un guerrero verde). Luego de 4 minutos, estas se inflan (compuestas por una especie de espinas de plástico) y entonces ocupan la mayor parte del espacio de la bañera haciendo que la persona acelere su ducha y salga de ella.
Aunque estas cortinas no se han producido para el mercado; su presencia en lugares como la Feria del Mueble de Milán en 2009 han dado pie a su exposición en medios de comunicación como un artefacto que nos hace recordar el cuidado al medio ambiente desde el más básico de nuestros hábitos como el baño.
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