El cambio climático está alterando las condiciones de la vida en el planeta. Pero su impacto no es el mismo para todos los seres vivos y ecosistemas. Un estudio con los antílopes africanos muestra ahora que las especies con una distribución geográfica más reducida serán castigadas de forma desproporcionada por el calentamiento global, viendo sus pequeños hábitat menguar aún más. Para algunas, a finales de siglo ya no habrá sitio donde ir, literalmente.
La aparente paradoja que plantea la reciente noticia sobre el reverdecimiento del planeta por el aumento de las emisiones de CO2 muestra lo complejo que es el cambio climático. A algunas especies les puede venir bien la elevación de la temperatura. En las zonas templadas del planeta, por ejemplo, se está produciendo un fenómeno de traslación de muchos animales y plantas hacia un norte cada vez más benigno. La migración ya se estaría produciendo también entre especies de zonas cálidas, huyendo del excesivo calor.
Pero hay especies con las que el cambio climático se va a cebar. Se trata de aquellos animales que por variadas razones, muchas provocadas por los humanos, tienen un rango de distribución reducido. Ya sea por la destrucción de su hábitat original, por el avance de la ganadería, la agricultura, las guerras humanas o el acoso del furtivismo, muchas especies viven hoy casi arrinconadas. Tanto, que muchas de ellas aparecen como amenazadas en la lista roja de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN). Son estas las que lo van a pasar desproporcionadamente peor con el calentamiento global.