Los océanos, no solo en Colombia sino en la mayoría de países, han sido vistos como un enigmático espacio, con extensiones inexplorables, fuentes de recursos y el lugar que soporta ser el basurero del mundo, situaciones que obstaculizan la conservación de su biodiversidad, amenazada además por el cambio climático.

Néstor Hernando Campos | Biólogo Marino, profesor adscrito al Instituto de Estudios en Ciencias del Mar CECIMAR, Sede Caribe, Universidad Nacional de Colombia (UNAL)

El cambio climático es el aumento en el tiempo de la temperatura media en la atmósfera terrestre y de los océanos. La temperatura se ha elevado desde finales del s. XIX debido a la actividad humana; principalmente por las emisiones de dióxido de carbono que incrementaron el efecto invernadero. Los efectos de ese cambio impactan directamente los océanos y por lo tanto la temperatura global de la tierra, al ser éstos los reguladores del clima.

Recientemente se describió el mayor impacto que se ha detectado del cambio en los océanos y, por lo tanto, en la biota y finalmente en la humanidad (Caesar, 2018, Nature): La corriente del Golfo (CG) que forma parte de la Circulación Atlántica de Retorno Meridional (AMOC, siglas en inglés), clave en la regulación del clima global, se ha ralentizado. El declive inició hace unos 150 años y ha perdido entre 15 y 20 % de su fuerza.

Según los geólogos, el deshielo total de los casquetes polares tendrá como consecuencia que no existan corrientes haciendo de los océanos “pantanos” (Océano de Canfield en la era proterozoica), según el modelo de Canfield (2018) el agua de las profundidades marinas permaneció anóxica (sin oxígeno) mucho tiempo después de la gran Oxigenación.

La razón del declive es el cambio en la densidad del agua, que es la que permite la circulación, debido a que a mayor temperatura y mayor entrada de agua dulce -producto del deshielo de los polos- es menor la densidad, eso disminuye la posibilidad del hundimiento en el Polo Norte y deja por lo tanto de circular nuevamente hacia el Polo Sur.

Las consecuencias de la ralentización de las corrientes son el aumento de la diferencia de temperatura en Europa entre el invierno y el verano, haciendo los primeros más intensos y por lo tanto con temperaturas muy bajas. Para la biota tiene impactos negativos como el desplazamiento de poblaciones desde las aguas tropicales hacia las polares, mortandad masiva de la fauna bentónica (que se entierran en la arena) por la formación de zonas anóxicas (agua sin oxígeno disuelto).

Se debe aclarar que la presencia de oxígeno en las zonas profundas de los océanos se debe a los aportes a través de las corrientes. Por lo tanto, el aumento de la temperatura traerá como consecuencia la disminución de las tallas de toda la fauna con impacto negativo, no solo en la biota y los ecosistemas, sino también en las pesquerías. Recientemente se reportó la muerte masiva de millones de cangrejos de las nieves, sustento de la pesquería en el Mar de Bering; el aumento de la temperatura aceleró el metabolismo causándoles la muerte por hambre, según reportó CNN.

Los desechos y los químicos que llegan al océano

Además del impacto causado por el cambio climático y descrito brevemente, la biodiversidad marina está sometida a problemas de contaminación, como por ejemplo los metales, aunque en este caso los organismos han desarrollado mecanismos de desintoxicación lo que les permite tolerar estos elementos sin que se presenten efectos letales.

Los corales, de los que depende un cuarto de la fauna marina, son uno de los organismos más afectados por la contaminación y el calentamiento global. Foto: Archivo, Unimedios.Los corales, de los que depende un cuarto de la fauna marina, son uno de los organismos más afectados por la contaminación y el calentamiento global. Foto: Archivo, Unimedios.

Los hidrocarburos derivados del petróleo tienen efectos graves sobre la fauna y la flora. Cuando se produce un derrame por daño en un buque tanque, se produce una mortandad masiva de todo tipo de organismos, vertebrados o invertebrados, con los que entra en contacto.

En estos efectos hay una gran cantidad de reportes. En Sri Lanka en 2021 se incendió un buque que transportaba gran cantidad de químicos (sosa cáustica, ácido nítrico, metanol, bolas de plástico y alrededor de 350 toneladas de petróleo) que causó la muerte de cuatro ballenas, 20 delfines y más de 170 tortugas marinas (National Grographic, 2021), sin tener en cuenta el impacto en invertebrados, microfauna y vegetación.

Se considera que un derrame continuo (por refinerías) de petróleo causa un mayor impacto en los ecosistemas por el hecho que no es visible inmediatamente, sino que produce afectaciones a nivel celular y en consecuencia afecta los procesos reproductivos, como sucede en los arrecifes de coral.

Otro de los efectos del cambio climático es la acidificación de los océanos, producto de la entrada de CO2, en gran parte por la combustión del petróleo, que tienen efectos mortíferos en la biota marina.

En el mar el CO2 reacciona con el agua (H2O) formando ácido carbónico (H2CO3), luego se disocia liberando los iones hidrógeno (H+) lo que reduce la alcalinidad del agua, haciéndola más ácida, afectando completamente los organismos que fijan el carbonato de calcio. Esta situación produce disminución de las especies, al afectar a los arrecifes de coral, de los que depende un cuarto de la fauna marina. Para este siglo se prevé una extinción masiva de corales, tanto en aguas tropicales como frías, por lo que se debe reducir drásticamente la emisión de carbono a la atmósfera.

Contaminantes como los plásticos han empezado a ser estudiados a fondo por los múltiples problemas que acarrea su uso indiscriminado. Desde el descubrimiento de las islas de plástico en la parte central del océano Pacífico y el Atlántico se intensificó la campaña del no uso de estos productos, que condujo a determinar los múltiples efectos que pueden tener en los organismos marinos.

Estos efectos se han evidenciado como interferencia de los procesos alimenticios en organismos pequeños, efectos bioquímicos en todos los niveles de especies, aumentando el estrés oxidativo (que puede llevar a la muerte celular), afectando las transmisiones neuronales, el comportamiento, el crecimiento, la supervivencia, la reproducción y la expresión génica (capacidad de las células para generar las moléculas que necesita).

También se ha detectado la presencia de numerosos compuestos usados en el cuidado de humanos (contaminantes emergentes), como los protectores solares, que tienen efectos múltiples en la fauna y flora marina como es el caso de las alteraciones en el crecimiento y la fotosíntesis en algas, blanqueamiento, daños en el ADN en corales y deformaciones en juveniles, y así con numerosas especies tanto de invertebrados, como de mamíferos marinos

Los antibióticos hacen parte de los contaminantes, así como las drogas ilícitas. En peces de La Florida se ha identificado la presencia de antibióticos, opioides, medicamentos para el corazón y para la próstata, aunque no han sido detectadas afectaciones causadas por estos compuestos.

Un reto para el mundo

En 2017 la Asamblea General de las Naciones Unidas proclamó el Decenio de las Ciencias Oceánicas para el Desarrollo Sostenible (2021-2030), impulsando a las Ciencias Oceánicas como uno de los pilares de transformación para que cada nación miembro pueda alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible.

De los ODS, el 14 se relaciona con “vida submarina: Conservar y utilizar sosteniblemente los océanos, mares y los recursos marinos”; y la meta 14.a se propone aumentar los conocimientos científicos, desarrollar la capacidad de investigación y transferir tecnología marina, teniendo en cuenta los Criterios y Directrices para la Transferencia de Tecnología Marina de la Comisión Oceanográfica Intergubernamental, a fin de mejorar la salud de los océanos y potenciar la contribución de la biodiversidad marina al desarrollo de los países en desarrollo, en particular los estados pequeños insulares y los países menos adelantados.

La biodiversidad como meta del ODS 14 muestra enormes vacíos en su conocimiento, inclusive, sin tenerse una certeza de la riqueza que contienen y debido al uso desmedido que se ha hecho de los mares, se enfrenta a riesgos muy grandes, en especial el cambio climático y la contaminación.

periodico.unal.edu.co