EFEVERDE.- La Agencia Estatal de Meteorología, adscrita a la Secretaría de Estado de Medio Ambiente del Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente, ha lanzado una publicación con los datos meteorológicos y climatológicos recogidos en las Bases Antárticas Españolas durante los últimos 28 años.

Esta publicación facilita de esta forma al Comité Polar Español y a los investigadores un compendio de la climatología de las islas Livingston y Decepción con los datos de las estaciones españolas.

Bajo el título “AEMET en la Antártida. Climatología y meteorología sinóptica en las estaciones meteorológicas españolas en la Antártida”, el estudio ha sido realizado por los meteorólogos Manuel Bañón y Francisco Vasallo, y se trata de un compendio de la climatología de las islas y Decepción con los datos existentes en cada una de las estaciones españolas.

En un comunicado de prensa emitido por la AEMET se señala que esta investigación ha sido reforzada por el estudio de algunas de las situaciones sinópticas más frecuentes que se dan en estos emplazamientos de las Bases Antárticas Españolas.

A ello se añade un DVD con todos los datos existentes desde la apertura de los observatorios, que “serán de mucha utilidad para el Comité Polar Español y para el conjunto de investigadores”, señala la nota informativa.
“Hay que destacar que un dato meteorológico en esta zona es aún más valioso, si cabe, al ser muy escasos y de difícil obtención”, subraya la Agencia.
“Con la publicación de este libro -continúa el comunicado-, AEMET pretende difundir estos datos, para cuya obtención se han invertido muchos recursos (económicos y de personal), y cumplir así con su misión de utilidad social y científica a la que la Agencia está destinada”.
En enero de 1988 España abrió su primera base antártica, llamada Juan Carlos I, en la isla Livingston del archipiélago de las Shetland del Sur. Ya en 1987, AEMET había enviado personal a la Antártida para la investigación del fenómeno meteorológico que había sido descubierto unos años antes, el agujero de la capa de ozono.

La vigilancia de los glaciares
Con la apertura de la Base Antártica Española Juan Carlos I, AEMET instaló un observatorio meteorológico, que ahora supone un elemento común en todas las bases antárticas. Desde entonces ha estado funcionando y se han añadido otros nuevos como consecuencia de las necesidades de los diferentes grupos de investigación que trabajan en la región.
“Todas las ramas de la ciencia dedicadas a estudios en zonas polares necesitan de datos meteorológicos para el desarrollo de sus investigaciones, también ligadas al estudio del calentamiento global”, indica la nota de la AEMET.
Así, según la Agencia Estatal de Meteorología “la vigilancia de los glaciares, y estudios de geodesia, de permafrost, de ecología y de biología terrestre o marina utilizan, entre otros, este tipo de datos en un planeta que está inmerso en un fenómeno de calentamiento global”.
El archipiélago de las Shetland del Sur, donde se encuentran las islas Livingston y Decepción, se sitúa en una zona geográfica y meteorológicamente compleja, afectada de forma permanente por depresiones que se forman, se desplazan o se disipan en sus inmediaciones.
Una de las regiones de la Tierra más afectadas por dicho calentamiento es la Península Antártica, a cuyo entorno pertenecen las islas de las bases españolas, las cuales tienen unas temperaturas veraniegas ligeramente superiores a los 0 ºC.
Esto implica que “leves cambios en la temperatura puedan afectar de gran manera desde el punto de vista ecológico, lo que hace que sea un lugar ideal para el estudio del calentamiento global”, informa el comunicado. EFEverde