A las 20:39 horas, había llegado el momento. La Ensaladera de campeón brillaba bajo los focos del Allianz Arena, 75.000 personas se pusieron en pie, cantaron y jalearon tras la victoria por 2-0 ante el Borussia Mönchengladbach, y Thomas Müller alzó el símbolo del éxito hacia el cielo nocturno de Múnich en su noche de despedida. Otra vez, por fin. La Ensaladera está en casa. «Dahoam». Donde debe estar.

Emoción, éxtasis, recuerdos

Acompañado del «We are the Champions», un gran beso de Harry Kane en el brillante metal. Siguieron las emociones, el éxtasis y las fotos de recuerdo. Fue una noche que no sólo sirvió para festejar el presente, sino también para hacer más palpable el mañana.

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El equipo bailó delante de la Südkurve y el director general deportivo Max Eberl abrazó a Vincent Kompany. «Está haciendo un trabajo sobresaliente en el vestuario, es extraordinario», elogió Eberl.

El FC Bayern había dominado previamente su último partido de la temporada en casa. Contra una defensa cerrada del Gladbach, el equipo jugó con paciencia, mucha posesión del balón, un esquema claro y la necesaria ambición ofensiva. En el minuto 31, Michael Olise abrió el marcador con un centro preciso a Harry Kane. El inglés se elevó y marcó de cabeza su gol número 25 de la temporada.

Thomas Müller sobre el césped del Allianz Arena con los directivos del FC Bayern antes del saque inicial.

Antes del último partido en casa

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El FC Bayern se despide de Eric Dier y Thomas Müller

Kane se mostró emocionado tras el partido… y centrado. El delantero no sólo habló de un hito personal, sino de un nuevo comienzo: «Es una sensación increíble ganar mi primer título después de tanto trabajo duro. Estoy disfrutando mucho de este momento, pero espero que sólo sea el principio. Tenemos un gran equipo, un gran entrenador. Aún no hemos terminado». No había sensación de saciedad. Sino de hambre.

Orgulloso del equipo

Kompany tampoco dejó lugar a dudas de que para él no sólo cuenta el resultado. «Por supuesto que estoy contento de que seamos campeones de Alemania», dijo. «Pero para mí es igual de importante cómo jugamos». Está «orgulloso de este equipo», añadió el belga, primer entrenador de su país que levanta la Ensaladera de la Bundesliga. «También miramos al futuro. Tenemos muchos jugadores con hambre».

© Getty

Olise también lo destacó. El francés participó en los dos goles, con el centro a Kane para el 1-0 y anotando el gol del 2-0 tras una asistencia de Leroy Sané. Él personificó lo que quería decir Kompany: desparpajo, determinación y futuro.

El hecho de que el marcador fuera 1-0 y el partido no volviera a complicarse fue gracias a un hombre en particular: Manuel Neuer. El capitán volvía a estar entre los tres palos tras una larga baja por lesión, y nos recordó a su mejor versión en varias jugadas. Acabó con seis paradas en sus estadísticas, cada una de ellas más destacada que la anterior. Era su partido oficial número 555 con el FC Bayern. Un encuentro en el que demostró lo valioso que es y sigue siendo.

«Conseguir este trofeo aquí, en nuestro propio estadio, ha sido perfecto», declaró Neuer. «El objetivo era ser campeones de Alemania, y lo hemos conseguido. Por lo tanto, también es una buena temporada. Nuestra motivación ha tenido mucho que ver, después de una temporada sin títulos. Queríamos lograr algo juntos y lo hemos conseguido».

A las 20:42, Kompany recibió la Ensaladera en sus propias manos. El aplauso fue enorme, la sonrisa de satisfacción entrañable y absolutamente auténtica. A continuación, la foto oficial del campeón: tranquilos, relajados, juntos.

Ducha de cerveza: ninguna camiseta permanece seca

© FC Bayern

Seguidamente tuvo lugar lo que corresponde a la celebración de un título de liga con la entrega de la Ensaladera: las duchas de cerveza. La cerveza de trigo fue repartida en grandes jarras y distribuida en todas direcciones. Era la primera vez para Kompany, que se lo tomó con humor. Sin embargo, no pudo quedarse con la camiseta seca.

Neuer también se acercó a los delanteros, y no tardó en alcanzar a Müller, que minutos antes había pronunciado unas emotivas palabras por el micrófono del estadio. Un poco de despedida, mucho compañerismo y, como siempre, un buen trago de cerveza de trigo Paulaner.

«Vamos por buen camino»

Fiel a esa imagen de unidad, Eberl también alabó el funcionamiento de la plantilla: «Tenemos un vestuario extraordinario, todo el mundo ha contribuido a ello. Hay una gran confianza en el equipo y vamos por muy buen camino».

Thomas Müller aplaude a los aficionados presentes en el Allianz Arena

La emotiva despedida de Müller marcó naturalmente este sábado. Su historia está increíblemente ligada a este club y le hará eternamente inolvidable. Pero este FC Bayern no vive en el pasado. Mira hacia el futuro, con nuevos objetivos, ideas claras y la firme determinación de seguir en lo más alto.

fcbayern.com