México proyecta cuadruplicar su capacidad en el área de la energía eólica como parte del esfuerzo del presidente Enrique Peña Nieto destinado a transformar el sector energético del país.

El país espera tener unos 10 gigawatts de turbinas en funcionamiento en un plazo de tres años prácticamente en todas las regiones, en comparación con 2.5 gigawatts en 2014, parte de un plan gubernamental de sumar 20 gigawatts de energía limpia para 2030, según la Asociación de Energía Eólica de México.

En los próximos 25 años se agregará un total de 22 gigawatts de energía eólica, lo cual requerirá una inversión de 46,000 millones de dólares. La ofensiva eólica se debe a dos tendencias convergentes: el cambio histórico de México de monopolio energético controlado por el Estado, y sus esfuerzos por transformar una red eléctrica que depende de los combustibles fósiles para generar tres cuartos de la electricidad del país.

«Ya somos un nuevo país», dijo en una entrevista en Ciudad de México Alejandro Peraza, director general del ente regulador de la energía CRE. «México se está volviendo más limpio».

México es el mayor productor de crudo de América Latina y el 10° productor mundial de emisiones de gases de efecto invernadero. Fue el primer país en desarrollo que presentó su plan para reducir las emisiones de carbono ante una conferencia de Naciones Unidas en París que tendrá lugar en diciembre, donde se espera que 200 países firmen un acuerdo para combatir el cambio climático.

México se comprometió a reducir en un 22 por ciento sus emisiones de gases de efecto invernadero para 2030. La mayor utilización de energía renovable reducirá en un 45 por ciento la generación de electricidad con combustibles fósiles.

«Hay una política nacional clara en relación al cambio climático», dijo Peraza. «Vamos en la dirección de una economía con bajo consumo de carbono»